Isabel II rechaza probar la pinta perfecta de cerveza Guinness

  • La reina Isabel II de Inglaterra y su esposo Felipe, duque de Edimburgo,han protagonizado la anécdota del día en su histórico viaje a Irlanda, la primera visita de un monarca del Reino Unido en el último siglo. Durante su visita al museo de la fábrica de la cerveza Guinness, han rechazado probar la que los irlandeses denominan "la pinta perfecta".
EFE | lainformacion.com

La escena (cuyo momento clave llega en el minuto 1'30) ha tenido lugar en el Gravity Bar de la emblemática fábrica de Saint James, en la última planta de un edificio reformado para albergar un museo dedicado a la llamada "sustancia negra", en referencia a esta cerveza "stout" famosa en el mundo entero.

El "maestro cervecero" Fergal Murray ha servido la pinta. Murray es una de las pocas personas que conoce la cantidad y tipo exacto de lúpulo, malta de cebada y levadura contenida en la fórmula secreta de la Guinness.

En un ambiente donde el protocolo lo es todo y en un viaje que es un hito en la historia común entre Irlanda y Reino Unido, Isabel II y su esposo no han querido paladear la típica bebida del país, pese al buen aspecto de la bebida.

Fue la misma Isabel II la que a su llegada al país ayer vestía un traje de color verde esmeralda, que representa a los irlandeses. Un buen detalle protocolario, a diferencia del ocurrido en la fábrica de Guinness en el segundo día de una visita que durará un total de cuatro jornadas.

El duque de Edimburgo ha bromeado al preguntar si el agua para su elaboración procedía del Liffey, el río que transcurre por la capital irlandesa, cuando, de hecho, el agua que utilizan en Guinness se recoge en los manantiales cristalinos de las montañas de Wicklow.

Después de este pequeño "fracaso", sus anfitriones han guiado a la reina y al duque de Edimburgo alrededor de los ventanales del Gravity Bar, desde los que se puede disfrutar de una vista de 360 grados de toda la ciudad.

También han podido ver el famoso contrato firmado por Arthur Guinness en 1759 para alquilar la citada fábrica por un periodo de 9.000 años a razón de 45 libras esterlinas anuales.

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