Japón tiembla con las pruebas balísticas de Corea del Norte

  • Estados Unidos es clave para contrarrestar una potencial amenaza nuclear contra la isla. Algunos expertos piden un ataque preventivo contra el régimen comunista.
El comportamiento nuclear del régimen dirigido Kim Jong Il ha supuesto un desafío para las potencias mundiales | Reuters
El comportamiento nuclear del régimen dirigido Kim Jong Il ha supuesto un desafío para las potencias mundiales | Reuters
Justin McCurry – GlobalPost para lainformacion.com
Justin McCurry – GlobalPost para lainformacion.com

TOKIO – Nada deja tan en evidencia la poca eficacia de la política exterior japonesa como un poco de ruido de sables en la península de Corea.

Corea del Norte lanzó hace unos días siete misiles balísticos en el mar de Japón y ha vuelto a despertar el temor entre los nipones. La decisión del régimen de Pyongyang de escoger el día de la Independencia de EEUU –el 4 de julio- para lanzar el mayor número de misiles de los tres últimos años demuestra que el despliegue de la fuerza militar norcoreana era un mensaje dirigido a Washington.

La tensión ha ido en aumento en Japón desde que Corea del Norte realizó un ensayo nuclear subterráneo el 25 de mayo pasado, semanas después de probar un cohete de largo alcance que sobrevoló el archipiélago japonés antes de estrellarse en el océano Pacífico sin causar víctimas.

Tokio afirma que la trayectoria de ese misil es una justificación más que suficiente para considerar que cada ensayo es el preámbulo de un ataque real, con todas las consecuencias desastrosas que tendría para la segunda economía del mundo.

Los temores se acrecentaron aún más con el lanzamiento de los misiles del 4 de julio, además de otros cuatro misiles de corto alcance la semana anterior. En el pasado, al igual que hoy, la respuesta de Japón se ha limitado a una condena enérgica, pero que muchos han pasado por alto.

De alguna manera, el escaso peso diplomático de Tokio también ha quedado reflejado en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas: el ensayo nuclear de mayo fue, después de todo, una violación descarada de una resolución del Consejo de Seguridad, acordada después del primer lanzamiento norcoreano en 2006. El documento prohibía cualquier actividad relacionada con el programa de misiles balísticos.

Fricciones con Rusia y China

Fue sólo después del segundo ensayo nuclear, un acto que tensó las relaciones de Corea del Norte incluso con sus aliados en Pekín y Moscú, que el Consejo de Seguridad mostró los dientes y llamó a los estados miembro a materializar la prohibición de las exportaciones e importaciones de armas coreanas de todo tipo, excepto las más pequeñas.

Si bien las medidas representan una respuesta más sólida que la declaración presidencial de preocupación que siguió al ensayo norcoreano de principios de abril, resta por ver si habrá más medidas tras la conducta cada vez más impredecible del régimen.

Por ahora, las opciones de Japón para tomar medidas bilaterales parecen bastante limitadas.

Otros corresponsales han usado esta página web para analizar la posibilidad de que Japón desarrolle su propia respuesta nuclear disuasoria, una medida que incluso con el mayor anhelo político del mundo parece poco probable en el futuro inmediato.

Por ahora, se trata de reforzar las capacidades convencionales [de respuesta] de Japón y reducir al máximo el dinero que envían a su país los norcoreanos que viven en Japón.

Por su parte, Corea del Norte ha amenazado con derribar los aviones japoneses, a los que acusa de espiar las plataformas de lanzamiento y otras medidas similares si Japón decide participar en las inspecciones de las embarcaciones sospechosas de llevar armas prohibidas.

Inversión en la defensa propia

Desde que Corea del Norte lanzó un misil intercontinental Taepodong-2 sobre Japón en 1998, Tokio ha gastado miles de millones de dólares en desarrollar un escudo antimisil con EEUU y ha lanzado satélites para espiar al impenetrable régimen norcoreano.

Si bien las directrices de defensa [japonesas] publicadas recientemente hablan de un ejército mayor y mejor equipado, los funcionarios nipones insisten en que Japón no abandonará su compromiso constitucional de actuar sólo en defensa propia.

La idea de que la única nación oficialmente pacifista del mundo esté en condiciones de atacar primero no es más que una enorme fantasía, declara el ministro de Defensa japonés, Yasukazu Hamada. "Hemos dejado claro que no usamos la fuerza para resolver situaciones de conflicto y cualquiera que sean los pasos que tomemos será sólo para defendernos", añade.

Pero otros expertos en defensa del Consejo de Política e Investigación de su partido, el Liberal Democrático, discrepan y sostienen que Japón desde hace un tiempo ya tiene la capacidad para atacar bases enemigas si se ve amenazado por un ataque inminente.

Mientras los vecinos de Japón manifiestan su preocupación por este potencial incremento en la capacidad de defensa nipona, el influyente periódico Yomiuri ha entrado en la discusión y apoya la iniciativa.

Una alianza adecuada de seguridad entre Japón y EEUU, argumentan, debe permitir al país asiático ejercer efectivamente su derecho colectivo a actuar en defensa propia, algo que está actualmente prohibido según la interpretación que hace el gobierno de la Constitución".

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