Ronnie Foster es un estadounidense afincado en Carolina del Norte que hace poco vivió el último día de su quimioterapia. Una fecha que, a buen seguro, recordará para toda la vida, porque además de superar la enfermedad, el destino le brindó con una compensación económico: tener el boleto ganador de la Lotería.
"Estaba feliz porque era el último día de tratamiento. Superar esto hizo que tuviera un día de suerte", dijo Foster.
Foster compró el boleto camino al hospital, precisamente donde iba a tratarse de la quimioterapia por última vez. "Compre uno de un euro, y gané cinco, así que decidí cambiarlo por un boleto de cinco euros. Justo, en el último minuto, decidió comprar dos en lugar de uno", añade.
El premio que se llevó fue de 180.000 euros, cifra que se redujo a los 130.000 después de deducirlo.
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