Holanda sospecha de sus inmigrantes somalíes

  • En Holanda viven cerca de 27.000 somalíes. Muchos de ellos han llegado como refugiados por la guerra civil que asola su país. Hace poco detuvieron a algunos de ellos como sospechosos de terrorismo y les liberaron poco después por falta de pruebas. Ahora sus compatriotas luchan para que no se les vincule al islamismo radical.
En Holanda viven cerca de 27.000 somalíes.
En Holanda viven cerca de 27.000 somalíes.
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Paul Ames, Eindhoven (Holanda) | GlobalPost

La noticia de la detención por parte de la policía holandesa de 12 hombres somalíes sospechosos de estar planeando un atentado inminente fue noticia de portada en todo el mundo en diciembre.

Pero a los pocos días de las detenciones todos los acusados fueron puestos en libertad sin cargos. Ahora algunos de ellos están planteándose demandar a la policía por lo que parece haber sido fruto de un chivatazo falso, o quizás malicioso, de los servicios de inteligencia.

"Los somalíes ya cargaban con la etiqueta de ser piratas, y ahora de la noche a la mañana se nos asocia también con el terrorismo", se queja Mohamed Elmi, representante de la comunidad somalí holandesa. También teme que las detenciones puedan aumentar el resentimiento de los somalíes jóvenes y alimentar su apoyo a radicales islamistas con verdaderas intenciones terroristas.

"Este incidente empeora las cosas. Los radicales pueden destacarlo y utilizarlo. Esto es la mejor propaganda para ese tipo de personas", dice Elmi, que es secretario administrativo de la Federación de Asociaciones Somalíes de Holanda.

Presencia somalí en Holanda

En Holanda, con 17 millones de habitantes, viven en torno a 27.000 somalíes. La mayor parte de ellos llegaron como refugiados gracias a las leyes de asilo de Holanda, huyendo de la guerra civil que arrasa su país desde 1991.

Su presencia es menos visible que la de otros grupos de inmigrantes. En la ciudad sureña de Eindhoven y su entorno hay aproximadamente 4.000 somalíes. En el barrio en donde muchos de ellos viven y acuden a la mezquita, el mercado municipal está rodeado de negocios de turcos, chinos, polacos y marroquíes que reflejan la multiculturalidad de la zona. Sin embargo, el único signo de que allí también hay una comunidad somalí es el puñado de hombres alineados frente a una oficina de giros esperando turno para mandar dinero a su país.

En 2009 el Ministerio de Interior holandés encargó un informe para evaluar el nivel de radicalización entre los somalíes jóvenes. "No hallamos síntomas fuertes de radicalización en el conjunto de la comunidad", explica Hans Moors, uno de los autores del documento. "Pero entre algunos jóvenes somalíes si observamos una tendencia hacia el fundamentalismo y la ortodoxia religiosa".

Integración complicada

Moors, del Instituto de Investigación de Políticas Sociales de la Universidad de Tilburg, añade que muchos somalíes se esfuerzan por integrarse en la sociedad holandesa.

Se desenvuelven peor en educación y en el mercado laboral que otros grupos de inmigrantes llegados recientemente. Las autoridades holandesas muestran su preocupación ante la posibilidad de que estos jóvenes desencantados ante sus pobres perspectivas puedan caer bajo la influencia de radicales vinculados a Al Shabab, el grupo insurgente aliado de Al Qaeda que está luchando contra el gobierno somalí respaldado por Occidente.

Elmi, un veinteañero estudiante de Derecho, dice que los jóvenes somalíes a menudo se encuentran divididos entre la estricta cultura islámica en su país y la sociedad más liberal de Holanda. "Algunos jóvenes tienen problemas por crecer entre dos culturas", explica. "Tienen una personalidad dividida, al vivir con la cultura somalí en casa y con la cultura holandesa en el resto de los lugares".

Los somalíes que llegaron a Holanda en la década de 1990, al principio de la guerra civil en su país, en general se han adaptado mejor. En muchos casos tenían educación y eran relativamente acomodados. Entre ellos estaba por ejemplo la activista por los derechos humanos Ayaan Hirsi Ali, elegida diputada del parlamento holandés en 2003.

Muchos de los refugiados que llegaron después crecieron en Somalia sin conocer otro entorno que la guerra, y les resulta especialmente difícil adaptarse a la vida en Holanda.

Elmi dice que un cambio en la actitud de los holandeses también dificulta la adaptación de los que van llegando ahora. El respaldo popular a los políticos que rechazan la inmigración ha aumentado, y de hecho el actual gobierno minoritario de centro derecha depende para su supervivencia del anti islamista Partido por la Libertad.

"En la década de 1990 la gente se sentía bienvenida aquí. Cuando llegaban [los somalíes], sus vecinos holandeses les invitaban a tomar un café", recuerda Elmi. "Ahora las cosas han cambiado. El gobierno intenta que no lleguen más refugiados, y es mucho más difícil lograr ese estatus".

Pueblo nómada

A principios de siglo, miles de somalíes dejaron Holanda y se fueron a Gran Bretaña.

La perspectiva de recibir educación en inglés, sumado a los impuestos más bajos y una menor burocracia para los pequeños empresarios, son algunas de las razones que explican su migración a la isla. Sin embargo, en los últimos años la tendencia ha vuelto a cambiar, y los somalíes están regresando a Holanda porque están desilusionados con Gran Bretaña.

"Los somalíes son nómadas, y eso puede ser a veces un problema", dice Elmi. "Algunos se marcharon a Inglaterra para empezar un negocio. Otros veían que a sus amigos les iban bien las cosas y se fueron para allá sin ningún plan, y acabaron viviendo de los servicios sociales. Muchos han regresado, y su experiencia es negativa".

Pese a los problemas, Elmi se muestra optimista. Asegura que cada vez hay más jóvenes somalíes que salen adelante en Holanda, y subraya el fuerte espíritu de comunidad que logra la interacción de los más de 50 grupos locales de refugiados que colaboran con su organización. "Una de nuestras herramientas es aprovechar a los chavales y chavalas a los que les va bien. Muchos de ellos van a la universidad, consiguen buenos trabajos, y pueden servir como modelos. Pueden demostrar que es posible integrarse", reconoce.

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