Jerusalén: los datos clave de la ciudad dividida

  • Israel y Palestina mantienen en Jerusalén una carrera de fondo. La población árabe ha crecido muy por encima de la judía, algo por lo que el Ejecutivo de Netanyahu continúa ampliando los barrios del este de la ciudad. El ritmo de crecimiento no deja de subir y la media de edad es de 23 años, una ciudad joven y muy compleja.
Israel y Palestina mantienen en Jerusalén una carrera de fondo.
Israel y Palestina mantienen en Jerusalén una carrera de fondo.
lainformacion.com
Matt Beynon Rees, Jerusalén | GlobalPost

El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, sostiene que "Jerusalén es la capital del estado de Israel" y por ello pretende construir allá donde quiera.

Pero ¿qué tipo de lugar es Jerusalén? La mayor parte de nosotros sabemos que hay una Línea Verde que transcurre de norte a sur y que divide Jerusalén Oeste (israelí desde la independencia del país en 1948) y Jerusalén Este, que fue gobernado por Jordania hasta la Guerra de los Seis Días en 1967 y cuya población solía ser en su mayoría árabe. ¿Y qué más sabemos? Estos son algunos otros datos sobre la ciudad*:

El 35 por ciento de los 800.000 habitantes de Jerusalén son árabes; el resto son judíos. Algunos de los árabes tienen ciudadanía israelí, pero la mayoría de ellos no, si bien reciben servicios médicos y sociales del estado judío. La proporción de árabes en las otras dos grandes ciudades de Israel es de un 10 por ciento en Haifa y de un 4 por ciento en Tel Aviv.

Casi 500.000 habitantes de Jerusalén viven en áreas que no eran de Israel en 1967, bien porque pertenecían a Jordania o porque no existían. Eso representa al 60 por ciento de la población. Cerca de la mitad de los judíos viven en barrios a cuya construcción se han opuesto sucesivos gobiernos de EEUU.

Cuando Barack Obama dijo que estaba "preocupado porque no estamos viendo a cada parte hacer el esfuerzo extra necesario para lograr avances", estaba hablándole al complaciente gobierno palestino, que observa cómo Israel construye nuevos asentamientos y hace que un acuerdo eventual de territorio les sea menos favorable a los árabes. Pero su principal preocupación es la continua expansión de estos barrios judíos en Jerusalén Este, que más o menos rodean a las zonas árabes y hacen muy difícil pensar en la forma de crear un estado palestino en Cisjordania que tenga una conexión terrestre con las zonas palestinas de Jerusalén.

Netanyahu quiere continuar construyendo en esos barrios porque necesita multiplicar la población judía en la ciudad, que aumenta un 2 por ciento al año. La población árabe crece un 3 por ciento al año. Su planteamiento es que si se construye, la población aumentará para ocupar los inmuebles.

Es un tema a largo plazo para los gobiernos israelíes. Desde 1967 la población judía de la ciudad ha aumentado un 150 por ciento. La población árabe ha crecido un 290 por ciento respecto al censo de cuando era territorio jordano.

Esa batalla demográfica significa que es una ciudad en donde la tasa de natalidad es un factor clave.

El mes pasado estuve en el bar mitzvá del hijo de un amigo. Se puso en pie y presentó a sus dos hijos a los invitados. ¿Sólo dos hijos? Por un momento, me pregunté si habría algún problema, quizás un problema de fertilidad, ya que después de más de media década viviendo en Jerusalén estoy acostumbrado a las familias numerosas. Después de todo, la media aquí es de cuatro hijos por mujer.

Además, ya no mueren tantos niños como antes, especialmente en los sectores árabes. En 1972, la mortalidad infantil entre los árabes de Jerusalén era de 45 muertes por cada 1.000 nacimientos; ahora es de 6 por cada 1.000. Entre los judíos es de 2,6.

Eso lo convierte en una ciudad con juventud (aunque nadie lo diría por su vida nocturna). Entre los árabes, el 41 por ciento tiene menos de 14 años. La edad media de toda la ciudad es de 23 años, significando que la mitad de la población tiene menos de 23.

Aunque los palestinos denuncian a menudo su falta de derechos, pese a llevar siglos asentados en la ciudad, tan sólo un 9 por ciento de los israelíes que habitan en Jerusalén han llegado después de 1990. La mayor parte de ellos son de la antigua URSS, aunque en la última década prevalecen los de origen norteamericano.

De los judíos que viven en Jerusalén, un 29 por ciento son ultra ortodoxos, una tasa cuatro veces superior a la media de Israel en conjunto. Un 20 por ciento de los judíos que viven en la ciudad santa se consideran laicos.

La amplia población ultra ortodoxa es además pobre, porque muchos de los hombres estudian en yeshivas y no trabajan. El 43 por ciento de los habitantes de Jerusalén viven por debajo del umbral de la pobreza.

Sólo el 45 por ciento de la población tiene un trabajo, y entre los palestinos la tasa de ocupación es del 38 por ciento. Los ingresos medios por hogar, que suelen ser familias numerosas, rondan los 3.000 dólares al mes.

En Jerusalén se vive muy apretado. En los hogares judíos hay una persona por habitación en 150.000 viviendas. En los barrios árabes, hay dos personas por habitación y sólo 41.000 viviendas.

Pese al anuncio israelí de que va a construir más, el número de edificaciones está disminuyendo desde hace años.

* Estadísticas del Jerusalem Institute for Israel Studies, del Ayuntamiento de Jerusalén y de la Agencia para el Desarrollo de Jerusalén.

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