Una mujer lanza un huevo a la cabeza del primer ministro de Australia en un acto

  • La activista detenida aseguró a la prensa que se trataba de una protesta por la política de la coalición gobernante contra los solicitantes de asilo.
Huevo Morrison
Huevo Morrison

El acto de lanzar huevos a los candidatos presidenciales comienza a dar la vuelta al mundo. Si el pasado mes de marzo un hombre estrelló un huevo contra la cabeza del líder socialista británico Jeremy Corbyn (un acto que le costó 28 días de cárcel), la última víctima fue el primer ministro de Australia. En concreto, el dirigente australiano, Scott Morrison, fue el objetivo de una mujer que le lanzó un huevo en un acto de campaña para las elecciones generales del próximo 18 de mayo.

Las imágenes mostraron a la mujer arrojando el huevo que, no llegó a impactar directamente contra el cráneo del primer ministro Morrison, si no que pasó rozando su cabeza sin romperse, durante un acto de la Asociación de Mujeres Rurales en Albury, en el sureste del país.

La mujer fue identificada y detenida por el personal de seguridad al instante de producirse el incidente. Asimismo, la mujer, cuyo nombre y edad no trascendieron, reconoció poco después ante la prensa ser una activista que trataba realizar una protesta por la política de la coalición de partidos gobernante contra los solicitantes de asilo, según pudo saber la cadena pública del país oceánico SBS.

Durante el incidente otra mujer de avanzada edad fue arrollada y cayó al suelo. Hecho al que el candidato a permanecer en el gobierno de Canberra se refirió a través de Twitter lamentando que "nuestros granjeros tienen que soportar a los mismos idiotas que invaden sus granjas y casas".

Morrison se refería también a una reciente protesta de veganos y defensores de los animales delante de mataderos y granjas, por lo que se comprometió a "hacer frente a la matonería de estos activistas cobardes que no tienen respeto para nadie".

El incidente es similar al que protagonizó también en el mes de marzo un adolescente que estrelló un huevo en la cabeza del controvertido senador Fraser Anning. Éste se produjo después de que este culpara a las políticas de inmigración por el atentado supremacista contra dos mezquitas de Nueva Zelanda que causó 51 muertos.

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