La dimisión de Hariri sume a Líbano en una tensión sin precedentes con Riad

  • Lo que ha ocurrido es una locura saudí, vamos a esperar, no va a haber una guerra inminente, dice el secretario general de Hezbolá, Hasán Nasralá.
Los ciudadanos del Líbano, pegados al televisor
Los ciudadanos del Líbano, pegados al televisor
EFe

La inesperada dimisión del que fuera primer ministro libanés, Saad Hariri, cuando se encontraba de viaje en Riad ha desencadenado una crisis que hoy enfrentó a líderes políticos y religiosos ante el papel desempeñado por Arabia Saudí.

El grupo chií Hizbulá, aliado de Irán y formación con mayor influencia en el Gobierno que hasta ayer encabezaba Hariri, acusó directamente a Riad no solo de haber "impuesto" la renuncia del primer ministro, sino de haberle "escrito" el texto de su declaración, que calificó de "muy dura". "La dimisión de Hariri nada tiene que ver con la situación política interna del Líbano. No es verdad que los ministros le imponían condiciones. 

El secretario general de Hezbolá, Hasán Nasralá, ha atribuido la dimisión del primer ministro libanés, Saad Hariri, a la "locura saudí", pero en cualquier caso ha descartado una guerra inminente.

"Lo que ha ocurrido es una locura saudí. Vamos a esperar unos días (...). No creo que haya una guerra inminente. La próxima guerra será trascendental y decisiva", ha afirmado Nasralá este domingo a puerta cerrada en un acto con cientos de dirigentes de las Brigadas de Resistencia, parte del partido-milicia Hezbolá, informa la televisión Al Yadid TV.

En su discurso de renuncia, Hariri criticó el "tutelaje" que Irán ejerce sobre la política libanesa a través de Hizbulá y a este grupo le echó en cara el uso de las armas para imponer su política tanto en el Líbano como en la vecina Siria, donde apoya militarmente al presidente, Bachar al Asad.

Nasralá también negó la existencia de una amenaza contra la vida de Hariri, otro de los argumentos que esgrimió el entonces primer ministro al anunciar su salida del Gobierno, y atribuyó la crisis a un intento saudí de "crear una atmósfera de tensión en el Líbano". El líder de la milicia, al igual que otros políticos libaneses, sugirió incluso que Hariri se encuentra "detenido" en Arabia Saudí, en medio de la campaña de arrestos registrada en ese país desde la noche del sábado.

Después de esas acusaciones, Hariri publicó hoy una enigmática foto en la red social Twitter al lado del nuevo embajador saudí en el Líbano, Walid al Yaqub, que presentó este domingo sus credenciales al presidente libanés, Michel Aoun, sin aclarar dónde y cuándo fue tomada la instantánea. En defensa del papel de Arabia Saudí salió el ex primer ministro Fuad Siniora, correligionario de Hariri, quien acusó a Hizbulá de "obedecer las órdenes de Irán". Siniora afirmó que la dimisión de Hariri es un "signo de alarma sobre el acuerdo político en el Líbano".

Hariri no ha dicho cuándo volverá al país

El Gobierno libanés se formó en diciembre pasado en virtud de un acuerdo entre la mayoría de las fuerzas parlamentarias con el que se puso fin a dos años de vacío de poder, en los que la Presidencia estuvo vacante, y que se resolvió con el nombramiento de Aoun para la jefatura del Estado. Al margen de la polémica saudí, Aoun todavía no ha querido pronunciarse sobre la declaración de Hariri, a la espera de su regreso al país.

Hariri no ha aclarado públicamente cuándo volverá al Líbano o si, en cambio, decide permanecer en Arabia Saudí por las amenazas de muerte, pese a lo cual Nasralá aseguró que se le espera en Beirut el próximo jueves. Aoun llevó a cabo hoy contactos políticos con el rey Abdalá II de Jordania y el mandatario egipcio, Abdelfatah al Sisi, que le manifestaron su apoyo al país, además de con el presidente del Parlamento libanés, Nabih Berri.

Desde prácticamente todos los sectores políticos, incluido Hizbulá, hoy se hizo un llamamiento a la calma para evitar nuevos enfrentamientos sectarios en el Líbano. Nasralá instó a los libaneses "a la calma, la paciencia" y a que no escuchen "especulaciones, rumores y análisis". Asimismo aseguró que la preocupación de su grupo "es la seguridad y la estabilidad en el Líbano" y, por ese motivo, se debe "actuar con calma y responsabilidad".

El patriarca de los católicos maronitas, Bechara Rai, instó en su sermón dominical a "mantenerse alerta frente a cualquier manipulación o sabotaje destinado a desestabilizar el Líbano, así como a esquemas regionales o internacionales que no se corresponden con la naturaleza, valores y papel del país como elemento estabilizador en Oriente Medio".

El presidente del Parlamento libanés, Nabí Berri, ha expresado por su parte la importancia de lograr un consenso político entre las fuerzas políticas libanesas tras la dimisión de Hariri y ha defendido la necesidad de estabilidad política.

Mostrar comentarios