A farmacias y guarderías 

La mafia japonesa busca 'limpiar' su imagen y reparte mascarillas gratis

Coronavirus Japón
Coronavirus Japón
Europa Press

La pandemia del nuevo coronavirus originado en Wuhan ha provocado una crisis sanitaria en Japón en la que diferentes grupos de la 'yakuza', la mafia nipona, están intentando limpiar su imagen realizando labores altruistas como el reparto gratuito de suministros mientras otros grupos criminales organizados menos veteranos intentan sacar provecho de la situación con la venta de materiales sanitarios.

La pandemia y las restricciones impuestas para evitar la propagación del coronavirus se han convertido en el nuevo 'campo de batalla' de los grupos criminales organizados nipones, en un escenario en el que los más veteranos grupos de la 'yakuza' -que en japonés significa literalmente "buenos por nada"- intentan ganar aceptación social realizando tareas como el reparto de suministros para compradores con dificultades o, incluso, la limpieza del crucero 'Diamond Princess', que llegó a convertirse en el mayor foco de coronavirus en todo el país con más de 700 contagiados, según recoge Europa Press. 

"De este modo, la 'yakuza', que ha sido percibida de manera negativa en los últimos años, confía en llegar a tener aceptación social", ha explicado Garyo Okita, periodista y experto en la 'yakuza', a la red de periodistas de investigación Proyecto para la Información sobre la Corrupción y el Crimen Organizado (OCCRP). Frente a la postura de los grupos veteranos que integran la 'yakuza', los grupos criminales organizados más jóvenes, conocidos como 'hangure', están intentando capitalizar la crisis actual con la venta clandestina de suministros y materiales médicos.

Aunque la pandemia del coronavirus ha generado nuevas oportunidades para los grupos de criminales, también ha añadido dificultades y ha frenado actividades ilegales como el lucrativo contrabando de drogas y la industria sexual. Después de que en un primer momento el Gobierno japonés pusiera en marcha medidas para frenar el coronavirus, que fueron criticadas por ser menos estrictas de lo esperado, el Ejecutivo de Tokio declaró el 16 de abril el estado de emergencia para impedir el avance de la pandemia.

En este contexto, según informa el OCCRP, los líderes de la 'yakuza', que, al igual que sucede con los 'capos' de la mafia italiana, son personas de edad avanzada y especialmente vulnerables ante el coronavirus, cancelaron todas sus reuniones y pasaron a comunicarse con servicios de mensajes por Internet para seguir con sus actividades. "Cuando hay una crisis nacional, los gánsteres quieren ayudar al país", ha asegurado Tomohiko Suzuki, otro experto en temas relacionados con la mafia nipona.

"El hecho de que la 'yakuza', que está considerada como una fuerza antisocial, se levante cada vez que Japón sufre un desastre importante y envíe rápido suministros para ayudar en todo el país debe ser un hecho inconveniente para la Policía y los medios", ha considerado. A finales de febrero, uno de los grupos de la 'yakuza' se ofreció a limpiar y desinfectar el crucero 'Diamond Princess', después de que hubiera desembarcado a todos sus pasajeros y ocupantes tras haber acumulado más de 700 casos de coronavirus estando fondeado en el puerto de Yokohama. "Personas como nosotros deberían hacer el trabajo sucio", dijo entonces uno de los criminales, según informa la revista 'News Post Seven'. El Gobierno japonés no aceptó la propuesta de la 'yakuza'.

Reparto gratuito de mascarillas 

Posteriormente, cuando en febrero comenzaron a escasear en la estanterías de los supermercados y comercios las mascarillas, los pañuelos y el papel higiénico, varios grupos de la 'yakuza' comenzaron a distribuir mascarillas gratis a las farmacias y las guarderías. Okita, que ha escrito varios libros sobre Yamaguchi-Gumi, el mayor clan de la 'yakuza', ha asegurado que la mafia nipona está intentando ganarse el apoyo de la sociedad japonesa en un momento en el que la opinión pública rechaza la gestión del Ejecutivo. "Cuando llegó el brote a Japón, ellos ya tenían sus rutas y sus redes en marcha para conseguir mascarillas, papel higiénico y pañuelos para ofrecerlos gratis a las personas con problemas", ha contado. "Cuando uno hace cosas como estas, espera gratitud a cambio", ha señalado.

Esta no es la primera ocasión en que la 'yakuza' trata de conseguir publicidad positiva con sus acciones en medio de una crisis. En 2012, el líder de Sumiyoshi Kai, el segundo mayor clan de la 'yakuza' fue arrestado por haber enviado de forma ilegal a trabajadores a realizar tareas de limpieza en la central nuclear de Fukushima, gravemente afectada por el terremoto y el posterior tsunami del 11 de marzo de 2011. "Cuando todo el mundo estaba huyendo porque Fukushima se desmoronaba, nuestra gente se quedó para impedir el desastre. No somos los malos", afirmó entonces a la revista 'The Atlantic' un cuadro medio de la 'yakuza'. "Si no lo hiciéramos nosotros, ¿quién lo haría?", se preguntó.

Muchos de los miembros de la 'yakuza' -que cada vez tiene menos integrantes como consecuencia de la persecución por parte de las fuerzas de seguridad- tienen más de 70 u 80 años y han desarrollado enfermedades derivadas del consumo de drogas, lo que les hace más vulnerables frente a la pandemia del coronavirus.

Reuniones canceladas 

En este escenario, los grupos de la 'yakuza' han pedido a todos sus miembros y colaboradores que practiquen el 'jishuku' (autocontrol) para no contagiarse con el coronavirus ni contribuir a su propagación. Los jefes mafiosos han cancelado sus reuniones y han recurrido a aplicaciones de mensajería móvil como Line para comunicarse entre ellos y mantener sus actividades ilegales.

Algunos miembros, incluso, están intentando conseguir información actualizada sobre los riesgos derivados de la pandemia, después de que algunos integrantes hayan llegado a sufrir las consecuencias de fiarse de falsos remedios difundidos por Internet para protegerse frente al coronavirus. La pandemia también ha pasado factura a los laboratorios ilegales en los que la 'yakuza' procesa las drogas que luego coloca en el mercado negro. La mafia nipona se ha visto obligada a cerrar estos laboratorios clandestinos como consecuencia de las restricciones impuestas por la pandemia, según ha contado Yoshijo Machida, la viuda de un antiguo jefe de la 'yakuza'.

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