La conciencia de los biógrafos de "Salinger" está tranquila

  • ¿Estaba legitimados David Shields y Shane Salerno a airear la hermética rutina de J.D. Salinger en su polémica biografía? "Salinger" llega a España y, superado el aluvión de críticas y emergiendo sus valores como investigación, sus autores reclaman su derecho a compartir sus hallazgos.

Mateo Sancho Cardiel

Nueva York, 24 ene.- ¿Estaba legitimados David Shields y Shane Salerno a airear la hermética rutina de J.D. Salinger en su polémica biografía? "Salinger" llega a España y, superado el aluvión de críticas y emergiendo sus valores como investigación, sus autores reclaman su derecho a compartir sus hallazgos.

"Entiendo que la gente sea muy protectora de Salinger, pero el problema es que se sugiera que hemos hecho un mal trabajo contando su vida de manera honesta. Si quisiera hacer algo negativo contra él, podría haberlo hecho en un año, no consagrando una década de mi vida y dos millones de dólares de mi bolsillo", asegura Salerno en una entrevista con Efe.

"Nadie dijo que los datos del libro estuvieran mal. Solo han dicho que no deberíamos haberlos publicado y eso es ridículo", asegura quien describe las reacciones de muchos detractores como "niños que lloran porque les ha dicho que Papá Noel son los padres".

"Salinger", que ahora edita en España Seix Barral, fue publicado en Estados Unidos en otoño junto a un documental complementario que Salerno dirigió, y se anunció como la biografía definitiva del escritor de "El guardián entre el centeno", encerrado durante más de medio siglo en la pequeña ciudad de Cornish (Nueva Hampshire), donde murió en 2010 a los 91 años.

Pero lo primero que discuten los autores era su condición de ermitaño. "No lo era, no estaba recluido. Howard Hughes sí, nadie sabía dónde estaba y qué hacía. Pero Salinger iba todos los días a los mismos sitios. Los ermitaños no van a la cena de la iglesia cada domingo. No van al pueblo y compran el periódico. No invitan a los chicos del instituto a tocar la música y a pasarlo bien", afirma Salerno.

Más allá de disolver mitos sobre su personalidad, iluminan datos sobre su vida. El primero, desvelar que el escritor dejó material literario listo para su publicación (hasta cinco libros) a partir de 2015, lo que agitó la promoción y afiló las suspicacias como golpe de efecto para optimizar el rendimiento comercial del libro y el documental.

El segundo, desempolvar material gráfico, cartas y testimonios hasta ahora desconocidos sobre el autor, especialmente los relativos a su relación sentimental con Jean Miller entre 1949 y 1954, que abrió su archivo de más de cien cartas con Salinger, así como las fotografías y cartas que tenía su amigo Paul Fitzgerald, incluidas algunas del proceso creativo de su libro más famoso.

"Estamos orgullosos de haber podido ver ese material y haberlo compartido con el mundo", dice Salerno.

Según él, Miller es "la ventana más grande" para conocer a Salinger. "Ella lo conoció antes de 'El guardián entre el centeno' y después, antes de irse a Cornish y después. Y ese periodo, antes de que comenzara la leyenda del Salinger recluido, era un punto negro para los biógrafos", asegura.

Y ha sido a la hora de retratar al Salinger íntimo cuando han saltado las alarmas. "Las respuestas a quién era Salinger estaban en sus contradicciones. Quitó su fotografía de la portada de 'El guardián entre el centeno', porque no creía en la autopromoción. Pero cuando vio a Joyce Maynard a los 18 años en una portada del New York Magazine, se sintió inmediatamente atraído", ejemplifica Salerno.

"Su hija (Margaret) decía muchas cosas horribles sobre él e incluso escribió un libro sobre eso ('El guardián de los sueños'). Su hijo (Matt, actor) relataba lo opuesto, decía que era un padre extraordinario y que su hermana miente. Nosotros hemos contado las dos historias", dice.

A la hora de articular esos diez años de documentación, Salerno y Shields optaron por dos ejes temáticos: la Segunda Guerra Mundial -el título completo del libro en inglés es "La guerra privada de J.D. Salinger"- y su permanente búsqueda del sentimiento religioso, que da nombre a los capítulos del libro. "Lo primero le construyó como escritor. Lo segundo le hizo alejarse de la popularidad", resume.

"La Segunda Guerra Mundial fue el trauma que transformó su vida". Pasó de ser un niño rico de Park Avenue en Nueva York que romantizaba la batalla a dejarse la piel en el Desembarco de Normandía.

Tras su experiencia bélica, se internó en una institución mental y llamó a su primer relato "Uncrazy" (no-loco)."Alguna alquimia literaria se generó en esa institución que le cambió como escritor. Y, de hecho, empezó a escribir sobre Holden Caulfield (protagonista de 'El guardián entre el centeno') en primera persona.

De hecho, Salerno asegura que si algo hay que respetar en el material sobre Salinger son sus escritos anteriores a la guerra.

Pero esa misma guerra fue la que le convirtió en un ser en búsqueda desesperada de la religión. "Después de la guerra transitó por numerosas religiones, tratando de curar la herida causada por la guerra". Buscaba un sitio que no encontró jamás y la última frase que dejó dicha a su familia fue "estoy en el mundo, pero no formo parte de él".

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