Los Encuentros de cine latino en Toulouse arrancan en clave de humor uruguayo

Andrea Olea

Toulouse (Francia), 23 mar.- La 24ª edición de CineLatino. Encuentros de Toulouse dedicó hoy la apertura del festival a la comedia en Uruguay, donde toda una generación de jóvenes cineastas viene mostrando desde hace una década un humor muy particular.

En los próximos días, esta retrospectiva, que corre paralela a la selección oficial de películas en concurso hasta el próximo 1 de abril, mostrará una comicidad que "no es la de la carcajada", dijo a Efe el programador del festival, Erick González, sino una agudeza "irónica y a ratos sarcástica que obliga al espectador a contener la sonrisa".

El estilo casi se ha vuelto una corriente, como se desprende del hecho de que, según González, "en torno al 80 por ciento de la producción fílmica uruguaya con cierta calidad de la última década corresponde a películas cómicas".

"Whisky", el film de Pablo Stoll y Jun Pablo Rebella ganador del Goya a la mejor película extranjera en 2004, abre el festival, junto a otros títulos como "La vida útil", de Federico Veiroj, o "Gigante", de Adrián Benítez.

El programador alabó las propuestas de este pequeño país latinoamericano, que, pese a su limitada producción, "consigue estar presente en los grandes festivales" como Cannes o Berlín y hacerse "un hueco en la cartografía mundial del cine".

Los Encuentros también han querido destacar a Argentina, que ha logrado renovar su propuesta cinematográfica, desligarse de las ayudas públicas y apostar por películas independientes cuyo bajo presupuesto pasa desapercibido por la gran calidad de su factura.

La temática de las cintas proyectadas dentro de la muestra "Otro rostro del cine argentino" cambian, pero tienen como hilo conductor un halo de suspense bien llevado, un equipo técnico cuyos miembros pasan de un film a otro y unos actores que pasan sin despeinarse de papeles protagonistas a simples figuraciones.

Argentina también estará bien presente en la selección a concurso en un año en el que la inmensa mayoría de las películas que compiten, tanto de ficción como documentales, pertenecen a países con su industria cinematográfica ya consagrada, como Brasil, México y Chile.

En total, la sección oficial cuenta con 14 largometrajes, 7 documentales y 8 cortos con una temática muy variada, "que va de lo intimista al cariz político más frontal, con apuestas seguras pero también arriesgadas", explicó González.

Las películas presentes en la muestra reflejan, un año más, las profundas transformaciones que vive el continente latinoamericano, y sirven para tomar el pulso del cine en esa región.

"Están pasando muchas cosas en América Latina y, evidentemente, el cine se desarrolla en paralelo", señalaba González, quien cree que los movimientos sociales de países como Chile o México volverán a traer la denuncia al cine de la región, como evidencian películas de esta edición como la mexicana "El lenguaje del Machete".

También se deja sentir el apoyo que empieza a tener el séptimo arte en lugares donde hasta entonces la industria era muy precaria, y que ahora han logrado tener sus institutos del cine, leyes reguladoras y ayudas públicas, como en el caso de Chile y Colombia, países donde hace diez años "estaba todo por montar", indicó.

Los organizadores del festival, que arranca apenas un día después de la muerte de Mohamed Merah, el asesino confeso de siete personas en Toulouse que ha conmocionado a Francia, han querido ser "pudorosos" y no manifestarse sobre el suceso por entender que no les corresponde a ellos hacerlo.

No obstante, suspendieron los actos festivos en la calle que debían inaugurar el certamen, aunque mantuvieron el festival por considerar que se trata de una muestra de la pluralidad, la solidaridad y la tolerancia propios de la República francesa, señalaron.