Trump entra en Corea del Norte para reactivar la negociación con Kim Jong-un

  • El magnate se convierte en el primer líder de EEUU que pisa territorio norcoreano. No retira las sanciones pero habrá diálogo "en dos o tres semanas".
El presidente de los Estados Unidos, Donald J. Trump (L), con el líder norcoreano, Kim Jong-un, en la Zona Desmilitarizada. /EFE
El presidente de los Estados Unidos, Donald J. Trump (L), con el líder norcoreano, Kim Jong-un, en la Zona Desmilitarizada. /EFE
El presidente de los Estados Unidos, Donald J. Trump (L), con el líder norcoreano, Kim Jong-un, en la Zona Desmilitarizada. /EFE
El presidente de los Estados Unidos, Donald J. Trump (L), con el líder norcoreano, Kim Jong-un, en la Zona Desmilitarizada. /EFE

Donald Trump se ha convertido en el primer presidente de EEUU que pisa territorio de Corea del Norte. El mandatario estadounidense ha cruzado la frontera entre las dos Coreas para reunirse con el líder norcoreano, Kim Jong-un. Un breve encuentro cargado de simbolismo histórico, pero también sustancial porque reactiva el diálogo para detener el programa nuclear de Pyongyang tras la fallida cumbre de febrero en Hanói.

No solo es la primera vez que líderes de Estados Unidos y Corea del Norte se reúnen en esta frontera, la más militarizada del mundo: Trump ha cruzado la línea divisoria. El presidente de EEUU ha salido primero del edificio conocido como Freedom House, situado en el sur de la Zona de Seguridad Conjunta (JSA), en el corazón de la zona desmilitarizada (DMZ) que divide las dos Coreas desde la década de 1950. 

Kim se ha aproximado desde el pabellón Panmungak, el lado norte de la JSA, y se ha dirigido a la línea de demarcación militar (MDL), donde le esperaba Trump.

Kim: "No esperaba verle jamás en este lugar"

Tras saludarse con un apretón de manos, los dos han intercambiado unas breves palabras, con Kim diciendo: "Me alegro de verle de nuevo. No esperaba verle jamás en este lugar". A continuación Trump ha cruzado la MDL y ha hecho historia. Tras unos instantes ambos han cruzado de nuevo hacia la franja sur de la JSA, donde han hablado brevemente con la prensa."Se trata un momento histórico que pretende poner fin al conflicto en la península", ha dicho Kim, que ha calificado el gesto de Trump "valiente".

El presidente estadounidense ha dicho que "están pasando cosas muy positivas" en la península a raíz del acercamiento entre Washington y Pionyang iniciado el año pasado. "Nos hemos reunido y nos gustamos el uno al otro desde el primer día y eso es lo que importa", ha añadido.

Tras otro apretón de manos, Kim ha saludado . Para Kim Jong-un -que también ha saludado al presidente surcoreano, Moon Jae-in, en la frontera- el encuentro supone "un momento histórico que pretende poner fin al conflicto en la península" coreana. "Le voy a invitar ahora mismo a la Casa Blanca", ha dicho Trump momentos antes de iniciar una reunión privada de 50 minutos junto a la línea divisoria.

¿Y ahora qué?

Aunque los dos líderes han hablado del proceso diplomático en pos de una reconciliación, Trump ha afirmado que por ahora mantendrá las sanciones contra el régimen de Pyongyang por su programa armamentístico. En su tercera reunión en un año, ambos han acordado diseñar un equipo de trabajo para concretar los detalles de futuras negociaciones, según el presidente de EEUU, quien ha añadido que el equipo estadounidense estará liderado por Mike Pompeo, y el enviado especial de EEUU para Corea del Norte, Stephen Biegun. Corea del Norte y EEUU comenzarán a celebrar reuniones entre los equipos negociadores sobre el proceso de desnuclearización de Pyongyang "en las próximas dos o tres semanas".

El principal escollo en las negociaciones entre estos enemigos históricos es acordar una definición del término desnuclearización. Washington quiere que Pyongyang abandone sus ambiciones nucleares, mientras que para Kim Jong-un (y para sus predecesores en el poder) el término supone realizar importantes concesiones a EEUU, incluida la retirada de sus tropas de la frontera.

La Administración Trump, al igual que varios gobiernos anteriores, ha incluido entre sus prioridades en política exterior acabar con el programa nuclear de Corea del Norte. El régimen de Pyongyang ha realizado varias pruebas nucleares en los últimos años y desarrollado misiles de largo alcance con capacidad para atacar objetivos a miles de kilómetros de distancia, incluido en territorio estadounidense.

Las conversaciones entre Pyongyang y Washington estaban atascadas desde la cumbre de febrero celebrada en Hanói. En la capital vietnamita, Kim Jong-un abogó por una desnuclearización gradual acompañada del progresivo levantamiento de sanciones, una oferta que Trump consideró inaceptable: EEUU no eliminará sanción alguna mientras el régimen no acabe con sus programas nuclear, de misiles y de armas químicas y biológicas. Desde entonces, Corea del Norte había endurecido el tono, reclamando a EEUU retornar a la mesa con una postura más flexible, e incluso realizó dos pruebas de misiles

El propio Trump quitó peso este sábado a dichas pruebas, argumentando que se trató de misiles de corto alcance "que cualquier país prueba con regularidad".

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