Los indignados estadounidenses ya tienen su Tahrir: Liberty Plaza

  • Ante la imposibilidad de acampar en Wall Street, los manifestantes han tomado la vecina plaza de Zuccotti Park, de enorme valor simbólico por su cercanía a la Zona Cero, y la han rebautizado. Las cajas de pizza y los sacos de dormir se amontonan desde el sábado en este pequeño espacio de apenas 3.100 metros cuadrados, poco más de la mitad que la Puerta del Sol.

El pasado fin de semana Zuccotti Park, en el corazón financiero de Manhattan, ha cambiado de nombre. Este pequeño espacio urbano a escasas manzanas de Wall Street se ha convertido en la Plaza de Tahrir de los indignados estadounidenses, que lo han rebautizado como Liberty Plaza. Al fin y al cabo, dicen, 'Tahrir significa libertad en árabe'.

Durante el día, hasta 5.000 manifestantes sepasean por Liberty Plaza, según los organizadores del movimiento Occupy Wall Street. Allí celebran sus asambleas 2013retrasmitidas en directo a través de Internet2013, hacen yoga, pintan carteles y gritan consignas como 'A ellos los han rescatado, a nosotros nos han vendido' o 'Todo el día, toda la semana, ocuparemos Wall Street'.

Al caer la noche, la estampa cambia. Tras la dureza de la primera madrugada, apenas 300 indignados se han atrevido a repetir noche al raso. 'Estamos copiando el modelo de la revuelta en Egipto', asegura Joel Atkinson, un joven de 21 años que ha llegado al corazón financiero de Nueva York desde Columbus (Ohio) y que no piensa abandonar Liberty Plaza hasta conseguir objetivo.

'El plan es permanecer aquí hasta que podamos reunir a la suficiente gente como para mandar un importante mensaje al Gobierno', confirma Atkinson. Sin embargo, no lo tendrán fácil: además de por su proximidad a Wall Street, Zuccotti Park es un enclave simbólico en Nueva York por los ataques terroristas del 11-S.

En esa pequeña plaza 2013de 3.100 metros cuadrados, poco más de la mitad que la Puerta del Sol2013 se encuentra uno de los homenajes a las víctimas, lo que la convierte en lugar de paso habitual de familiares y turistas. Además, los destrozos provocados por los atentados obligaron a una remodelación de más de ocho millones de dólares que las autoridades no piensan poner en peligro.

lainformacion.com
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