Irlanda empieza a construir su propia Las Vegas

  • Ya no tendrás que cruzar el charco para vivir la experiencia del poderío y las extravagancias de Las Vegas. Los promotores de un complejo de casinos en una zona rural de Irlanda siguen adelante a pesar de la oposición de muchos. Una réplica de la Casa Blanca, un casino de 6.000 metros cuadrados, un hotel de 500 habitaciones o un hipódromo serán algunas de sus instalaciones.
Aún con la oposición de muchos, los promotores de un complejo turístico en una zona rural de Irlanda siguen adelante.
Aún con la oposición de muchos, los promotores de un complejo turístico en una zona rural de Irlanda siguen adelante.
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Conor O'Clery, Dublín (Irlanda) | GlobalPost

Las Vegas, Monte Carlo y Macao ¡cuidadito!, que un pueblo irlandés llamado Two-Mile Borris busca hacerse un hueco en el turismo de casinos.

Situado en el corazón del rural de Irlanda, en Two-Mile Borris viven exactamente 550 personas. De momento, el pueblo consta de una iglesia católica, una escuela primaria, una oficina de correos, un par de pubs y dos tiendas.

Pero esta semana las autoridades irlandesas han dado su visto bueno para la construcción en la tranquila aldea de un complejo de ocio y casinos valorado en 460 millones de euros. Cuando el plan esté ejecutado, en sus 325 hectáreas se incluirá una réplica de la Casa Blanca, donde se darán banquetes, y una capilla para oficiar bodas.

La falsa Casa Blanca pretende ser un homenaje a James Hoban, un arquitecto irlandés que emigró a EEUU en 1785 y ganó el concurso para diseñar el edificio original, en Washington D.C. Los impulsores de la idea también planean construir un hotel de cinco estrellas con 500 habitaciones, un hipódromo y un circuito de carreras de galgos, así como un campo de golf y un helipuerto para los huéspedes ilustres. Un casino de 6.000 metros cuadrados será el motor financiero del complejo.

La decisión de la junta de planificación irlandesa (el Bord Pleanala) de permitir la macro construcción, de unos 163.000 metros cuadrados, ha sido acogida con sorpresa, dada la oposición expresada por algunas autoridades al proyecto.

La junta ha desestimado la recomendación de su propia inspectora, Pauline Fitzpatrick, quien indicó que el plan se debería de rechazar porque crearía una dependencia de los automóviles insostenible y tendría un impacto negativo en el entorno rural y arqueológico de County Tipperary.El proyecto también fue rechazado abiertamente por el National Trust for Ireland, una organización no gubernamental que señaló que la idea tendría un impacto medioambiental negativo y calificó la réplica de la Casa Blanca como "más adecuada para un parque temático de tipo norteamericano".El propio departamento gubernamental de Obras Públicas mostró su preocupación porque no se ha dado suficiente importancia al riesgo de inundaciones en las tierras bajas al borde del Bog of Allen.El departamento de Carreteras, por su parte, se ha quejado de los datos insuficientes que ha recibido para demostrar que el desarrollo del casino "no tendrá un impacto negativo en la capacidad de la red nacional de carreteras".

Pese a ello, el Bord Pleanala ha dado luz verde a lo que el Irish Times ha descrito como "una propuesta descabellada" con la condición de que se cumplan 63 requisitos.

El principal inversor del complejo es Richard Quirke, un antiguo agente de policía que gestiona el salón de juegos Dr Quirkey's Good Time Emporium, en la calle O'Connell de Dublín, y que ha recibido asesoramiento para su grandioso plan del Caesars Entertainment Inc., de Las Vegas. También tiene el apoyo de Michael Lowry, el desacreditado pero popular parlamentario independiente por Tipperary North, a quien Quirke contactó en busca de respaldo hace tres años. Lowry, cuyos asuntos financieros están siendo investigados por la Oficina del Fraude, ignoró una moción del parlamento irlandés en marzo para renunciar a su escaño por una polémica concesión de licencias de telefonía móvil que aprobó cuando era ministro.

Lowry aseguró el martes que los trabajos para iniciar el complejo de ocio podrían comenzar este otoño, una vez el Gobierno dé su aprobación.

Los casinos son ilegales en la República de Irlanda, aunque hay en torno a unos 50 pequeños locales tipo casino (algunos propiedad de Quirke) que operan como clubes privados.

Pese a los potenciales inconvenientes, Irlanda podría sacar partido al proyecto, que nace mientras el país intenta cumplir las condiciones del rescate financiero al que ha tenido que recurrir para hacer frente al estallido de la burbuja inmobiliaria en 2008. El proyecto podría crear 1.000 puestos de trabajo durante su construcción (a lo largo de tres años), y hasta 2.000 puestos a tiempo parcial y completo cuando se abra.

Las autoridades de planificación irlandesas han tenido en cuenta el hecho de que el juego es algo que ya está totalmente asentado en Irlanda: las casas de apuestas son legales y el país es un centro operativo para servicios de juego online.

Sin embargo, algunos se preguntan si el casino podría acabar teniendo un impacto financiero negativo a largo plazo en los pequeños negocios locales si los vecinos de la zona comienzan a gastar sus ahorros en el juego. En este sentido se suele dar como ejemplo la experiencia de Atlantic City, en EEUU. El número de restaurantes independientes en la ciudad pasó de 48 cuando abrieron los casinos en 1978, a 16 unos pocos años más tarde. Un tercio de los pequeños comercios también cerraron.

Aparte de las preocupaciones de índole económica, altos cargos del Departamento de Justicia realizaron un informe en octubre de 2010 en el que se alerta sobre el profundo impacto negativo que puede tener el casino sobre la sociedad irlandesa. Según el informe, uno de cada tres jugadores se puede convertir en adicto, aumentará la criminalidad y la deuda, y el juego en los casinos puede corromper a los gobiernos, al crear una dependencia de los políticos de sus impuestos y contribuciones económicas.

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