Las protestas se desbordan en Egipto tras el anuncio de continuidad de Mubarak

  • El Cairo.- La rabia y la frustración que sembró en muchos egipcios la decisión del presidente Hosni Mubarak de permanecer en el poder se tradujo hoy en una marea humana de cientos de miles de personas que tomaron las calles de las principales ciudades para exigirle que se marche ya.

Centenares de egipcios se concentran ante el edificio de la radiotelevisión pública
Centenares de egipcios se concentran ante el edificio de la radiotelevisión pública

El Cairo.- La rabia y la frustración que sembró en muchos egipcios la decisión del presidente Hosni Mubarak de permanecer en el poder se tradujo hoy en una marea humana de cientos de miles de personas que tomaron las calles de las principales ciudades para exigirle que se marche ya.

Las protestas, que en El Cairo se habían concentrado en torno a la céntrica plaza Tahrir, se desbordaron hoy por la capital del país y llegaron a puntos tan sensibles como el Palacio Presidencial de Uroba, en el barrio de Heliópolis, o el edificio de la radiotelevisión estatal.

Tras la oración del mediodía, que congregó a decenas de miles en Tahrir, los manifestantes decidieron no seguir recluidos en la plaza, como ha sucedido en la mayoría de los 18 días de protesta, y se dispersaron coreando eslóganes y agitando banderas.

El rezo, dirigido por un imán que pidió a los asistentes "resistencia y que se aferren a sus demandas", sacó a relucir el hartazgo acumulado tras casi tres semanas de protestas por una plaza abarrotada.

Esa atmósfera de indignación llevó a algunos a pedir templanza a los manifestantes, como intentaba hacer Hamza Tarqaui, estudiante de Medicina, con un grupo de amigos que abogaba por marchar hacia el palacio Presidencial.

"Un baño de sangre sería dramático por la pérdida de vidas y porque sería un golpe a nuestras demandas. El régimen quiere que haya violencia para poder justificar la represión y así enviarnos a casa", intentaba convencer, sin mucho éxito, Tarqaui.

A juzgar por las opiniones de la gente, parece que la paciencia se ha agotado en Tahrir.

Ni las concesiones de Mubarak, que ayer anunció la delegación de la mayor parte de sus poderes en el vicepresidente Omar Suleimán, ni la anunciada reforma constitucional han satisfecho las ansias de un cambio de régimen de los manifestantes, que sólo esperan ya escuchar dos palabras de la boca de su todavía presidente: "Me voy".

A eso mismo le invitan los cánticos que se escuchan hoy en El Cairo y que se han convertido en clásicos entre la ciudadanía: "El pueblo quiere que caiga el régimen", "que caiga que caiga Hosni Mubarak", o, simplemente, "¡vete!".

Medios locales informaron de que las protestas se han extendido a barrios del norte y del sur de la capital como Shubra -habitado sobre todo por cristianos coptos ortodoxos- o Manial.

Mientras, la ira popular también se ha desbordado en las mayores ciudades del país, comenzando por Alejandría, en el norte, donde las televisiones han mostrado imágenes de un gran despliegue militar en torno al Palacio Rash el Tin.

En otras localidades de Egipto tradicionalmente combativas como los centros industriales de Mahala el Kubra, Mansura o Beni Suef también salieron decenas de miles de personas a la calle y protagonizaron disturbios con las fuerzas de seguridad.

Asimismo, obreros y trabajadores tomaron Suez, uno de los primeros focos de la revuelta que estalló el 25 de enero, y donde se han producido algunos de los peores enfrentamientos con la policía de todo el país.

Enrique Rubio

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