La senadora opositora Jeanine Áñez es desde este martes presidenta interina de Bolivia, dos días después de la renuncia de Evo Morales, quien denuncia desde el exilio una "autoproclamación" golpista. Áñez aseguró que Morales "se fue porque no se atrevía" a responderle al país.
El Gobierno de EE.UU. ha reconocido a la senadora opositora: "La presidenta en funciones del Senado, Áñez, ha asumido las responsabilidades de presidenta interina de Bolivia", declaró en Twitter el encargado de Latinoamérica en el Departamento de Estado, Michael Kozak. "Esperamos con interés -añadió- trabajar con ella y otras autoridades civiles del país mientras organizan elecciones libres y justas lo antes posible de acuerdo con la Constitución".
El presidente interino del Senado, Añez, asumió las responsabilidades del presidente interino de #Bolivia. Esperamos con interés trabajar con ella y otras autoridades civiles del país mientras organizan elecciones libres y justas lo antes posible de acuerdo con la constitución.
— Michael G. Kozak (@WHAAsstSecty) November 13, 2019
Jeanine Áñez llega al poder de forma provisional en un país convulso, con los militares en las calles, ocho muertos y cerca de quinientos heridos desde las fallidas elecciones del 20 de octubre, en una de las peores crisis de la historia reciente de Bolivia.
Áñez llegó a La Paz desde la región amazónica de Beni como la única salida al vacío de poder dejado por la renuncia de Morales el domingo, que sumió al país en el caos hasta el punto de que tuvo que salir el ejército a la calle en apoyo de una Policía desbordada.
Ni siquiera estaba claro que el Parlamento boliviano pudiera reunirse, máxime teniendo en cuenta la mayoría de dos tercios del Movimiento al Socialismo (MAS) de Evo Morales. Pero esta abogada de 52 años activó el mecanismo sucesorio que dejó roto el oficialismo, puesto que con Morales habían renunciado todos los que constitucionalmente podían sucederle.
La Constitución que Evo Morales promulgó en 2009 establece que el presidente del Senado es el segundo en la línea de sucesión, tras el vicepresidente del país. La parlamentaria, que lleva en política desde 2010, pertenece a Unión Demócrata, un partido con solo nueve de los 36 senadores, pero en pocos minutos se presentó en la Asamblea, que aglutina a Senado y Congreso, y sin apenas capacidad de reacción se hizo de forma interina con la jefatura de Estado.
¿Fin del vacío de poder?
Bolivia volvía a tener una presidenta por primera vez en casi cuarenta años, avalada rápidamente por el Tribunal Constitucional del país frente la voces del oficialismo denunciando una autoproclamación ilegítima, la primera la de Evo Morales desde su exilio en México.
El Constitucional emitió un comunicado explicando que aunque Áñez no tuviera el quórum necesario en el Parlamento, está respaldada por una interpretación del texto constitucional para casos de vacío de poder. La nueva jefa provisional de Estado salía al balcón del Palacio Quemado para su foto para la historia, como en tres ocasiones anteriores lo había hecho Morales desde su primera victoria en 2006.
Desde otro balcón, el de Twitter, el que fuera el presidente con más tiempo en el poder en la historia de Bolivia clamaba desde México que su país "sufre un asalto al poder". Morales tuvo que dejar el poder tras catorce años de mandato entre denuncias de la oposición de que no respetaba su propia Constitución.
Esta autoproclamación atenta contra los arts 161, 169 y 410 de la CPE que determinan la aprobación o rechazo de una renuncia presidencial, la sucesión constitucional sobre presidencias del Senado o Diputados y la Supremacía de la CPE. Bolivia sufre un asalto al poder del pueblo.
— Evo Morales Ayma (@evoespueblo) November 13, 2019
El texto limita a dos los mandatos consecutivos, pero iba por el cuarto, hasta que se demostraron graves irregularidades en las recientes elecciones de las que había salido ganador, lo que desembocó en su renuncia entre una ola de protestas en el país. La "autoproclamación", denuncia en la distancia, atenta contra artículos que exigen "la aprobación o rechazo de una renuncia presidencial".
Áñez no ha esperado a que el Parlamento cumpla el trámite de pronunciase sobre la carta en la que su antecesor comunica su decisión de dejar el poder, por lo que está por ver si podrá ejercerlo con un Parlamento oficialista en contra.
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