La guerra oculta de Obama

  • Pese a estar en Pakistán, en la región de Waziristán del Norte no funcionan las mismas leyes que en Islamabad. La red Haqqani, vinculada a Al Qaeda, es invencible allí. EEUU lleva bombardeando la zona desde 2004, pero el grupo armado sigue en pie y desafiante. La cara más amarga son los más de 2.000 civiles que han fallecido allí desde entonces.
Pese a estar en Pakistán, en la región de Waziristán del Norte no funcionan las mismas leyes que en Islamabad.
Pese a estar en Pakistán, en la región de Waziristán del Norte no funcionan las mismas leyes que en Islamabad.
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Aamir Latif, Miramshah (Pakistán) | GlobalPost

En las remotas y erosionadas montañas de Waziristán del Norte tiene su base operativa la red Haqqani, un grupo de insurgentes vinculada al movimiento talibán y que durante mucho tiempo ha aportado refugio a Al Qaeda.

Esta región del norte de Pakistán es como el Lejano Oeste, en donde todo el mundo observa a todo el mundo; una región semiautónoma en donde, según la constitución del país, las leyes judiciales normales no tienen efecto.

Aquí no hay policía, ni ejército ni juzgados. El pastunwali, un centenario código tribal, es lo que rige la vida diaria, y es la ley de la tierra. Todas las disputas se resuelven a través de una jirga, la asamblea de los más mayores de la comunidad, cuyo dictamen es definitivo.

Los analistas en temas de seguridad dicen que Waziristán del Norte es la ruta más importante para los militantes integristas que se mueven por la frontera entre Pakistán y Afganistán, en donde atacan de forma persistente a las tropas de la OTAN.  De hecho, antes de que Osama Bin Laden fuese asesinado en una zona residencial cerca de Islamabad, se creía que Waziristán del Norte era el lugar en donde el terrorista podía esconderse.

El presidente de EEUU, Barack Obama, ha dicho reiteradamente que para ganar la guerra en Afganistán es necesario controlar esta región paquistaní (y la red Haqqani que gobierna en la sombra). Se cree que la red Haqqani gestiona una fuerza de 3.000 milicianos adiestrados para combatir.

"Si América [EEUU] quiere seguir en Afganistán, o salvaguardar sus intereses en caso de una retirada, tiene que domesticar a Waziristán del Norte", asegura el teniente general retirado Shafiq Ahmed, que trabaja como analista en Lahore.

Así pues, Obama ha aprobado el aumento del uso de aviones no tripulados en Waziristán del Norte. Operados por la CIA, su uso fue autorizado por primera vez en 2004 por el ex presidente George W. Bush.

El primer ataque de aviones no tripulados en la región tuvo como objetivo al comandante talibán Moulvi Naik Muhammad, el 18 de junio de 2004. Fue el único ataque de ese año. Desde entonces se han producido 246 más, y cada año desde entonces han ido aumentando en frecuencia.

Si bien algunos creían que la muerte de Bin Laden podría significar una disminución en este tipo de ataques aéreos en la zona, lo cierto es que las operaciones no han hecho más que convertirse en más regulares. Desde que tuvo lugar el ataque de Abbottabad, ya ha habido siete misiones de aviones no tripulados.

En el ataque más reciente, el 20 de mayo, murieron cuatro personas. El 21 de abril, en uno de los ataques más mortales de los últimos tiempos, fallecieron al menos 25 personas en Waziristán del Norte. El misil lanzado desde un avión no tripulado cayó sobre un complejo de viviendas en la ciudad de Spinwam. Entre las víctimas había cinco mujeres y cuatro niños.

Según fuentes de la inteligencia paquistaní, más de 2.000 personas han muerto por ataques de aviones no tripulados desde 2004. Resulta difícil saber cuántas de esas víctimas son civiles. Aún así, los cálculos más conservadores creen que en torno al 50 por ciento de las bajas son civiles.

Antes de incrementar los ataques con aviones no tripulados, la administración Obama había intentado presionar, sin éxito, al frágil Gobierno de Pakistán para lanzar una ofensiva militar a gran escala en Waziristán del Norte.

Pese a la importancia de la región para la guerra en Afganistán, EEUU no fue capaz de convencer a los líderes paquistaníes civiles y militares para contraatacar.

Pakistán dice que ya tiene 60.000 soldados desplegados en operaciones contra las fuerzas talibanes en Waziristán del Sur, en el turístico valle del Swat, en otras regiones del país y en su frontera con el viejo enemigo de la India. Argumenta que no está en posición de abrir un nuevo frente.

En consecuencia, la administración Obama ha optado por aumentar el uso de aviones no tripulados, que son lanzados desde Afganistán para atacar a la red Haqqani, a los talibanes y a los militantes de Al Qaeda que operan en Waziristán del Norte.

"Los líderes civiles y militares de Pakistán no quieren ser el centro del odio, no sólo dentro de Pakistán, sino también en el mundo árabe", afirma el analista político paquistaní Najam Sethi.

Mientras tanto, los talibanes y los miembros de la red Haqqani siguen realizando ataques a tropas al otro lado de la frontera, en Afganistán. Irónicamente, Haqqani utiliza tácticas de guerrilla que aprendieron en la década de 1980 de EEUU, cuando colaboraban en la guerra de Afganistán contra la Unión Soviética.

Combatientes muyahidines respaldados por EEUU, utilizaron Waziristán del Norte como punto de partida de emboscadas a las tropas soviéticas que luchaban en Afganistán, exactamente lo mismo que hacen hoy en día con las tropas de la OTAN. Los combatientes eran liderados por aquellas fechas por Jalaluddin Haqqani, un comandante de la guerrilla y ex ministro para Asuntos Fronterizos en el Gobierno talibán de Afganistán. Su hijo, Sirajuddin Haqqani, es quien lidera ahora la red.

El general Ahmed, que dirigió las operaciones del Ejército de Pakistán en Waziristán del norte y del sur entre 1980 y 1984, dice que si EEUU quiere salir airoso de Afganistán, este anillo tribal tiene que ser un punto central en su estrategia de guerra.

"La red Haqqani ha estado prácticamente implicado en todos los grandes conflictos armados, sea con el Ejército de Pakistán o con grupos militantes opositores. Por eso la organización permanece prácticamente intacta", afirma.  "Y eso debe de ser un motivo de gran preocupación para EEUU".

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