Los vecinos de El Saladillo temen más a la droga que al yihadismo

    • "En los últimos meses ha habido una gran afluencia de musulmanes a este barrio. Aquí se ve a muchos grupos que se reúnen en casas a las cinco de la mañana y no sabemos qué se está cociendo", asegura Eduardo, vecino de El Saladillo.
    • 15.000 habitantes, un 40% por ciento de paro, convivencia de diferentes etnias, compañerismo comparten el día a día con el menudeo de drogas y las cargas policiales.

El Saladillo
El Saladillo

El barrio de ElSaladillo en Algeciras vive entre la calma y el miedo. Los vecinos de este humilde 'pueblo' de 15.000 habitantes tienen en su cabeza muchas preocupaciones, pero en las últimas 24 horas se ha sumado una más, que ya intuían, pero que ahora se ha visto confirmada. Esas reuniones clandestinas por las noches, cuando nadie pasea por las calles que algunos vecinos confirman haber visto por las ventanas, asustan más ahora. Saber que un antiguo vecino acababa de intentar perpetrar una masacre en París confirma lo que ellos ya saben en su día a día: a todo el mundo, incluida a la policía le preocupa más la droga que el yihadismo en El Saladillo. Al menos así era hasta que Ayoub ocupó los informativos de medio mundo, incluida la CNN.

Ayoub el Khazzani vivía con sus padres en una de las avenidas más populares de la barriada. Ya había sido detenido por narcotráfico. Ahora, su salto criminal ha asustado a todos, sorprendido a algunos y confirmada las sospechas para otros. Sus padres han desaparecido, no dan señales de vida desde que su hijo fue detenido en Francia. Saben que el nombre de El Saladillo y de Ayoub ha salido a la luz pública mundial. ¿Será su hijo un miembro de una célula dormida de Al Qaeda?

Kahzzani convivió con una amplia comunidad islámica, la más representativa del Campo de Gibraltar, con una mezquita propia que aglutina a la comunidad más numerosa.

Esta mezquita, a la que su familia acudía con frecuencia, es la que posee la actividad más intensa de Algeciras, una ciudad con una población de alrededor de 7.000 musulmanes, la inmensa mayoría marroquíes.

En la barriada, donde la población extranjera es casi la mitad de la vecindad, la mezquita lleva a cabo un trabajo social importante con distintos colectivos para combatir la delincuencia.

Ahora los vecinos esperan que la policía tenga un control más profundo sobre las personas que llegan de África. Algeciras, por su condición de frontera, se ha convertido en zona de paso de islamistas. Es este un barrio con dificultades, con un paro cercano al 40%, pero aquí conviven diferentes etnias y existe ese compañerismo que da la dificultad, eso de verte en la piel del otro.

Está declarada, de hecho, como Zona con Necesidad de Transformación Social, una delimitación administrativa de la Junta de Andalucía que se dirige a núcleos de población con problemas de desintegración social, déficit de infraestructuras, alto nivel de desempleo o deficiencias higiénico sanitarias.

Pero el miedo a convertirse en un foco radical existe, al menos en algunos de sus vecinos. Eduardo López ve el ambiente en El Saladillo y no es muy optimista. Cree que Algeciras y su barrio se están convirtiendo en un foco para futuros yihadistas. "La policía está más pendiente de limpiar las zonas de drogas en lugar de controlar quién pasa la frontera".

Su ventana le da una visión privilegiada de los movimientos en la zona. "En los últimos meses ha habido una gran afluencia de musulmanes a este barrio. Aquí se ve a muchos grupos que se reúnen en casas a las cinco de la mañana y no sabemos qué se está cociendo", asegura con miedo Eduardo.

Mercedes nunca hubiera imaginado que su barrio iba a estar involucrado en terrorismo. "Nunca pensé que un chico así viviera al lado de mi casa", reconoce sorprendida. Para Paqui, otra vecina del pueblo, se trata de una zona normal donde cada uno sabe a lo que se dedica y hay mucho compañerismo. "Estamos dolidos e indignados porque la imagen que se está dando del pueblo no es la real. Hay droga, sí, pero como en cualquier lugar".

Ella no tiene miedo, pero si preocupación. "Creo que si esta zona fuera conflictiva no vendría el alcalde a pasear por estas calles sin guardaespaldas", asevera. De distinta opinión es Eduardo : "Esto se veía venir, pero si sigue este descontrol habrá más sorpresas". Marcos tiene una tienda de iluminación y reconoce que no ha vivido situaciones de pánico ni violencia en persona, pero confiesa que las cargas policiales son una constante por culpa de la droga. No tiene miedo, pero sí confiesa que vive siempre con la sospecha de que algo puede pasar.

Algeciras siempre ha sido un foco de vigilancia policial. En 2012 la policía frustró un atentado contra el Centro Comercial Puerta Europa que se iba a llevar a cabo con drones. También se descubrió un piso que tenían alquilado a varios miembros de Al Qaeda en el centro. Más recientemente, en enero, las fuerzas de seguridad localizaron dos fusiles de asalto en una finca abandonada. Eran un M4 y un AK47 que pertenecían a una célula yihadista y estaban ocultos entre un cargamento de hachís. Interior tiene desplegados de manera permanente desde hace ya varios meses, a numerosos efectivos por la zona, ya que tanto la Operación Paso del Estrecho como los últimos ataques en Francia han elevado la alerta terrorista al nivel 4, con especial atención a las zonas de tránsito con los países del norte de África. Algeciras, como puerta de entrada, se considera zona caliente. Como El Saladillo, ahora.

No es la primera vez que esta barriada algecireña ha estado relacionado con operaciones contra el terrorismo yihadista, ya que en 2008, la Policía Nacional detuvo en una vivienda de la calle Fray Junípero Serra a Mohamed Ben Hesaien en una operación a nivel nacional que se saldó con doce detenciones.

No se sabe eso sí, por cuánto tiempo estará bajo el foco, porque allí lo que preocupa y muchos es el día a día y en ese más que nadie triunfan la droga y el paro.

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