Una historia de odio y leyes injustas está tras el ataque a los cristianos de Pakistán

  • Las leyes están redactadas de tal forma que cualquier comentario de un cristiano sobre el Islam o el Corán le puede costar la vida en Pakistán.

    La mayoría de los cristianos procede de las castas más bajas de la India, que quedaron en Pakistán tras la escisión de la India.

Pakistán es uno de los países del mundo en donde resulta más difícil ser cristiano.
Pakistán es uno de los países del mundo en donde resulta más difícil ser cristiano.
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Un cristiano tiene en Pakistán uno de los peores lugares del mundo donde vivir. Ni la historia ni la inmensa mayoría de sus conciudadanos (los cristianos representan aproximadamente el 2% en una población de 182 millones) ni el corpus legislativo les ayudan.

Las leyes religiosas se diseminan entre la Constitución, el Código Penal y algunas circulares de la judicatura que dejan muy claro qué se puede decir y qué no se puede decir sobre el Corán y Mahoma. Pero las están redactadas de tal manera que, en términos prácticos, cualquier comentario dicho por un cristiano se puede convertir en un delito penado con la muerte.

El país es una república islámica desde 1956, algo también confirmado por la Constitución en 1973. Eso no significa que todos los musulmanes estén a salvo. Una importante secta del islamismo, los ‘ahmadíes’, se encuentra en una postración similar a la que hoy experimentan los cristianos.

“Se podría decir que la legislación está casi pensada para perjudicar a estos grupos disidentes del pensamiento oficial” explica Jaime Noguera, consejero de Ayuda a la Iglesia Necesitada, que ha visitado recientemente las comunidades cristianas a lo largo del país. “Están en una situación de indefensión legal absoluta”, asegura, tras haber pasado dos semanas en el país.Convertirse o morirse

Los cristianos saben que, como ocurrió tras el asalto a la escuela de Peshawar en 2014, donde murieron 145 personas, en su mayoría menores, las autoridades se echarán las manos a la cabeza. “Se reunirán todas las fuerzas políticas, dirán que es un horror, y que los cristianos son sus hermanos... pero luego no harán nada. Cara a la galería reconocerán que se trata de una barbaridad, pero no irá más allá. Quien no es musulmán, sólo tiene dos opciones en Pakistán: a) convertirte; b) morir.

A la marginación social y legal, se añade la deficiente instrucción básica de la mayoría de los cristianos, comunidad en la que el analfabetismo alcanza el 90%, cuando la media nacional se encuentra en el 65%.

La causa de esta disparidad hunde sus raíces en la extracción social de los primeros cristianos pakistaníes, que a su vez procedían de las castas más bajas de la ciudad de Goa. Este enclave del oeste de la India había sido colonizado por los portugueses en el siglo XVI, y allí acudieron sus misioneros, así como jesuitas españoles, hasta el siglo XVIII.

La evangelización caló en los sectores más humildes de la sociedad, y de ahí fue expandiéndose a otras partes de la India. Cuando el país se independizó de Gran Bretaña y se dividió en las actuales India y Pakistán, una pequeña parte de cristianos arraigó en la nueva nación de mayoría musulmana. Pero se mantuvieron los agravios sociales.

“Pakistán es un estado casi feudal, un país de terratenientes”, asegura Noguera. El cristianismo se preocupó por aquellos por los que casi nadie se había preocupado hasta la fecha. Algunos miembros de estas castas ‘subhumanas’ no gozaron del derecho “a tener nombre propio hasta la llegada del cristianismo”.La tierra de los puros... y de los esclavos

La etimología de Pakistán indica que se trata de la “tierra de los puros”. Estos ‘puros’ son, naturalmente, una élite angloparlante y musulmana, algunos de cuyos miembros ocuparon los más importantes puestos del Estado y la sociedad. Y a su vez tratan de mantener una estructura social que les resulta muy ventajosa. “Tienen a la gente en situación de semiesclavitud, atrapados por unas deudas con los terratenientes que no podrán pagar en la vida”.

Esto explica que las conversiones del Islam al Cristianismo se midan por cuentagotas, ya que están penadas con la muerte.

Pese a todo, esta comunidad cristiana que también se siente heredera de la predicación en la India del apóstol Santo Tomás, el discípulo de Jesús, lleva a gala una fe que ya practicaban los habitantes de la actual Pakistán antes del advenimiento del Islam.

El español Jaime Noguera fue testigo de un maratón bíblico en que se leyó toda la Escritura Sagrada durante seis días con sus siete noches. Se turnaron 1.900 personas ante un numeroso público del que el 40% era analfabeto. “Acogen muy bien el cristianismo porque su cultura es fundamentalmente narrativa, al igual que la Biblia; por eso resistieron como campeones”.

Son un ejemplo de fidelidad al Magisterio y las enseñanzas de la Iglesia. Cuenta Noguera la sorpresa que le causó que le recibieran en una escuela niños de entre 6 y 12 años con una representación teatral de la encíclica ecológica del papa Francisco ‘Laudato si’ Está convencido de que “el 80% de los universitarios españoles no saben ni de lo que va esta encíclica”.

Los cristianos pakistaníes poseen un fuerte sentimiento de comunidad. Es otra de las razones por las que un solo terrorista suicida pudo causar una matanza de 72 muertos, entre ellos 29 niños. Estaban todos juntos, celebrando intensamente la Pascua de Resurrección, que junto con la Navidad el 25 de diciembre son las fechas más importantes del calendario cristiano. “Llevaban toda la noche y todo el día cantando, bailando y pasándoselo bien: eran un objetivo fácil”, comenta Noguera.

Tanta persecución, tanto obstáculo y tanta muerte explica la relación ambigua que mantienen hacia su país. Pese a ser considerados como una ‘subespecie’ ciudadana, “se echan a llorar cuando escuchan su himno nacional o ven la bandera”. Por este motivo, “aunque se quieren ir, saben que cuando salgan lo harán llorando, porque se sienten tan pakistaníes como el que más”.

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