La droga atenaza a Somalilandia

  • El aumento del hábito de mascar khat lastra a la pequeña nación del cuerno de África. La sustancia tiene efectos estimulantes y su comercio tiene un valor anual superior a los 40 millones de euros.
El khat es una droga estimulantes muy popular entre los hombres de Somalilandia | Pulitzer Centre
El khat es una droga estimulantes muy popular entre los hombres de Somalilandia | Pulitzer Centre
Tristan McConell | GlobalPost para lainformacion.com
Tristan McConell | GlobalPost para lainformacion.com

HARGEISA (Somalilandia) — La economía de Somalia está dominada por el comercio del khat, una droga prohibida en EEUU y gran parte de Europa. Las hojas de esta planta con flores, contiene alcaloides, tienen como efectos sacar los ojos de órbita y dejar aturdido al que la consume. Son muy apreciada por los hombres somalíes, que las mascan por sus efectos estimulantes.

Mientras gran parte de la economía de Somalia está moribunda, el khat es objeto de un intenso comercio, cuyo valor se calcula por encima de los 50 millones de dólares al año (40 millones de euros). Los médicos advierten, sin embargo, que el consumo de esta droga no sólo lastra los limitados recursos de Somalia, sino que está destruyendo vidas.

Hargeisa es la capital de Somalilandia, un territorio al norte de Somalia que técnicamente es independiente, que se mantiene en paz y sobrevive económicamente, en gran parte gracias al comercio del khat. Descansando sobre una alfombra en el segundo piso de una ostentosa mansión de cristal y piedra con vistas a Hargeisa, Mohamed Yusuf Moge, conocido como el gordo Mohamed, enciende otro cigarrillo. Frente a él hay una pila de ramitas de khat. Sus ojos están sumamente abiertos e inyectados en sangre, un síntoma de que ha estado mascando la droga.

"e;Traemos 80 toneladas de khat cada día"e;, nos dice. "e;Tenemos muchos vehículos y dos aviones para transportar nuestro producto. Controlamos el mercado. ¡Nosotros somos los De Beers de la industria del khat!"e;. "e;Nosotros"e; es 571 Allah Amin, un negocio familiar que empezó hace 15 años y que ha crecido hasta convertirse en el mayor importador de khat de Somalilandia. Moge es el representante de 571. Aunque no nos dice cuánto puede dinero ganar su empresa, se calcula que sus ingresos rondan los 320.000 dólares al día (más de 200.000 euros).

Desde Etiopía

Al almacén de la compañía en el centro de la ciudad llega a media mañana el segundo camión del día, que viene desde plantaciones en tierras altas de la vecina Etiopía. El jueves es el día más ajetreado de la semana, nos explican, porque el vienes es la jornada de descanso para los musulmanes y todo el mundo puede dormir tranquilamente la resaca de khat.

Mientras el camión maniobra para entrar, chiquillos con carretillas y vendedores se arremolinan para descargar los bultos de 70 kilos de khat, que viaja envuelto en paja para mantener la frescura. El khat se distribuye en pequeños manojos de brotes verdes, que se venden al por mayor a un dólar y al por menor a 1,50 dólares.

"e;El negocio va bien"e;, grita sobre el bullicio Omar Hersi Warfa, el encargado del almacén de 571. "e;¡Trabajamos duro y la gente masca1″. La vendedora de khat Shamis Abdullahi Nur, de 50 años, que espera de cuclillas, asiente. "e;El negocio es muy bueno porque hay seguridad y paz"e;, dice mientras da instrucciones para que carguen un saco en una desvencijada camioneta y se lo lleven a su puesto callejero en la otra parte de la ciudad. Otros vendedores se llevan la mercancía en carretillas.

"e;Llevo 30 años vendiendo khat, y este es el mejor momento. Hubo tiempos de guerra, y yo fui una refugiada, pero ahora puedes ver que estoy aquí sentada, comiéndome un mango"e;, dice con una feliz sonrisa.Los precios del khat en la calle son más altos a principios de la tarde porque es la hora del "e;gayiil"e;, cuando la mayor parte de los hombres se sientan a mascar la droga y a conversar. Se les puede ver sentados en alfombras a la sombra, cerca de quioscos de khat, con un cenicero, un termo de té dulce y una jarra de agua a sus pies. Las mujeres a menudo venden el khat, pero no las invitan a consumirlo.

Sin embargo, cada vez son más los hombres que mascan khat por la mañana, al atardecer o por la noche. La imagen de hombres en túnicas blancas que caminan totalmente colocados a lo largo de las carreteras con un puñado de brotes verdes en la mano resulta ya algo habitual en el paisaje.

Algunas voces alertan de que este hábito nacional tiene consecuencias psicológicas. En el ala de enfermedades mentales del principal hospital de Hargeisa, la mayoría de los pacientes están encadenados a la cama o a un poste, o sentados mirando fijamente al suelo. "e;La mayoría de los hombres que están aquí sufren las consecuencias de haber mascado khat; la mayoría sufren esquizofrenia"e;, explica un empleado del centro.

El doctor Yassin Arab Abdi, jefe del hospital, asegura que "e;mascar la droga tiene parte que ver, pero hay muchas razones detrás de las enfermedades mentales. Pero antes solían mascar sólo durante un periodo determinado durante unas cuantas horas. Ahora hacen cuatro sesiones a lo largo de 24 horas. Estas personas son adictas"e;.

En la mansión del khat, el gordo Mohamed y sus colegas exaltan en cambio las virtudes de la droga. "e;El khat juega un papel importante en nuestra sociedad. Si hay un problema, la gente se sienta, masca, y lo arregla"e;, dice Moge. "e;No es una droga que destroza la mente. Es un estimulante. Si se masca el khat de forma correcta no tiene por qué afectarte"e;. Pero, admite que "e;hay algunos tipos que son adictos, y eso es porque no tienen trabajo y no tienen nada que hacer"e;. los arcos dorados y uno de los McDonald's más grandes de toda Europa.

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