La OTAN avisa de una posible intervención rusa en Ucrania

La perspectiva de una intervención rusa en el este de Ucrania pareció incrementarse bruscamente el lunes y amenaza con abrir aún más la que ya es la mayor grieta entre Oriente y Occidente desde la Guerra Fría, publica The New York Times.

El Kremlin anunció que ha enviado un convoy de ayuda humanitaria a los sitiados separatistas. Mientras, el secretario general de la OTAN aseguró que hay una"alta probabilidad" de un ataque ruso en Ucrania y ha incrementado su estimación del número de tropas rusas en la frontera.

Mientras altos funcionarios y medios de comunicación rusos expresan su preocupación por la situación humanitaria de ciudades como Lugansk o Donetsk, los gobiernos occidentales temen que las misiones de ayuda rusas sirvan de pretexto para ayudar militarmente a los rebeldes prorrusos.

En una conversación de este lunes con Vladimir Putin, el presidente de la Unión Europea, José Manuel Barroso, advirtió contra cualquier acción militar en Ucrania, incluyendo acciones con pretexto humanitario.

Por su parte el Kremlin mantiene que Putin ha centrado su atención en las "catastróficas consecuencias de la operación militar".

La Unión Europea, Rusia y otros países, incluyendo Estados Unidos, se han comprometido a contribuir con ayuda.

Hay pocas dudas para el New York Times sobre la capacidad militar de Rusia. La OTAN asegura que Rusia tiene cerca de 20.000 tropas en la frontera con Ucrania. No obstante, el portavoz militar ucraniano, Andriy Lysenko, ha afirmado que esa cifra supera los 45.000, apoyados por 160 tanques, 1.360 vehículos armados, 150 camiones capaces de lanzar misiles, 192 jets y 137 helicópteros.

"Vemos que los rusos desarrollan una narrativa y el pretexto para llevar a cabo una operación de este tipo bajo la apariencia de ayuda humanitaria, y vemos que la escalada militar podría ser utilizada para llevar a cabo este tipo de operaciones militares ilegales en Ucrania", ha indicado Anders Fogh Rasmussen, secretario general de la OTAN.

Una intervención militar provocaría nuevas sanciones económicas de los países occidentales y aislaría aún más al Kremlin diplomáticamente.