Fin del plazo para evacuar a colaboradores y personal desde Afganistán. Ahora Europa busca otras alternativas para seguir trayendo a las personas cuyos documentos acreditan una posible salida del país. Francia y Alemania lideran las conversaciones para la viabilidad de esa 'vía civil': la canciller alemana, Angela Merkel, abordó por teléfono con su homólogo francés esas alternativas para las miles de personas necesitadas de protección que no han podido coger un avión. Ambos han coincidido en la necesidad de un acuerdo conjunto con la comunidad internacional. Parte de esa búsqueda común se debate este martes con la reunión de los ministros de Interior de la UE. El objetivo es alcanzar una posición unificada frente a una posible crisis migratoria para evitar una situación parecida a la de 2015, llegaron a las fronteras de la UE más de un millón de personas.
Aún así, aunque de manera paralela se abra el diálogo sobre cómo abordar una posible crisis humanitaria y desplazamientos masivos, los esfuerzos también se concentran en seguir evacuando a personas 'atrapadas' en Afganistán. La canciller alemana, Angela Merkel, es la primera que habló de abrir una "vía civil" tras despegar el último avión alemán del aeropuerto de Kabul. El país ha rescatado a unos 3.849 afganos, de los cuales apenas unos 638 eran colaboradores locales del país y sus familiares, frente a las 40.000 personas que Berlín estima que conformarían ese grupo. El ministro de Exteriores alemán, Heiko Maas, espera poder sacar "exclusivamente" a esos 40.000 restantes puesto que cuentan con permiso de entrada.
Maas, que se encuentra actualmente de gira por varios países cercanos a Afganistán, incluida Turquía y Uzbequistán, está empezando a mantener las primeras conversaciones con dichos países vecinos para examinar las posibiliades de actuación. De hecho, ha anunciado que se está planificando la celebración de una conferencia con países vecinos a Afganistán para tratar el conflicto. Uzbekistán, Tayikistán, Pakistán, Turkmenistán, Irán y China se contarían entre los asistentes. A su vez, el presidente del Consejo europeo, Charles Michel, ha acelerado en los últimos días los contactos por teléfono con los máximos mandatarios de los países limítrofes a Afganistán.
Estar en contacto con los países de la región forma parte de la estrategia europea para abordar la crisis: un frente de actuación prioritario al ser el paso previo de un desplazamiento masivo a Europa. De hecho, La ONU calcula que más de medio millón de refugiados podrían abandonar Afganistán tras la inestabilidad provocada por los talibanes. Ante ese panorama, la UE cuadriplicó los fondos de sus presupuestos destinados a la ayuda humanitaria a Afganistán para este año, pasando de 50 millones a más de 200 millones de euros. Bruselas pretende así estar en estrecha colaboración con entidades sin fines de lucro, organizaciones de la ONU y países vecinos para intentar solventar una crisis humanitaria a través de la destinación de esos fondos a sus afiliados y que no caigan en manos de los talibanes.
Sin embargo, a pesar de las conversaciones que han iniciado diferentes representantes internacionales con los países vecinos, la alerta y desconfianza en las fronteras de Uzbekistán y Pakistán ponen en jaque el viaje de miles de personas que huyen de la violencia y también los planes europeos. Por un lado, el Gobierno de Uzbekistán (frontera norte de Afganistán) se ha reunido con el ministro de Exteriores alemán en aras de tantear la evacuación de las 40.000 personas que los alemanes esperan rescatar tras el 31 de agosto.
Sin embargo, a pesar de que los uzbekos han expresado su voluntad de cooperar con el grupo de personas definido por Alemania, el mismo Ministerio de Exteriores uzbeko ha declarado en un comunicado que no están permitidos los cruces terrestres a través del puesto de control de la ciudad fronteriza de Termez y que la frontera está "completamente cerrada" para "garantizar la seguridad". En cuanto a la frontera pakistaní, dos soldados han muerto en la frontera por disparos de bala. Supone el primer ataque en el lugar desde que los talibanes tomaron el poder hace diez días.
Como último punto, en vías de lograr una postura conjunta para generar corredores humanitarios, el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó ayer una resolución que pide a los talibán garantizar una "salida segura y ordenada" de Afganistán, sin mencionar la "zona segura" propuesta por el presidente de Francia, Emmanuel Macron, mientras que exige un "acceso pleno, seguro y sin obstáculos" para la asistencia humanitaria. El proyecto, presentado por Francia, Reino Unido, Estados Unidos e Irlanda, ha contado con 13 votos a favor y dos abstenciones -Rusia y de China-, y pide a los talibán que cumplan sus compromisos para que prosigan las evacuaciones más allá de la fecha límite del 31 de agosto.
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