El 13 de julio de 1943 la aviación británica propuso a Wiston Churchill bombardear el cuartel general de Benito Mussolini en Roma, el Palacio Venecia, y su residencia oficial, Villa Torlonia. Durante unas horas, el Primer Ministro británico valoró la posibilidad de arrasar el centro de la Ciudad Eterna para acabar con la vida del 'Duce'. Al final, el 'buldog británico' abortó el ataque para evitar la destrucción de monumentos como el Coliseo.
Consciente del riesgo de ser el objetivo de los bombardeos aliados, Mussolini inició a finales de 1942 la construcción de un búnker antiaéreo bajo el Palacio Venecia, en el corazón de la capital italiana. Sin embargo, nunca lo llegó a disfrutar: fue arrestado sólo once días después del 'no' de Churchill. Las obras de su guarida subterránea terminaron, pero se selló para siempre.
Nadie encontró la entrada al refugio hasta que un día cualquiera de finales de 2010, mientras inspeccionaban un depósito de escombros en los sótanos del Palacio Venecia de Roma, la jefa de obra Anna Imponente y el arquitecto Carlo Serafini se toparon con una pequeña trampilla de madera de poco más de un metro de ancho.
Sorprendidos, la abrieron entrando en una suerte de catacumba moderna que, tras un angosto pasillo, daba acceso a una habitación de unos 80 metros cuadrados reforzada con hormigón armado y situada a casi 20 metros por debajo del nivel de la calle.
'Es el duodécimo búnker de Roma, y el último de Mussolini', recuerda Serafini en las páginas del diario 'La Stampa', donde explica que las paredes del refugio del líder fascista italiano 'descansan sobre los cimientos de una antigua torre y presentan en algunos lugares casi dos metros de espesor'.
Además, el descubridor de la catacumba del 'Duce' considera que el refugio 'muy probable estaba pensado para proteger a Mussolini y otra persona, probablemente su amante Claretta Petacci'.
La Roma de los búnker
Bajo el Coliseo, la Piazza Navona y la Fontana de Trevi, existe una ciudad subterránea desconocida, al menos hasta ahora, para la mayoría de los turistas: se trata de la Roma de los búnker. El último descubierto, el del Palacio Venecia, se ha abierto por fin al público dos años después de su descubrimiento y 70 años después de su construcción.
Se trata del último de los refugios antiaéreos escavados por Mussolini en la capital italiana, junto al de Villa Torlonia, donde tenía su residencia, y al del Palazzo degli Uffici en el EUR, un barrio a las afueras de Roma.
Este último bunker presenta una peculiaridad y es que no fue construido por indicación directa del 'Duce', sino que fue creado como solución de emergencia para los altos cargos que se encargaban de las obras de construcción de la Exposición Universal de Roma que le dio el nombre a esa zona de la ciudad, pero que nunca se llegó a celebrar.
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