May se enroca en su decisión de evitar una frontera dura con Irlanda en Ulster

  • La primera ministra británica tiene previsto volver a Bruselas para renegociar el anterior acuerdo del Brexit que rechazó el Parlamento británico.
La primera ministra británica, Theresa May, sale de su residencia oficial en el número 10 de Downing Street, en Londres (EFE/ Facundo Arrizabalaga)
La primera ministra británica, Theresa May, sale de su residencia oficial en el número 10 de Downing Street, en Londres (EFE/ Facundo Arrizabalaga)

La primera ministra británica, la conservadora Theresa May, reafirmó este miércoles en Belfast su compromiso para lograr un Brexit que evite el restablecimiento de una frontera dura entre las dos Irlandas. Además, mostró su respaldo al proceso de paz norirlandés que culminó con el acuerdo de 1998. La frontera con Irlanda es uno de los aspectos que más expuestos se han visto tras la decisión de Reino Unido de abandonar la Unión Europea.

Estas declaraciones se enmarcan en la visita oficial de dos días a la provincia británica de Irlanda del Norte, en la que insistió en que tratará de renegociar la salvaguarda fronteriza, principal obstáculo para lograr una salida pactada de la Unión Europea.

La primera ministra británica aseguró además que, en cualquier escenario posterior a este divorcio, protegerá el acuerdo de paz de 1998, el texto que puso fin a décadas de conflicto armado en Irlanda del Norte y uno de cuyos pilares es la invisibilidad de la frontera entre Irlanda y Ulster.

En un discurso pronunciado en Belfast ante empresarios norirlandeses, May reconoció que ella misma defendió la citada salvaguarda ('backstop'), recogida en el acuerdo del Brexit que pactó con Bruselas el pasado noviembre, pero subrayó que ahora es inviable.

"Peleé duro para defenderlo en su forma actual. Creí que lograría el respaldo mayoritario de la Cámara de los Comunes, pero tengo que aceptar el hecho de que no es así y que la clave está en cambiar la salvaguarda", declaró la jefa del Gobierno británico.

May tiene previsto regresar en los próximos días a Bruselas para tratar de mejorar su acuerdo de Brexit, que ratificaron los Veintisiete el pasado 25 de noviembre pero que rechazó el Parlamento británico el 15 de enero.

Los Comunes le han pedido a May que obtenga concesiones sobre el 'backstop', diseñado para mantener la frontera abierta entre Irlanda e Irlanda del Norte una vez se concrete el Brexit, clave también para sus economías, altamente conectadas.

May afirmó que la posibilidad de cambiar el 'backstop' y reabrir el acuerdo de salida "genera ansiedad" en Irlanda del Norte y en Irlanda, ya que "es aquí donde se notarán más las consecuencias de lo que acordemos", aseguró.

Este mecanismo de seguridad establece que si no hubiera un acuerdo comercial entre la UE y el Reino Unido al final del periodo de transición, en diciembre de 2020, seguirían en una unión aduanera, pero Irlanda del Norte tendría un estatus especial más alineado con el mercado único europeo.

Según informa EFE, entre sus detractores figura el ala eurófoba de los 'tories' y el norirlandés Partido Democrático Unionista (DUP) -socio del Gobierno de May-, que consideran que ese cortafuegos compromete la integridad territorial y constitucional de Irlanda del Norte y Gran Bretaña.

Dublín y Bruselas se han mostrado inflexibles con el tema de la salvaguarda y han recalcado que el pacto de salida no puede ser renegociado, una posición que cuenta con el apoyo de los otros países miembros de la Unión Europea que seguirán en el bloque comunitario.

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