Madina arriesga y pierde

  • Hace tiempo que muchos definen a Eduardo Madina como un político llamado a grandes liderazgos. En el PSOE se le esperaba hace años, pero hasta ahora no se había decidido a dar el paso. Madina ha ganado varias batallas en esta guerra por liderar el PSOE, pero ha perdido la contienda.

Eva Santos

Madrid, 13 jul.- Hace tiempo que muchos definen a Eduardo Madina como un político llamado a grandes liderazgos. En el PSOE se le esperaba hace años, pero hasta ahora no se había decidido a dar el paso. Madina ha ganado varias batallas en esta guerra por liderar el PSOE, pero ha perdido la contienda.

Madina (Bilbao, 1976) había anunciado que si no ganaba hoy tampoco se presentaría a las primarias abiertas de noviembre -si siguen celebrándose entonces- y que no tendrá ni un mal gesto, ni una mala palabra, ni un mal tuit con nadie.

De momento, seguirá como diputado por Vizcaya, dispuesto a cumplir a rajatabla el contrato que adquirió con los votantes de esa circunscripción en 2011. Y ya pensará sobre su futuro político.

El diputado vasco no deja indiferente a nadie, según uno de los lemas escogidos por su equipo de campaña, que le definía también como "el hombre tranquilo". Y tranquilo ha comparecido hoy ante los militantes de Ferraz que han acogido al ganador de la consulta a gritos de "¡Pedro, Pedro!".

Ya sea porque no quería robar protagonismo al ganador de la contienda, o porque no le quedaban ganas, Madina ha abandonado la sede federal tal y como llegó a última hora de la tarde, en coche y sin hacer declaraciones a los medios.

Tras meses preparándose para las primarias abiertas en las que toda la ciudadanía podrá votar al futuro candidato a la Moncloa, Madina tuvo que cambiar sus planes y amordarlos al adelanto del congreso federal que convocó Alfredo Pérez Rubalcaba tras el bofetón electoral de las europeas en mayo pasado.

Propuso entonces un "shock de modernidad" que no ha terminado de calar entre los militantes. Hoy, su nombre estaba en el 36 por ciento de las papeletas que han depositado los militantes, pero el de Pedro Sánchez rozaba casi el 50 por ciento.

En su entorno han querido mantener la esperanza hasta el último momento, pese a ser conscientes de que el respaldo mayoritario de la federación andaluza a Sánchez y de buena parte de los"aparatos" regionales suponía un hándicap difícil de superar.

Casi había apelado al voto de castigo a las direcciones regionales con la confianza de que la no siempre disciplinada militancia socialista acabara dando la sorpresa, sobre todo cuando Madina había ganado varias batallas internas previas a la gran guerra de hoy.

Su batalla más importante fue la de resistir las presiones internas de los que intentaron que no diera el paso al inicio del proceso para allanar el camino a la andaluza Susana Díaz y que fuera elegida por aclamación, como querían muchos dirigentes territoriales. Al final, la lideresa prefirió quedarse en su fortín andaluz.

Otro motivo de enfrentamiento velado con Díaz fue exigir la territorialización de los avales, a fin de demostrar que Pedro Sánchez había recabado la mayor parte de ellos en Andalucía. Eso era así, efectivamente, aunque lo cierto es que el madrileño hubiera ganado incluso sin las firmas de la federación más importante.

Casado con una sevillana, con la que tiene un hijo de cinco años, Madina quería "coser, integrar y sumar" para componer una dirección de unidad, e incluso bromeaba en privado sobre su habilidad para juntar (en su contra) a personas que hasta ahora prácticamente no se hablaban.

Licenciado en Historia Contemporánea por la Universidad de Deusto, Madina fue secretario general de las Juventudes Socialistas en el País Vasco (entre 2002 y 2005).

Hace diez años que llegó al Congreso de la mano de uno de sus mayores valedores, José Luis Rodríguez Zapatero -a quien en esta ocasión ha tenido en otro bando-, dos años después de sufrir un gravísimo atentado de ETA, que le colocó una bomba lapa en su coche que obligó a amputarle una pierna.

Madina siempre ha rechazado utilizar el terrorismo como arma política y, por ello, casi nunca habla en público de ello. Eso sí, unas palabras suyas en el juicio contra los etarras que intentaron matarle emocionaron a toda la sala: "En mi casa se hizo de noche y una sombra de pena y tristeza envolvió a mi familia". Su madre había muerto de un infarto diez meses después del atentado.

Su carrera nacional en el PSOE le llevó en 2009 a ocuparse de la secretaría general del grupo parlamentario en lugar de su compañero vasco Ramón Jáuregui, y también ha sido miembro de la Ejecutiva Federal en calidad de vocal.

Gran aficionado a la música, hasta el punto de que llegó a dirigir el programa en "El Archiduc" en Radio 3, es natural, inquieto, educado y culto, según le definen sus colaboradores.

En su presentación, al lado del busto del histórico Ramón Rubial en el Senado, un viernes 13, Madina dejó claro que no tenía miedo, ni siquiera a las supersticiones. Otro 13, un mes después, no le ha dado la misma suerte. Como él mismo reconoció al comienzo de la campaña, estaba arriesgando un poco, pero los de Bilbao son así.

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