Luces y sombras del Frente Polisario

  • Es la voz oficial del pueblo saharaui. Sus representantes claman su derecho a celebrar un referéndum de autodeterminación y han denunciado la "barbarie" cometida por el Ejército marroquí en el asalto del campamento a las afueras de El Aaiún. Pero esta organización también tiene aspectos grises.

El Frente Polisario no siempre ha sido una autoridad pacífica ni es democrática. Lucha por los derechos a la autodeterminación del pueblo saharaui aprobado por la comunidad internacional y apoya mayoritariamente los derechos básicos, como el acceso a un hogar y a un trabajo, de sus conciudadanos.

Precisamente son derechos humanos como éstos los que reclamaban los saharauis acampados en el campamento de Agdaym Izik hasta que el Ejército marroquí los desalojó violentamente el pasado lunes. Y gracias al Frente Polisario, la información que llega al exterior sobre lo que allí sucede ahora y antes está más equilibrada. Por ejemplo, el Polisario habla de 19 muertos saharauis mientras que el Gobierno alauita dice que solo murió un saharaui y una decena de sus hombres en el asalto.

Pero el Frente Polisario también tiene sus defectos. Más allá de sus inicios lógicos como guerrilla en los años 70 para combatir la colonización española primero y después la ocupación marroquí (y mauritana), el Frente Popular de Liberación de Saguía el Hamra y Río de Oro ha demostrado recientemente su autoritarismo.

Censura al opositor

Mantiene retenido a un saharaui que no comparte la visión del Frente Polisario. Mustafá Salma se pronunció públicamente a favor del estatus autonómico, pero no independiente, que ofrece Marruecos. Lo hizo este pasado agosto en el Sáhara Occidental, controlado por Marruecos. A su regreso el 21 de septiembre a casa, en los campamentos de refugiados saharauis en Tinduf (Argelia), el Polisario le detuvo por "traición y espionaje".

Si bien es cierto que Mustafá Salma Uld Sidi Mouloud era el inspector general de Policía del Polisario y en ese sentido debe fidelidad a la autoridad, lo cierto es que el Polisario le mantiene bajo vigilancia y sin permitir el contacto con sus familiares porque Salma se atrevió a decir lo que pensaba, y así lo ha interpretado la comunidad internacional.

La ONG Human Rights Watch (HRW) asegura que el detenido sólo ha podido hablar por teléfono con representantes del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), que tratan de buscar una salida a su situación.

"El Frente Polisario dice que coopera con ACNUR para resolver la situación de Salma, pero son ellos quienes lo detuvieron hace seis semanas en una zona remota del desierto, aparentemente por sus opiniones políticas, y no le dejan contactar a su familia", afirma la responsable de HRW para Oriente Medio y el norte de África, Sarah Leah Whitson.

El Polisario tampoco se ha andado con chiquitas con algún prisionero de guerra, como Ali Najab, un piloto de las fuerzas marroquíes al que detuvieron en 1978 y no liberaron hasta 2003. En una carta, Najab agradecía a Cruz Roja Internacional el apoyo que le habían proporcionado todos esos años, ejerciendo de "cordón umbilical" con sus familiares y trayéndoles víveres. Aunque Cruz Roja no cita ningún abuso físico, sí deja claro que la "dignidad" humana no siempre estaba garantizada.

Argelia, su protector

El país vecino de Marruecos es uno de los países claves para la resolución del conflicto entre Rabat y El Aaiún, capital del Sáhara Occidental. De parte del Polisario, Argelia acoge dentro de sus fronteras los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf.

Tan importante es su papel en todo este conflicto, que se espera que la visita del ex ministro de Asuntos Exteriores Miguel Ángel Moratinos a Argel para resolver otros asuntos, sea también un encuentro con las autoridades argelinas en el que se trate el asunto saharaui.

Interlocutor oficial clamando justicia

Las Naciones Unidas aceptan al Frente Polisario como interlocutor con Marruecos, aunque eso no signifique que reconozcan su autoproclamada República Árabe Saharaui Democrática. Por cuestiones diplomáticas no pueden hacerlo, al igual que tampoco reconoce un país palestino aunque admita la validez de la Autoridad Nacional Palestina.

Las autoridades de Marruecos, que tienen el control sobre el Sáhara Occidental desde 1975 (España abandonó el territorio definitivamente en 1976), ofrecen desde 2007 una oferta de autonomía. Pero el Polisario no quiere. Y está en su derecho: pide la celebración de un referéndum que plantee como opción la independencia, lo mismo que establece la legalidad internacional y lo mismo de lo que aceptó encargarse la ONU en 1991 pero que aún no ha llevado a cabo.

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