James Bond sin licencia para matar: el espionaje británico, en crisis por el Brexit

  • La salida de la Unión Europea podría provocar menos inversión en el servicio secreto y una ruptura con la Inteligencia de la UE y EEUU.
Pierce Brosnan, en 'Die another day'
Pierce Brosnan, en 'Die another day'
Columbia / Europa Press

No por casualidad, el espionaje británico es uno de los más envidiados del mundo. Más allá de los relatos de John Le Carré o Ian Fleming sobre los legendarios George Smiley y James Bond, el servicio secreto de Reino Unido ha participado en momentos clave de la historia reciente como cuando se descifró Enigma, el código oculto que utilizaban los nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Pero, ahora, el MI5 y el MI6 (los servicios de Inteligencia interna y externa del país) están bajo una amenaza desconocida hasta el momento: el Brexit.

La retirada de Reino Unido de la UE tendrá una serie de repercusiones en cadena para la inteligencia británica: aislará a los británicos de las instituciones de la Unión Europea que han ayudado históricamente a su seguridad nacional y también podría poner en peligro la estrecha relación del MI5 y el MI6 con Estados Unidos que, por su parte, podría buscar a partir de ese momento mejorar las relaciones con los servicios de Inteligencia de los distintos miembros del bloque comunitario. Pero, si bien desde la llegada al poder de Boris Johnson el Brexit parece inevitable, aún queda un resquicio de esperanza para los agentes 00, tal y como explica este artículo de 'Foreign Policy'.

Tanto el MI5 como el MI6, así como el GCHQ (Government Communications Headquarters, que se centra en descifrar señales), puede que hayan sido algo mitificados por el cine y la literatura, especialmente durante la Segunda Guerra Mundial o la Guerra Fría. Pero lo cierto es que su historia no siempre estuvo ligada al éxito: los informes desclasificados por los servicios de inteligencia demuestran que, antes de 1939, las agencias de espionaje británicas solían ser más caóticas que otra cosa.

Las dos principales agencias, el MI5 y el MI6, se fundaron en 1909, por lo que cuando estalló la Primera Guerra Mundial en 1914 ambos servicios contaban con escasos recursos, con solo 17 personas en el caso del MI5. Una escasez que apenas se había paliado cuando comenzó la Segunda Guerra Mundial en 1939: uno de los documentos desclasificados demuestra que la sección de contraespionaje de Reino Unido contaba solo con dos efectivos para enfrentarse al avanzado servicio de inteligencia de Hitler. Su cometido era detectar a espías y códigos ocultos en todo el Imperio Británico y la Commonwealth, por lo que no resulta extraño que en el inicio de la contienda ni el MI5 ni el MI6 supieran siquiera el nombre del servicio de inteligencia militar alemán, el Abwehr.

Guerra Fría, origen a la fama de la inteligencia británica

Tras el excelente trabajo de Alan Turing descifrando Enigma (clave para acabar con las comunicaciones secretas entre Berlín y los submarinos nazis), fue durante la Guerra Fría cuando los espías británicos lograron pulir aún más su reputación. Las capacidades técnicas de la agencia de captación y descifrado de señales aumentaron exponencialemente y Reino Unido también dio algunos espectaculares golpes sobre la mesa en materia de espionaje y contrainteligencia. Por ejemplo, durante la crisis de los misiles en Cuba en octubre de 1962, la información proporcionada por Oleg Penkovsky, infiltrado en el núcleo de la inteligencia militar rusa y que trabajaba tanto para el MI6 como para la CIA, probablemente salvó al mundo de una catástrofe nuclear.

Aquella y otras hazañas del espionaje británico durante la Guerra Fría (junto a personajes como el de George Smiley o James Bond en los libros de Le Carré o Fleming) alimentaron la leyenda del inimitable espionaje británico. Fue entonces cuando la inteligencia de EEUU empezó a estrechar muy estrechamente con la de Reino Unido ante la amenaza soviética. Desde entonces, Londres encontró en Washington un aliado indispensable para sus agencias de seguridad nacional; una interdependencia que, sin duda, perjudicará al MI5 y el MI6 cuando la CIA empiece a tener más relación con la Europol o el CNI que con ellos.

Hasta ahora, Reino Unido se ha beneficiado de ser miembro de organismos de la UE como la Europol o el Sistema de Información Schengen, que le proporcionan información sobre el terrorismo, la trata de personas y otros delitos graves. Por ejemplo, la policía británica y el MI5 utilizaron esos datos para localizar a los oficiales rusos que intentaron asesinar el año pasado al exespía ruso, Sergei Skripal. Sin embargo, si Reino Unido abandona el bloque comunitario, perderá el acceso a esa información. Si a ello le sumamos que el déficit comercial y el aumento de la deuda británica se dispararán tras el Brexit, cabe pensar que unos de los primeros departamentos funcionariales que más sufrirán los previsibles recortes de la Administración serán precisamente el MI5 y el MI6. 

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