Las empresas tecnológicas de EEUU quieren más empleados extranjeros

  • Las firmas tecnológicas del sector demandan un cambio las leyes de inmigración para contratar más especialistas foráneos.
Las firmas teconológicas de EEUU quieren contratar más empleados extranjeros
Las firmas teconológicas de EEUU quieren contratar más empleados extranjeros
lainformacion.com
Tom Abate - Global Post
Tom Abate - Global Post

El lobby tecnológico de EEUU tiene las esperanzas puestas en que los legisladores revisen pronto las leyes sobre inmigración y se incluyan medidas para facilitar que las empresas de tecnología contraten talento en el extranjero.

Las firmas tecnológicas quieren que se facilite la contratación de personal extranjero con formación universitaria y también quieren que se reforme el proceso de la "carta verde" (tarjeta de residencia) para que sea más fácil convertir a los trabajadores que contratan con visado temporal en residentes permanentes de EEUU.

El programa de visados H-1B permite a los empresarios de EEU contratar de manera temporal a trabajadores extranjeros en puestos especializados, pero el número de ese tipo de visados está limitado.

El sector tecnológico argumenta que Canadá, Australia, Nueva Zelanda y la Unión Europea tienen normas más favorables para la entrada de trabajadores extranjeros cualificados, lo que sitúa a EEUU en una posición competitiva desfavorable.

"Tenemos que ponernos al día" asegura el abogado Bo Cooper, un ex alto cargo del área de inmigración de EEUU que ahora asesora a Compete America, un lobby que vela por los intereses del sector de la tecnología y de los negocios. "Otros países se han dado cuenta de que por el bien nacional es interesante atraer a gente con talento hacia tu economía".

Empleos para estadounidenses

Hace tiempo que el programa H-1B está siendo cuestionado por quienes acusan a los trabajadores tecnológicos importados de ocupar puestos laborales de ingenieros estadounidenses. Además, también ha habido denuncias de abusos por parte de las compañías que respaldan los visados de trabajo de los técnicos inmigrantes.

Durante la época de Clinton, cuando la tecnología florecía y la tasa de desempleo era baja, el Congreso aprobó dos veces leyes que autorizaban el aumento temporal del número de trabajadores con visado H-1B que podían contratar las empresas estadounidenses.

Cuando esas cuotas extra caducaron bajo el mandato de Bush, la burbuja de las puntocom ya había estallado y el empleo en el sector tecnológico se había moderado. Los legisladores decidieron entonces que las leyes sobre inmigración tienen que atender un amplio abanico de asuntos, entre ellos el de los inmigrantes ilegales y no solo el interés en el personal tecnológico cualificado.


Reforma de inmigración

Tras una compleja propuesta de reforma de las leyes sobre inmigración que feneció en el Senado de EEU hace dos años, la agenda tecnológica entró en un periodo de silencio. Las esperanzas volvieron cuando el presidente Barack Obama mencionó la reforma sobre inmigración en abril y junio, aunque se refiriese al aspecto de los indocumentados.

Compete America emitió recientemente un comunicado de prensa en el que destaca que las peticiones para visados H-1B básicos no han alcanzado aún la cuota anual de 65.000, como había ocurrido en los últimos años, cuando la economía era más fuerte. Según esta organización, el dato indica que es el mercado el que regula la demanda, y que no hacen falta cuotas con límites.

Esa afirmación es recibida con ironía por John Miano, miembro del consejo del Programmers Guild, una organización de profesionales tecnológicos estadounidenses que dicen que la mayoría de los visados H-1B se conceden a trabajadores extranjeros licenciados que no están especialmente cualificados y que menoscaban los salarios en EEUU.

Miano asegura que la tasa de desempleo entre arquitectos e ingenieros, a los que el Departamento de Trabajo agrupa, está ahora en torno al 9 por ciento, mucho más de lo habitual entre ese tipo de profesionales. "El lobby tecnológico está fanfarroneando de que sólo hubo 46.000 peticiones de visado H-1B", dice. "Tenemos tantos ingenieros sin trabajo que esa cifra tendría que haber sido cero".

Estos argumentos a favor y en contra podrían salir a colación si el debate sobre sanidad impide que el Congreso aborde el tema de la inmigración. Las esperanzas están puestas por el momento en la cooperación del senador demócrata Charles Schumer, de Nueva York, y la senadora republicana Lindsey Graham, de Carolina del Sur, que intentan perfilar las líneas generales de un acuerdo sobre inmigración.

Ataque en dos frentes

Mientras tanto, el programa H-1B ha vuelto a ser atacado recientemente por dos frentes.

El senador republicano por Iowa Charles Grassley ha exigido este mes a las autoridades de inmigración de EEUU que vigilen mejor el cumplimiento del programa "para que los trabajadores extranjeros no inunden el mercado, disminuyendo los salarios y quitándole el empleo a estadounidenses cualificados".

Por otra parte, un reportaje de portada del Business Week titulado "America's High-Tech Sweat Shops" ha destapado a consultoras que respaldan peticiones de visado con la promesa de colocar a los inmigrantes en buenos puestos tecnológicos, pero que al final no cumplen su palabra y terminan inundando a los solicitantes con minutas.

En el sector tecnológico, quienes más esperanzas tienen en la reforma de las leyes de inmigración son el creciente número de ingenieros de India que llegan a EEUU con visados H-1B y que solicitan la residencia permanente, y que debido a las actuales normas se enfrentan a una larga espera para conseguir su carta verde.

Aman Kapoor, un empresario tecnológico que vive en Florida y cofundador de Immigration Voice, una organización que pide que se cambien las reglas de la carta verde para ayudar a los trabajadores cualificados, asegura que le gustaría ver reformas que favorezcan a sus colegas.

También asegura que la competitividad a largo plazo de la economía de EEUU pasa por mejorar el acceso a la educación, más que por medidas como el freno a la importación de talento extranjero.  "El gran debate es cómo debe de ser el sistema educativo de EEUU", dice Kapoor. "¿Tendrá la siguiente generación mejores capacidades? Así es como se hace una nación más competitiva".

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