Israel cruza los dedos para que Mubarak no caiga

  • Los israelíes están viendo con una preocupación creciente las protestas contra el régimen del presidente Hosni Mubarak, un pilar sólido y de larga duración para Israel, ya que comparte con el estado judío un tratado de paz y de cooperación estratégica.
Netanyahu dice Israel debe fortalecerse por la crisis en Egipto
Netanyahu dice Israel debe fortalecerse por la crisis en Egipto
Ben Lynfield, Jerusalén | GlobalPost

"La caída del régimen de Mubarak sería un desastre para Israel, Jordania, Arabia Saudí, los Estados del Golfo, Europa y Estados Unidos" opina Eli Shacked, el embajador de Israel en El Cairo. "No veo entre nuestros aliados a nadie que se beneficie de este terrible escenario".

Un claro síntoma de hasta dónde llega la preocupación del Gobierno del primer ministro Benjamín Netanyahu es que los funcionarios tienen órdenes de no comentar nada sobre los rumores con terceros. Pese a ello, y hablando de manera anónima, los funcionarios confirman que están muy preocupados. Para Israel, Mubarak ha sido una pieza estratégica de la moderación en el mundo árabe y ha ejercido de puente entre Israel y los países árabes.

"Es un aliado estratégico y lo ha sido desde que en 1979 se firmó el tratado de paz", explicó un funcionario. "Hay muchos intereses compartidos, compartimos frontera, vivimos en la misma zona, tenemos los mismos retos".

Además de la adhesión al tratado y de unirse en todas las guerras y crisis que ha habido desde que se firmó en 1979, Egipto comparte con Israel su animadversión hacia Hamás, el movimiento de la resistencia Islámica radicado en la franja de Gaza, así como contra el respaldo que está dando Irán a Hezbolá en el Líbano. Y ambos recelan del poder creciente que está tomando Irán en la región.

"Pensamos que se está intentando enterrar el régimen pero que no se acabará del todo aunque hay mucha incertidumbre 'sobre cuál será el próximo movimiento", explica un funcionario.

La principal preocupación que está en boca de los analistas es que Mubarak pudiera ser reemplazado por fuerzas que se oponen al tratado de paz, por el cual Egipto le cedió los territorios del Sinaí a Israel. Serían los Hermanos Musulmanes.

"El peor de los escenarios sería que alguien de la oposición tomase el mando", explica Shaked. "Entre las primeras cosas que podrían hacer sería romper las relaciones con Israel para conseguir más popularidad entre los sindicatos, estudiantes y entre los musulmanes extremistas para unificar a la oposición".

Sin embargo, explican los funcionarios, el fin del régimen de Mubarak no significa necesariamente el fin del tratado de paz. "Si finalmente cae Mubarak, lo que no parece plausible por el momento, no necesariamente serán los islamistas los que se hagan con el poder", comentó un funcionario.

"Otra fuerza política podría necesitar la ayuda de Estados Unidos y considerar que el tratado de paz es un recurso valioso para Egipto".Las protestas son el mayor reto para el gobierno autoritario de Mubarak, que llegó al poder en 1983 tras el asesinato del presidente Anwar Sadat, y que ha gobernado desde entonces sobre la base de leyes de emergencia draconianas.

Como muchos israelíes, Zalman Shoval, un consejero de Netanyahu, comenta que "la mayoría de los egipcios –aunque siempre es difícil generalizar- son fundamentalmente gente pacífica que no están necesariamente dispuestos a participar en baños de sangre, pero pienso que hay preocupación y que debería ser también una preocupación para Washington porque demuestra que algunas actitudes de la Administración de Estados Unidos y de sus conceptos sobre Oriente Medio en su conjunto están probablemente equivocados".

En concreto, Shoval considera que la Administración estadounidense se ha equivocado al poner demasiado énfasis en la cuestión de Palestina y cree que es la clave para resolver la inestabilidad en la región."Se ha demostrado una vez más que la cuestión palestino-israelí no solo no es el principal factor sino que ni siquiera es uno de los principales factores de estabilidad en Oriente Medio y lo que ha sucedido en Túnez, Egipto o Argelia no tiene nada que ver con el conflicto palestino-israelí".

"Cuando la Administración de Estados Unidos se sentase a diseñar sus políticas sobre Oriente Medio debería considerar el énfasis que se quiere poner sobre el conflicto palestino-israelí de una manera proporcionada y no pensar que es la cuestión sobre la que tiene que ejercerse una mayor presión para producir resultados inmediatos", opina Shoval.

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