A partir de la muerte de George Floyd

Los disturbios raciales en EEUU reabren viejas heridas de clase, raza y privilegios

La falta de liderazgo político se suman al clima de tensión por la crisis económica causada por la pandemia y la crispación con las instituciones.

Un Policía de Nueva York corta una calle en medio de las protestas raciales
Un Policía de Nueva York corta una calle en medio de las protestas raciales
EP

La indignación por la muerte de George Floyd está provocando una ola de protesta y disturbios sin precedentes por todo Estados Unidos, desde las calles de Mineápolis, donde el afroamericano quedó sin respiración tras un agente de la policía arrodillarse durante ocho minutos sobre su cuello, hasta las puertas de la Casa Blanca. Decenas de ciudades que como Nueva York, Los Ángeles, Denver o Filadelfia quedaron sitiadas. La falta de liderazgo político, sumado al clima de tensión por la crisis económica ocasionada por la pandemia y la crispación con las instituciones, complica aún más un problema que lleva 400 años muy arraigado en la sociedad estadounidense.

El incidente está revitalizando el levantamiento ciudadano que se vivió hace seis años contra la brutalidad policial tras morir Eric Garner estrangulado por un agente. Ese incidente dio origen al movimiento Black Lives Matter. Las últimas palabras de George Floyd son escalofriantemente similares al "no puedo respirar" que gritó el neoyorquino de Staten Island. La eterna lucha por la justicia racial por la muerte de ciudadanos negros bajo custodia policial volvió así a ponerse en el centro del debate político y social.

El mensaje de los manifestantes, sin embargo, se está viendo enturbiado por la violencia, los saqueos y el vandalismo hasta el punto de amenazar con crear un verdadero colapso civil. Los manifestantes quemaron la sede de los tribunales en Nashville, irrumpieron en el cuartel general de la policía en Oregón, saquearon negocios en Mineápolis y lanzaron cócteles molotov contras las patrullas en Brooklyn. Varias grandes ciudades se vieron forzadas antes esta situación a imponer toques de queda.

Estas escenas violentas contrastaban con la protesta de miles de personas que tomaron la calle de manera pacífica exigiendo justicia para Floyd. Pero a medida que se extendía los disturbios, algunos gobernadores tuvieron que declarar el estado de emergencia en un intento por contener la situación. Las tropas de la Guardia Nacional están activadas en varios estados en un intento por controlar a los manifestantes. El hecho de que el ex policía Derek Chauvin fuera acusado de asesinato y homicidio involuntario no fue suficiente.

Mientras, el presidente Donald Trump critica a las autoridades de Minnesota y les pide que endurezcan sus respuestas ante los altercados. La Casa Blanca atribuye la ola de violencia a grupos radicales extremos. El retorno de los disturbios raciales se produce cuando Estados Unidos se prepara para las elecciones presidenciales y al rebasarse las 100.000 muertes por coronavirus.

La pandemia está afectado de manera desproporcionada a las minorías negra y latina. También a los ciudadanos con menos recursos en las grandes ciudades. La retórica de Trump, en este contexto, está siendo muy criticada por los alcaldes de ciudades como Nueva York o Atlanta, porque consideran que en lugar de rebajar la tensión incitan la violencia. El magnate republicano está teniendo una manera muy diferente de afrontar la situación que sus predecesores en el cargo. La ráfaga de mensajes que colgó en Twitter este sábado no hace más que echar combustible a un fuego que está latente desde hace siglo en EEUU. Llegó al extremo de sugerir que los manifestantes deben ser fusilados. Trump recurrió una expresión utilizada por el jefe de policía de Miami durante los disturbios raciales a finales de los años 1960 al explicar por qué no cedía ante el vandalismo en los barrios negros.

No hay datos oficiales sobre los americanos que mueren en manos de la policía, pero se estima que rondan el millar cada año. En ciudades como Mineápolis, la relación entre ambas estuvo siempre plagada de incidentes. Pero la disparidad racial sigue siendo algo común en todos los Estados Unidos y las protestas reflejan es déficit de esperanza.

Mostrar comentarios