El 'annus horribilis' del turismo francés: chalecos amarillos... y arde Notre-Dame

  • Durante el pasado año visitaron la catedral, el monumento más emblemático del país, 13 millones de personas.
La aguja central de Notre Dame, la más dañada
La aguja central de Notre Dame, la más dañada

Francia no gana para disgustos. A los problemas sociales que han sobrevenido en los últimos meses se une ahora la destrucción del monumento más visitado del país como consecuencia de un voraz incendio, Notre-Dame. La catedral más icónica del estilo gótico ha sucumbido bajo las llamas originadas durante las obras a las que estaba siendo sometida. La incalculable pérdida histórica y artística que supone este hecho podría mermar de forma considerable los ingresos turísticos del país de Emmanuel Macron, que alcanzaron una cantidades récord el año pasado. 

De acuerdo con las cifras que facilitan desde la propia gestión de la catedral, durante 2018 visitaron el monumento 13 millones de personas, lo que suponen unos 30.000 turistas diarios, que pueden llegar hasta los 50.000 en días de máxima afluencia, tal y como señalan fuentes oficiales de la gerencia del monumento.

Pese a que no existen datos económicos concretos sobre las cantidades que suponen estas visitas para la cifra turística global de toda Francia, se puede estimar que alcanzó los 21.500 millones de euros durante el último ejercicio, según datos oficiales, un récord con respecto a años anteriores que amenaza con verse empañado por los incidentes que se están registrando durante el inicio de este año en el país galo. 

De hecho, el gobierno francés ya señaló en varias ocasiones que espera que la cifra récord de 90 millones de viajeros que se alcanzó el año pasado no se vuelva a repetir este 2019. "Esperamos que el año sea más difícil", dijo Jean-Baptiste Lemoyne, secretario de Estado de Turismo, hace solo unos días. Ahora, esta nueva catástrofe puede poner las cosas aún más difíciles para este país. 

El incendió, que según los bomberos se inició a las 18:50 de este lunes, ha afectado a casi la totalidad del templo. De hecho, una de las partes más dañadas ha sido la aguja central de la catedral, que tras consumirse, se ha desplomado ante la mirada atónita de cientos de turistas. Esta obra que databa del siglo XIX, era junto con la icónica portada, el símbolo de este monumento y del centro de París. 

Este accidente que ya ha sido catalogado de "catastrofe nacional" por los propios franceses se une a los altercados vividos en todo el país durante este fin de semana y que han sido señalados como los "más violentos" desde que empezaran las protestas de los llamados 'Chalecos Amarillos'. En este sentido, hace solo dos días de la última manifestación, que fue especialmente fuerte tanto en París -con 27 detenidos- como en la ciudad de Toulouse, donde varios vehículos fueron incendiados y se registraron enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas del orden, que intervinieron con gases lacrimógenos para disolver la protesta.

Tanto es así que el presidente de Francia, Emmanuel Macron, había convocado para este mismo lunes una comparecencia pública en la que desvelaría las principales medidas adoptadas como respuesta a las manifestaciones de este movimiento. Tras conocerse el incendio de la Catedral de Notre-Dame, el presidente de Francia ha decidido suspender el discurso y se ha dirigido al lugar del suceso.

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