Los ciudadanos de Gaza están hartos de Hamás

  • Desde que Israel levantara parte de su bloqueo para la entrada de alimentos a Gaza tras el asalto a la 'Flotilla de la Libertad', poca cosa ha cambiado para los habitantes de la Franja. La mitad de ellos no tiene trabajo y la mayoría dependen de algún tipo de ayuda, porque la frontera con Israel continúa cerrada por miedo a Hamás y en Gaza la oferta de empleo es muy reducida. Los ciudadanos ya no echan la culpa solo a Israel.

La vida en Gaza
La vida en Gaza
EFE
Theodore May | GlobalPost

(Gaza). Ziad Taramsa, de 47 años, llega al centro de distribución de ayuda de las Naciones Unidas igual que lleva haciéndolo varias veces al año desde hace casi una década. El pequeño carruaje que arrastra su burro está repleto de harina, leche en polvo, azúcar, arroz y aceite para cocinar.

Exhausto después de cargar la mercancía, Taramsa revisa su maltrecha cartilla de racionamiento para asegurarse de que se ha contabilizado todo bien. "Es muy difícil, muy difícil encontrar un trabajo", se lamenta.

Para Taramsa, el mayor logro del día ha sido presentarse justo cuando se suponía que tenía que hacerlo. La ONU, asegura, ha empezado a publicar horarios de distribución de la ayuda en internet, que él no tiene ni idea de cómo usar.

Este centro de distribución de ayuda, gestionado en un campo de refugiados en la Ciudad de Gaza por la Agencia de la ONU para los refugiados de Palestina, es un salvavidas vital para muchos de los desempleados que hay en Gaza. En 2009 el Programa Mundial de Alimentos de la ONU reveló que el 45 por ciento de los habitantes de Gaza no tienen trabajo, y que el 85 por ciento dependen de algún tipo de ayuda.

Cada vez son más los habitantes de Gaza que no solo culpan a Israel de su situación económica, sino también a Hamás, que controla desde 2007 esta pequeña Franja, lo que se puede interpretar como una señal de que el bloqueo israelí al trabajo y a las mercancías parece estar logrando el efecto deseado."Hace unos cinco o seis años esto era mejor, mucho mejor... hasta que Hamás llegó", afirma Taramsa.

Los problemas de desempleo en Gaza no están basados en cuestiones económicas cíclicas, sino más bien en un conjunto más insoluble y preocupante de problemas estructurales y políticos que amenazan con conducir a Gaza a una crisis absoluta si sigue aumentando su población.

Entre 1997 y 2007, según Naciones Unidas, la población de Gaza aumentó casi un 40 por ciento, eclipsando la tasa de crecimiento en la próxima Cisjordania y convirtiéndolo en uno de los lugares que crece más rápido en el mundo.

Israel solía facilitar un mínimo de supervivencia a los palestinos de Gaza, permitiendo a muchos de ellos cruzar la frontera a diario para trabajar. Taramsa trabajó en Israel antes de que su permiso caducase en 1994, su último año laborable.

Mientras las relaciones de Israel y Hamás continúan siendo agrias y persisten los intercambios de violencia, la gente de Gaza permanece aislada en su enclave costero con muchas menos oportunidades de trabajo que manos disponibles.

Abou Khalil El Khadar, de la ciudad de Jabaliya, trabajó en la construcción en Israel durante 35 años. En ese tiempo consiguió ahorrar suficiente dinero como para hacerse una casa de tres pisos, con tres viviendas que esperaba legar algún día como herencia a sus tres hijos.

Sin embargo, en 2005 la deteriorada situación política también pasó factura a El Khadar, que perdió su trabajo cuando Israel cerró definitivamente sus fronteras a los habitantes de Gaza alegando que tenía que protegerse de la acción de Hamás. "La arteria de la vida aquí era trabajar en Israel", dice.

Desde 2005 a 2008 El Khadar se encargó de llevar un pequeño supermercado en su casa, a poca distancia de la frontera, que acabó siendo destruida durante la guerra de Israel con Hamás en enero del año pasado.

Desde entonces El Khadar no tiene trabajo, y depende de la ayuda alimentaria que recibe cada mes de la organización CHF International para lograr salir adelante.La falta de acceso al mercado laboral de Israel está haciendo perder apoyos a Hamás en Gaza, afirma, pero también está fomentando la proliferación de grupos radicales. "Más presión sobre Gaza significa un aumento del número de gente que va a estas organizaciones radicales", afirma El Khadar, quien añade que cuando hay algún puesto de trabajo en Gaza, normalmente acaba en manos de miembros de Hamás.

Las autoridades de Hamás, sin embargo, dicen que es el bloqueo de Israel, y no su decisión de cerrar las fronteras a los trabajadores, lo que ha provocado tantos desempleados en Gaza."Si se permitiese el tráfico de material de construcción, entonces se crearían miles de puestos de trabajo", sostiene Ahmed Yousef, un destacado asesor político del primer ministro palestino Ismail Haniyeh. "Lo hacemos lo mejor que podemos", añade. "Estamos sitiados. Creamos todos los empleos que podemos. Cuando la gente está sitiada, ¿qué puede hacer?"

Coincidiendo con la reanudación de las conversaciones de paz entre Israel y la Autoridad Nacional Palestina, liderada por Al Fatah, Hamás ha iniciado una nueva ofensiva para desestabilizarlas, lanzando nuevos ataques con morteros y cohetes contra Israel y asumiendo la autoría de un ataque a israelíes cerca de la ciudad cisjordana de Hebrón que se saldó con cuatro muertos.

Para la gente de Gaza, estos nuevos episodios de violencia presentan un poco halagüeño horizonte en cuanto a perspectivas laborales."El gobierno de aquí, lo primero que quiere es que haya empleo para la gente", admite El Khadar. "Pero nuestra única oportunidad para volver a trabajar es regresar a Israel, y eso no va a pasar pronto".

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