La Policía prevé una oleada de violencia del Daesh para recuperar sus finanzas

  • Los activos del ISIS 'cotizan' a la baja año tras año, lo que podría obligarle a incrementar su actividad delictiva en Occidente para financiarse
Evolución de los ingresos del Estado Islámico en los últimos años.
Evolución de los ingresos del Estado Islámico en los últimos años.
Nerea de Bilbao

Los servicios internacionales de información contra el terrorismo islámico mantienen una vigilancia permanente sobre las vías de financiación del Estado Islámico (Daesh), para intentar adelantarse a las acciones violentas que puedan preparar. El último informe elaborado por los servicios policiales españoles, y basado en investigaciones como la del Centro Internacional para el Estudio de la Radicalización y la Violencia Política (ICSR, por sus siglas en inglés), advierte de un recorte drástico en los recursos que el Daesh tiene en la actualidad y alerta de una posible ola de nuevos secuestros y extorsiones en el mundo occidental, en busca de más fondos con los que reorganizar su actividad. 

Es de sobra conocido que la confiscación del dinero que quedaba en los bancos de Siria e Irak, la venta de unas pequeñas bolsas de petróleo que aún manejan y el 'impuesto revolucionario' que cobran a sus seguidores en todos los países donde tienen presencia, han sido siempre el fundamento de su financiación. Se calcula que a finales de 2014 manejaban casi 2.000 millones de dólares para su actividad criminal en todo el mundo. Pero la paulatina derrota de sus posiciones en Oriente Medio y el bloqueo internacional, dejaron esa cantidad a finales del año pasado en menos de la mitad de ese montante. 

Este hecho y las investigaciones realizadas sobre los movimientos de sus componentes en algunos países hacen pensar a los expertos internacionales en terrorismo yihadista que "es más que probable" que la agrupación terrorista se vea obligada a aumentar sus fuentes de financiación en las actividades "delictivas" que últimamente estaba realizando y que puede darle más frutos, según consta en un informe interno que manejan los servicios policiales y al que ha tenido acceso La Información. Se teme una oleada de "secuestros, venta de drogas, tráfico de órganos, extorsión de empresas y contrabando de objetos de arte", toda vez que las vías clásicas de financiación están ya agotadas. 

Casi 40 millones por secuestros

La partida por secuestros y sus correspondientes rescates ascendía a primeros de 2017, según el citado documento, a unos 45 millones de dólares (casi 38 millones de euros). Unos ingresos que no sólo se mantienen estables para el Daesh, sino que se han incrementado respecto al año anterior, cuando la misma actividad generó entre 10 y 30 millones de dólares. La Policía cree seguro que el grupo terrorista extrapolará los secuestros a Europa.

Hasta ahora, los grandes focos de actuación del Estado Islámico para sustentar su economía eran, por un lado, la venta de petróleo; y por otro, el saqueo y confiscación de bancos en el territorio de ocupación. El crudo llegó a reportarle a la organización unos ingresos de 550 millones de dólares en 2015, pero la reciente ofensiva de las Fuerzas Democráticas Sirias ha reducido las propiedades del Daesh a unos pequeños pozos en la bolsa de Suknah, difíciles de explotar y comercializar.

En cuanto a los activos procedentes del saqueo bancario, el ISIS ha visto cómo han caído en picado, pasando de sumar en torno a 1.000 millones de dólares en 2014 a 'apenas' 190 en el último año.

Tráfico de órganos y de personas

Desde hace algo más de un año, los servicios de información policial se habían visto sorprendidos por el giro que los responsables del Estado Islámico estaban dando al origen de sus finanzas, hacia actividades delictivas y condenadas a nivel internacional, como el tráfico de órganos y el de personas. "Hay numerosas evidencias de personas desplazadas (refugiados en su mayoría) que han vendido sus órganos a mafias que seguramente estén en manos del Daesh", señala el informe.

Otras vías de financiación de la organización terrorista van desde la venta de permisos y objetos arqueológicos hasta las aportaciones de seguidores a través del 'crowdfunding'. En el caso de la primera, estos artefactos se sustraen o bien de los museos ocupados o bien de la búsqueda ilegal en las áreas de excavación como Dura Europos, y generan unos ingresos que apenas alcanzan los 50 millones de dólares anuales. En el caso de las donaciones por niveles, resulta importante la campaña de captación que se realiza en las redes sociales, y destaca que cada donante puede conocer en qué se emplea su dinero: la compra de un arma, la financiación de una operación, un viaje a una zona de conflicto...

Aunque sin duda, la fuente económica más conflictiva del Estado Islámico proviene de algunos gobiernos de Oriente Medio. El exsubsecretario jefe de la unidad sobre Terrorismo del Tesoro de Estados Unidos, David Cohen, denunciaba la legislación "permisiva" de Qatar y otros Estados del Golfo Pérsico, facilitando que entidades caritativas tapadera pudieran enviar dinero al Daesh y a Al-Qaeda. Por su parte, Günter Meyer, director del Centro para la Investigación sobre el Mundo Árabe de la Universidad de Maguncia, en Alemania, apuntaba hacia "Arabia Saudí, pero también a Qatar, Kuwait los Emiratos Árabes Unidos" como "la fuente más importante de financiación del Estado Islámico hasta la fecha".

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