Mali teme que los secuestros de turistas den el golpe mortal a su precaria economía

  • El sector turístico de Mali está sufriendo las consecuencias de la inseguridad que ha creado el secuestro de varios occidentales cerca de Tombuctú. La crisis global combinada con una larga sequía ya habían han dejado al país al borde del abismo.
Tres europeos secuestrados y uno asesinado en Mali
Tres europeos secuestrados y uno asesinado en Mali
Casey Scieszka y Steven Weinberg, Nueva York (EEUU) | GlobalPost

La Policía de Mali detuvo recientemente a tres supuestos terroristas, acusados de secuestrar a cinco occidentales y de matar a otro cerca de Tombuctú a finales de noviembre. Las autoridades dicen que pertenecen a Al Qaeda del Magreb Islámico (AQMI), y que el resto de las personas implicadas en los secuestros,  del 24 y 25 de noviembre, permanecen en paradero desconocido.

Tombuctú y su sector del turismo están sufriendo las consecuencias de la inseguridad. Aunque ahora hay soldados patrullando las calles de la ciudad, muchos de sus habitantes creen que dichas medidas no serán suficientes para salvar su industria turística.

"La ciudad está en estado de shock, horripilada por que algo así ocurra en su ciudad", asegura en un e-mail Miranda Dodd, propietaria del hotel Sahara Passion. Le preocupa que la violencia en uno de los principales destinos turísticos de Mali pueda afectar al desarrollo en los próximos años de esta nación tremendamente pobre.

"Se teme que este sea el golpe de muerte a un sector ya tambaleante", admite Dodd.

A principios de diciembre AQMI difundió fotografías de cinco de sus rehenes, incluyendo a los tres que secuestraron en Tombuctú, lo que ha aumentado la incertidumbre.

Con pocos recursos naturales pero un rico pasado, Mali depende de los ingresos del turismo. La crisis global combinada con una larga sequía ha dañado a la economía del país, que tiene un PIB de 9.200 millones de dólares y figura entre los 10 países más pobres del planeta. Estos secuestros (los más recientes en una serie de acciones similares en la región del Sáhara) pueden ser la gota que colme el vaso.

"Si eres propietario o trabajas en un restaurante, hotel, agencia de viajes o turoperador en el norte de Mali, tu forma de ganarte la vida probablemente se haya acabado la semana pasada", asegura Phil Paoletta, un escritor que ha vivido varios años África Occidental.

El número de turistas que visitan Tombuctú ha bajado drásticamente en los últimos años. En 2006 visitaron la ciudad 45.000 turistas, mientras que en 2009 lo hicieron 6.000. En el primer trimestre de 2001 llegaron 492, según datos publicados en noviembre.

Incluso los viajeros más veteranos se lo piensan dos veces ahora antes de ir a Tombuctú.

La artista Wren Miller lleva tiempo planeando viajar desde su casa en el Reino Unido hasta Tombuctú conduciendo un camión lleno de libros para los niños de Mali.  "Estoy revisando a fondo mis planes", afirma Miller. "Pero hasta que las cosas se calmen. Me temo que será imposible, y tendremos que dejar que otros entreguen los libros".

Se ha asesorado, y cree que si va en estos momentos pondrá su vida en peligro. "AQMI sabe mucho de medios y vigila lo que se dice en internet, monitoreando blogs, foros, etc.", explica. "En el futuro seré más discreta".

Muchos temen que las consecuencias se extiendan a todo el país.

"Todo el trabajo que he desarrollado en el último año se puede ir al traste ahora", se lamenta Yuri Horowitz, un ex voluntario del Peace Corps que regresó a Mali el año pasado para fomentar el turismo sostenible en una zona de trekking a unos 320 kilómetros de Tombuctú.

Incluso en la lejana capital, Bamako, se sienten los efectos de los secuestros.

"En mi barrio todo el mundo conoce el caso de los rehenes", dice Moussa Sidibé, empleada de la Asociación Maliense para la Promoción de Empresas Femeninas.

La Embajada de EEUU ha actualizado recientemente sus alertas para viajeros y advierte "a los ciudadanos de EEUU del riesgo de viajar a Mali", añadiendo que "se recomienda a todos los ciudadanos de EEUU que viven en o visitan Mali que viajen sólo al norte del país".

Pero no todo el mundo ve razón para justificar estos temores.

"Siembre hemos creído que las advertencias de no viajar a Mali eran exageraciones", dice Kiley Kraskouskas, directora de "Essakane", un documental sobre el Festival de Música del Desierto, que se celebra anualmente a las afueras de Tombuctú. "Sólo el tiempo nos dirá si esto es un incidente aislado o si es un patrón que aumenta en la región", dice.

El autor de la Rough Guide a África Occidental y bloguero sobre la región, Richard Trillo dice que "habiendo estado en Tombuctú el mes pasado (tremendamente pacífico, relajado, sin amenazas y sin miedo) lo encuentro [los secuestros de AQMI] tan difícil de asumir como la idea de que un avión se estrelle ahora mismo contra mi casa".

 

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