Los rebeldes sirios se organizan para que Occidente les tome en serio

  • La principal prioridad del Consejo Nacional de Siria, un autonombrado gobierno en el exilio, es que la comunidad internacional los reconozca como representantes del pueblo sirio. Como última medida han montado una serie de oficinas para ganar credibilidad.
La oposición siria se reúne en Túnez
La oposición siria se reúne en Túnez
Gul Tuysuz, Estambul (Turquía) | GlobalPost

En las nuevas oficinas del Consejo Nacional de Siria, un autodenominado gobierno de transición en el exilio, que une a los izquierdistas, islamistas y miembros de otrasfacciones de la oposición siria, todavía hay cajas de suministros que necesitan ser desempaquetadas y persiste el olor a nuevo mobiliario de oficina.

Desde estas oficinas, dentro de un edificio más acostumbrado a albergar a empresas de importación o exportación, es donde los representantes de la insurrección popular de Siria trabajan para conseguir una mayor legitimidad y el reconocimiento internacional.

"Cuando los gobiernos reconozcan esta oficina como la oficina del Consejo Nacional de Siria, podré sentir la emoción que conlleva haber conseguido esto", dice Halit Joya, un miembro del Consejo.

La principal prioridad del Consejo en este momento es ganar legitimidad en la comunidad internacional como representante del pueblo sirio. En última instancia, el Consejo espera que los gobiernos extranjeros hagan patente ese reconocimiento a través de la ayuda humanitaria y la intervención militar.

"Después de que la Liga Árabe decidiese presionar al régimen de Bashar al Asad con sanciones, la presión del resto de la comunidad internacional empezó a disminuir", explica  Hodja. "El pueblo de Siria quiere medidas concretas que deben adoptarse. En este punto, no tiene sentido esperar  reformas de un gobierno dirigido por un hombre cuyo modo de pensar está en línea con el de Gadafi".

El régimen de Asad ha seguido aferrándose al poder, dando pasos titubeantes hacia una reforma dudosa que ha sido definida por los miembros de la insurrección como "falsa y puro maquillaje".

Por ejemplo, el lunes pasado se llevaron a cabo en Siria las elecciones locales. SANA, la agencia estatal de noticias de Siria, citó a un funcionario de Damasco, quien dijo que las votaciones se llevaron a cabo en "un clima de transparencia marcado por la honestidad y la democracia".

Sin embargo, la gente de dentro de Siria pinta un panorama muy diferente.

"Fue una gran mentira de los medios de comunicación", asegura Omar Shaker, un activista y residente en Homs, una localidad que se ha sido visto especialmente afectada por la represión.

La ciudad ha estado bajo asedio, con zanjas excavadas por la fuerza pública que se utilizan para dejar partes de la ciudad incomunicadas. Según Shaker, los combustibles y los alimentos se han convertido en artículos cada vez más difíciles de encontrar y aún así, sus precios se han duplicado.

"Fui a ver a la votación, no a votar, por supuesto, pero para ver lo que estaba pasando. Vi que pusieron a agentes de seguridad vestidos con ropa de civiles y los medios Sirios estaban grabándoles para tratar de aparentar que eran gente del pueblo sirio yendo a las elecciones", dice.

Otros catalogan las elecciones, que estaban programadas justo hace menos de un mes, como una costumbre habitual del régimen de Asad. "Ésta es la democracia de un solo partido. Es una obra de teatro de comedia. Siempre sabemos los resultados incluso antes de votar", dice Fadi Muhamed, un residente de Damasco, a través de una entrevista telefónica.

Según los activistas, incluso en Damasco, que ha visto relativamente pocas manifestaciones en comparación con otras ciudades de Siria, la asistencia fue escasa.

"En Damasco, la gente que fue a estas elecciones eran muy pocos en número. Lo vi con mis propios ojos", dice Omar. "Bashar sabe que no le creen, pero quiere convencer a los otros países".

La presión sobre Siria ha ido en aumento desde que Turquía, una vez un importante socio comercial y aliado cercano, impuso sanciones económicas. Pero hasta ahora la comunidad internacional no ha respondido a las llamadas de la oposición en Siria para imponer una zona de amortiguamiento e implementar una zona de exclusión aérea, medidas que, según los activistas, son necesarias para proteger a los civiles y expulsar a la fuerza de Assad.

El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas sigue dividido, con Rusia y China lanzando su apoyo al régimen de Asad.

Naciones Unidas estima que desde que se inició el levantamiento en Siria hace nueve meses, el número de muertos supera los 5.000. La cifra total de muertos en Siria puede ser más de 6.000, si se tiene en cuenta que el régimen de Assad ha afirmado que 1.100 miembros de las fuerzas sirias de seguridad del Estado han sido asesinados por lo que describen como "bandas armadas".

Mientras tanto, el Ejército sirio, a diferencia del de Egipto, sigue estando en gran medida unificado bajo el liderazgo del régimen, a pesar de que hay un ejército rebelde, llamado el Ejército Sirio Libre, que ha comenzado a atraer a más y más soldados desertores.

Cuando los soldados deciden desertar entran en contacto con las redes de activistas locales que les proporcionan refugio y alimento. A cambio, los soldados desertores comienzan la defensa de la zona, dándoles cobertura, dicen los activistas.

"La gente está tratando de animar a los soldados a desertar", apunta Shaker. Pero el Ejército Sirio Libre,  que ha llevado a cabo ataques contra objetivos del Gobierno, no tiene la artillería pesada que tiene el ejército oficial y debe confiar en lo que los soldados desertores puedan llevar consigo o en lo que consigan introducir de contrabando en el país. Y no es algo fácil de hacer.

 

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