Los uigures, lejos del dinero en su propio territorio

  • Los expertos creen que los disturbios étnicos en la remota región de Xinjiang se deben al desigual reparto de los recursos más que a causas religiosas.
China mantiene un amplio dispositivo del Ejército en Xinjiang para controlar la situación | EFE
China mantiene un amplio dispositivo del Ejército en Xinjiang para controlar la situación | EFE
Josh Chin - GlobalPost para lainformacion.com
Josh Chin - GlobalPost para lainformacion.com

SAN FRANCISCO — Para Kasim Tuman, un activista uigur que vive en California, la explicación del enfrentamiento entre su pueblo y los chinos han que ha desembocado en violentos disturbios étnicos es cuestión de dos números: 6 y 40. El primero es el porcentaje de chinos han que vivían en Xinjiang, la provincia donde habitan tradicionalmente los uigures, antes del establecimiento de la República Popular de China. El segundo es el porcentaje de población han que hay en la actualidad.

"e;El flujo de inmigrantes han es tan grande que los uigures se han convertido en una minoría en su propio país"e;, explica Tuman, coordinador en la Costa Oeste de EEUU de la Uighur American Association.

La explicación de Pekín a los estallidos de violencia de estos días es igualmente sencilla: ha sido producto de injerencias desde el exterior, de uigures como Tuman, de terroristas, según el gobierno, que manipulan a sus hermanos musulmanes en China para que se embarquen en una revuelta sangrienta.

Mientras columnas de tropas chinas mantienen una imagen de calma en Urumqi, la capital provincial en donde 192 personas han muerto y centenares han resultado heridas en los episodios de violencia étnica más graves de la historia reciente de China.

Detonante del conflicto

El origen de las revueltas parecen estar en las protestas por la muerte de uigures a manos de una multitud de chinos han trabajadores de una fábrica en Guangdong, enfadados por los rumores acerca de la violación de dos mujeres han. Pero al igual que el juicio a Rodney King y los enfrentamientos raciales de 1992 en Los Ángeles, el incidente de Guangdong sólo fue la chispa que hizo saltar la violencia, no una explicación a la violencia en sí.

La tensión entre los chinos han y los uigures musulmanes se remonta a siglos atrás. En años recientes, su lucha se ha querido reducir a un asunto de religión, gracias en gran parte a que el gobierno ha clasificado a los uigures, de mentalidad independentista, como terroristas (un giro retórico vinculado a la simpatía de China con la Guerra contra el Terror de George W. Bush). Pero según han observado algunos expertos, las reacciones de los chinos han y las propias vivencias de los uigures sugieren que el origen del conflicto se debe más a razones económicas que al Islam.

Los enfrentamientos de Urumqi han producido también una explosión de indignación dentro de China. Al igual que ocurriera con las revueltas del Tíbet en marzo de 2008, gran parte de los comentarios apuntan a las políticas económicas preferentes que se aplican en la región. "e;¿Cuántos países tratan a las minorías de forma tan favorable con hace China?"e;, comenta en chino un usuario de YouTube debajo de un vídeo sobre los disturbios. "e;¿Por qué hay personas todavía insatisfechas? No entienden la gratitud"e;.

Desde el inicio de su campaña de desarrollo del oeste en 2000, Pekín ha invertido miles de millones de dólares en Xinjiang a fin de explotar sus ricos yacimientos de petróleo (el segundo mayor de China), uranio, oro y otros minerales. Dichas inversiones son descritas en los medios estatales chinos como una bendición para los uigures y otras minorías en Xinjian, como una especie de plan para apoyar a las minorías étnicas. Pero aunque el crecimiento del PIB en la región supera el 10 por ciento, los beneficios prácticos para los habitantes de Xinjian han sido escasos.

Discriminación en los mejores puestos

"e;En sectores empresariales clave como la energía, la industria y la mayor parte de los empleos de cuello blanco, las minorías étnicas, y particularmente su grupo más amplio, los uigures, han sido excluidos sistemáticamente del acceso a puestos de trabajo"e;, explica Arienne Dwyer, una experta en Xinjiang de la Universidad de Kansas. "e;Este es un conflicto interétnico sobre autonomía y acceso a los recursos"e;.

El gobierno chino no facilita el desglose detallado de las cifras por etnias, pero Tuman sugiere a aquellos que tengan dudas sobre la disparidad que hagan una rápida visita a su ciudad natal. "e;Tan sólo hay que ir a Kashar y mirar alrededor"e;, dice. "e;Durante el día las calles están repletas de uigures, pero si se sale por la noche sólo se ven han. ¿Por qué? Porque los chinos han tienen empleos; están trabajando durante el día"e;.

Este patrón es así desde hace siglos. Cuando escribe sobre la revuelta más exitosa de los uigures contra el dominio chino, en 1864, el historiador James Millward argumenta que no se trató de un conflicto religioso, sino que se produjo por "e;los problemas económicos y el desgobierno desenfrenado que desde la década de 1850 había generado las condiciones subyacentes tras las revueltas"e;.

En el Xinjiang actual, la economía y la cultura se han mezclado de formas complejas y potencialmente explosivas. Como ejemplo, la decisión del gobierno en 2002 de sustituir en las aulas de la región el uso del idioma uigur por el mandarín. Vendido por las autoridades como un esfuerzo para ayudar a los uigures a integrarse suavemente en la economía moderna, muchos de ellos lo percibieron sin embargo como un ataque a su propia existencia como pueblo.

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