La fuerza de Al Jazeera

  • Acaba de publicar los polémicos "documentos palestinos" que muestran las concesiones de Mahmud Abbas a Israel en las negociaciones de paz. Durante años ha sido boicoteada, censurada y bombardeada. Pero esta cadena de televisión independiente puede presumir de tener el servicio informativo más visto del mundo árabe.
Al Jazeera tiene una audiencia de 40-50 millones
Al Jazeera tiene una audiencia de 40-50 millones
lainformacion.com
Tom Fenton, Londres (Reino Unido) | GlobalPost
Tom Fenton, Londres (Reino Unido) | GlobalPost

Los nuevos medios digitales, especialmente Facebook y Twitter, han desempeñado sin duda un papel destacado en la revolución popular que ha terminado con el gobierno autocrático en Túnez. Pero esta revuelta tiene sus raíces más profundas en el despertar de la opinión pública árabe, espoleado gracias a la creación de Al Jazeera, su primer medio de comunicación de masas independiente.

Al Jazeera, un servicio de noticias por satélite en árabe que funciona las 24 horas del día, fue creado en 1996 por el jeque Hamad bin Jalifa Al Thani, emir de Qatar, como parte de un plan para hacer resaltar a su pequeño y extremadamente rico país en el mapa internacional. La apuesta ha sido un éxito absoluto.

Desde su nacimiento, los gobiernos autoritarios árabes no recibieron de buen agrado el canal televisivo porque abría una brecha en su control de la libertad de información; los gobiernos occidentales tampoco se fiaban de Al Jazeera porque daba (y da) minutos a Al Qaeda y cubría los conflictos de EEUU en Oriente Medio desde la perspectiva árabe.

La cadena ha sido boicoteada, prohibida e incluso bombardeada, pero en 15 años ha logrado convertirse en el canal de noticias más visto en Oriente Medio, con una audiencia de entre 40 y 50 millones de personas.

En contraste a este fenómeno, al Gobierno de EEUU le cuesta más de 100 millones de dólares anuales emitir Al Hurra, un canal de noticias en árabe por satélite con sede en EEUU que muy pocos se molestan en sintonizar.

La mayor parte de los árabes no se fían de los canales de televisión de sus países porque censuran las noticias y son instrumentos para difundir las posturas oficialistas.

Al Jazeera se ha convertido en un importante forjador de opiniones en el mundo árabe. Una reciente encuesta revelaba que en los territorios palestinos de Gaza y Cisjordania el canal es seguido por más del 50 por ciento de la audiencia. Palestine TV atrae a un 12 por ciento y Al Arabiya (principal competidor de Al Jazeera, financiado por Arabia Saudí) el 10 por ciento.

El Columbia Journalism Review asegura que la cobertura de Al Jazeera de cualquier posible acuerdo de paz con Israel influirá seriamente en su aceptación por parte de la mayoría de los palestinos. Así de poderoso es el canal.

Al Jazeera dice que no toma partido por nadie, aunque tiene una tendencia natural hacia lo árabe, del mismo modo que la mayoría de medios occidentales tienen un punto de vista occidental. Lo que es más importante es que intenta mostrar los diversos ángulos de un tema. Mantiene incluso una corresponsalía en Israel.

Sus noticias, programas de entrevistas y de debate han contribuido a elevar el nivel de conocimientos políticos de su audiencia árabe, y aumentado su cautela a la hora de creer los comunicados de sus gobiernos. Los gobernantes árabes tradicionales ven todo esto como algo subversivo.

Al ayudar a educar y redibujar a la opinión pública árabe, Al Jazeera ha cambiado el panorama político y contribuido a crear el clima que llevó al pueblo a derrocar al ya ex presidente tunecino Ben Alí.

La chispa que desencadenó la revuelta tunecina fue el acto desesperado de un licenciado universitario que se quemó a lo bonzo en protesta por la falta de oportunidades laborales. En este nuevo entorno mediático, en el que eventos tan dramáticos pueden convertirse en noticias instantáneas (se cree que entre el 10 y el 20 por ciento de los tunecinos tienen un perfil en Facebook), ese acto ya ha inspirado protestas similares en otros países norafricanos.

Puede que Facebook sea el nuevo rostro de la revolución, pero si otros gobernantes dictatoriales de Oriente Medio también terminan cayendo, Al Jazeera también podrá llevarse parte del crédito por ayudar a preparar el terreno.

Esa es la razón por la que desde hace unos años varios países árabes clave intentan quitarle audiencia a Al Jazeera. El presidente egipcio Hosni Mubarak ha inundado sus canales nacionales de televisión con deportes, series, películas y programas de entrevistas nocturnos. La familia real saudí también ha adoptado una estrategia similar, importando programas de entretenimiento extranjeros.

El objetivo es seducir a su gente con fuegos artificiales y hacerse con una porción de audiencia que de otro modo estaría viendo Al Jazeera.Los críticos audiovisuales árabes dicen que estas técnicas están teniendo cierto éxito. El contenido blando está ganando terreno en los medios árabes a costa de las noticias puras y duras de Al Jazeera.

Si es así, no son buenas noticias para las democracias árabes.

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