Merkel reclama frenar a la ultraderecha, pero Alemania no es capaz de ilegalizarla

  • La canciller alemana se mostró preocupada por el auge de la ultraderecha y apeló a enfrentarse a los "fantasmas del pasado".
Fotografía Angela Merkel, Alemania
Fotografía Angela Merkel, Alemania
EFE

Como si se tratase de mensaje alegórico de la fuerza que rige el universo en Star Wars, la canciller de Alemania, Angela Merkel, alertaba este martes del avance de las "fuerzas oscuras" en Alemania y en el resto de la UE, a raíz de los resultados de las elecciones europeas celebradas el pasado fin de semana. "Hay trabajo por hacer", señalaba la líder teutona en una entrevista concedida a la 'CNN', en referencia al paso adelante de los partidos de ultraderecha en los comicios, en los que se ha asegurado 58 escaños, frente a los 37 de la anterior legislatura.

Gran parte de este avance se ha producido en Francia, donde el partido de Marine Le Pen, Reagrupación Nacional, logró el domingo una histórica victoria en las europeas con un 24% de lo votos, seguido de La Republique En Marche -el partido del presidente galo, Emmanuel Macron-, con un 22,5%. Un resultado que sirvió a la extrema derecha francesa para revalidar en las elecciones europeas el triunfo que había conseguido hace cinco años y asestar así la primera derrota al presidente desde que se lanzó en 2016 a la arena política.

Además de Le Pen, otra de las claves de este avance de la ultraderecha en Europa es el triunfo de la Liga, que lidera el ministro del Interior italiano, Matteo Salvini y que el domingo lograba hacerse con el 30% de los votos en las elecciones al Parlamento Europeo. Algo en línea con los resultados obtenidos en otras partes de Europa, donde los socios de la nueva coalición internacional de Salvini han logrado escaños los partidos Alternativa por Alemania (AFD), el Partido de los Finlandeses (anteriormente conocido como Auténticos Finlandeses), el Partido Popular Danés y el FPÖ austriaco.

Las barreras a la ilegalización de la ultraderecha

Pero el caso de la ultraderecha en Alemania siempre es especial: tras la Segunda Guerra Mundial, los movimientos fascistas y neonazis han estado especialmente bajo la lupa de políticos y tribunales pero, aunque parezca mentira, ilegalizar a un partido es realmente complicado. De hecho, el último al que ilegalizó la Corte Constitucional Federal (el tribunal Constitucional de Alemania Occidental) fue el Partido Comunista de Alemania (KPD) en 1956, a raíz de las presiones de sus socios de Occidente para erradicar toda ideología comunista, pero no porque representase una amenaza real para el Estado: el KPD solo tenía unos 78.000 militantes en el momento de su disolución.

Por su parte, el Partido Nazi es ilegal en Alemania desde el final de la Segunda Guerra Mundial, así como muchas formaciones de extrema derecha que surgieron a principios de los 90 tras la reunificación alemana. Sin embargo, en aquel momento fue el Ministerio del Interior el que actuó como censor de oficio, mientras el recién creado país definía el organigrama de su judicatura y afrontaba una crisis de legitimidad constitucional, ya que los estados federales orientales adheridos a la RDA reclamaban un referéndum en todo el país para modificar Ley Fundamental para la República Federal de Alemania (la Constitución).

En este sentido, cuando el Tribunal Constitucional Federal Alemán se empezó a enfrentar a recursos de inconstitucionalidad sobre partidos de ultraderecha o neonazis, pasó a ajustarse estrictamente a la norma, que señala que no basta con probar que la ideología en la que se basa el programa de un partido concreto atenta contra la Constitución; también es necesario demostrar que se trata de una formación peligrosa para el Estado. Así, el historial de ilegalizaciones de partido de extrema derecha en el nuevo siglo es una hoja en blanco: en 2003, un juicio de inconstitucionalidad contra el Partido Nacionaldemócrata de Alemania (NPD) fracasó por cuestiones formales, mientras que en 2017 fracasó otro intento de ilegalizar al partido.

Los "fantasmas del pasado" en Alemania

En las elecciones europeas del pasado fin de semana, los grandes vencedores fueron los Verdes, una formación que ha duplicado sus resultados de 2014 ha logrado hacerse con el 22% de los votos, lo que le permitirá tener 22 escaños en el Parlamento Europeo. Sin embargo, la otra gran sorpresa de los comicios fue la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD): el partido euroescéptico y xenófobo ha mejorado sus resultados de 2014 y ha obtenido un 10,5% de los votos, un 3,4% más.

Es este avance de la ultraderecha dentro de Alemania el que preocupa especialmente a Merkel, quien lamenta en la entrevista de la 'CNN' que "desafortunadamente, siempre ha habido un cierto número de antisemitas entre nosotros. Hasta el día de hoy no hay una Sinagoga ni una sola guardería para niños judíos, ni una sola escuela para niños judíos que no necesite ser vigilada por policías alemanes". Y agrega: "En Alemania, obviamente, siempre hay que verlas [a las fuerzas oscuras] en un contexto determinado, en el contexto de nuestro pasado, lo que significa que tenemos que estar mucho más vigilantes que otros sobre los fantasmas del pasado".

Mostrar comentarios