Los investigadores hallan una importante cantidad de antidepresivos en el domicilio de Lubitz

    • El copiloto estaba siendo tratado por un "trastorno de ansiedad generalizada", según fuentes de la investigación.
    • Padecía además problemas de vista que habrían comprometido su carrera como piloto.

Lugar de la tragedia, en los Alpes franceses.
Lugar de la tragedia, en los Alpes franceses.

El copiloto del avión de Germanwings que el miércoles se estrelló contra los Alpes franceses, Andreas Lubitz, padecía un Trastorno de Ansiedad Generalizada por el que estaba siendo tratado con un medicamento neuroléptico, según informa hoy el diario francés Le Parisien. Según este rotativo, los médicos habían administrado a Lubitz inyecciones de Olanzapina y le habían aconsejado la práctica de deporte.

En los registros a su vivienda, un apartamento en Düsseldorf, y a la de sus padres, en la localidad de Montabaur, los investigadores hallaron numerosos fármacos para tratar un trastorno psicosomático. Según el tabloide alemán Bild, algunos de ellos estaban sin abrir, lo que podría indicar que Lubitz podía haber dejado de medicarse.

Lubitz, que el miércoles estrelló de forma intencionada, según la Fiscalía de Marsella, el avión de Germanwings con 149 personas a bordo,padecía también el conocido como síndrome burn-out, o estrés laboral, y requería de la ayuda fármacos para dormir. Según indica Bild, los médicos le habían prescrito también Agomelatina. El copiloto se encontraba de baja por prescripción médica el mismo día del accidente, un extremo que ocultó a la compañía. Se desconoce hasta qué punto Lubitz podría ir sedado o medicado ese día.Posible desprendimiento de retina

Ayer se incorporó a las pesquisas un elemento adicional: además de sus problemas psiquiátricos, el piloto padecía también graves problemas de visión, que podrían haber interferido en su carrera. El Bild publica hoy que se trataría de un desprendimiento de retina y Le Figaro habla de la pérdida de hasta un 30 por ciento de vista.

Según el perfil que se ha ido trazando a través de los distintos hallazgos y testimonios, Lubitz tenía una personalidad fuertemente obsesiva y había convertido el pilotaje en su máximo objetivo vital. Su sueño de ser comandante y realizar trayectos de larga distancia podría haberse visto truncado por esta dolencia, para la que había requerido asistencia especializada. En julio, Lubitz debía renovar su licencia de vuelo, sometiéndose a las pruebas médicas impuestas por la Agencia Europea de Seguridad Aérea y que podrían comprometer su futuro laboral.

El Hospital de la Universidad de Düsseldorf emitió el viernes un comunicado en el que se explicaba que el piloto había sido evaluado en la clínica por última vez el 10 de marzo. Fuentes hospitalarias no aclararon el motivo de esa revisión, amparándose en las leyes de privacidad del paciente, aunque sí negaron que se tratase de un problema de depresión . El centro cuenta con un reconocido servicio oftalmológico.

El periódico recoge también las declaraciones de Klaus Radke, presidente del club aeronáutico donde Lubitz aprendió a volar aparatos de un solo motor, una de sus aficiones. Radke, que conoció al piloto cuando éste contaba apenas 14 años, recuerda la fascinación que sentía por el pilotaje. El pasado otoño Lubitz acudió a su escuela para realizar unas prácticas con el fin de mantener actualizada la licencia de planeador.

"Lo encontré servicial, con una gran confianza en sí mismo", explica Radke, "pensé que realmente se había convertido en alguien por sí solo". En los últimos días, los responsables de la escuela han recibido amenazas de muerte por haber ayudado a Lubitz a comenzar su carrera de piloto.

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