El norte de Berlín ha acogido este martes un encuentro ministerial entre la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Emmanuel Macron, en la cual, ambos dirigentes han concluido en la necesidad de crear un presupuesto común dentro de la zona euro paralelo al establecimiento de un fondo (semejante al FMI) que permita alcanzar estabilidad entre los países miembros. Los mandatarios han propuesto 2021 como horizonte para la entrada en vigor.
El objetivo principal del encuentro entre Merkel y Macron ha sido debatir sobre las reformas fundamentales de la Unión Europea (UE), que quieren presentar conjuntamente en la próxima cumbre de finales de mes en Bruselas. Dotar a la eurozona de mecanismos "eficientes y soberanos", en palabras del líder francés, para afrontar futuras crisis y dar respuestas "consensuadas" para lograr "reducir la inmigración ilegal sin negar el derecho de asilo", según Merkel, se presentan como los grandes desafíos de la UE. Retos en los que ambos mandatarios coinciden.
A la salida del encuentro ministerial, Merkel, quien inicialmente se mostraba reacia a toda propuesta que sugiriese mancomunar deudas ajenas, ha defendido junto a su homólogo francés "un presupuesto para la eurozona que debe entrar en funcionamiento paralelamente al fondo que se creará a imagen del Fondo Monetario Internacional (FMI) para lograr estabilidad en los países miembros".
Los detalles tardarán aún en concretarse, puesto que no se trata de que "nuestros dos países impongan nada", indicó la canciller, sino que la propuesta es un "borrador" destinado a "tomar forma a través del consenso con los otros Estados miembros".
"El presupuesto para la zona euro servirá para ayudar en las inversiones de la UE", ha destacado la mandataria alemana, al mismo tiempo que ha llamado a que las políticas económicas se armonicen, algo "importante" para la Unión Monetaria y Económica. Este presupuesto formaría parte de una ofensiva millonaria para emprender inversiones en Europa promovida por los gobiernos de los dos países. "Sabemos que tenemos aún mucho por hacer en este ámbito", ha reconocido Angela Merkel.
Por otra parte, los mandatarios han tratado la cuestión migratoria y han insistido en que se trata de "un desafío común". Del mismo modo, han reclamado una respuesta comunitaria que pasa por reforzar las fronteras exteriores, actuar en los países de origen y tránsito y reformar la política de asilo. "Entendemos que estamos ante un desafío común (...) y nuestro objetivo sigue siendo dar una respuesta europea", ha señalado la canciller. En este sentido, Macron ha ratificado la postura de Merkel: "Creemos en una respuesta europea a estos desafíos ante los que nos ha puesto la migración", ha reseñado.
Al respecto, han elaborado una declaración conjunta en la cual han destacado que "buscar soluciones a nivel europeo es más importante que nunca" porque "una acción unilateral y sin coordinación solo servirá para fragmentar Europa, dividir a sus pueblos y poner en peligro Schengen". Para ello, tanto el mandatario francés como su homóloga alemana han propuesto en este documento un programa de acción global sobre las migraciones basado en dos pilares internos: mejorar la protección de las fronteras exteriores de la UE mediante un "refuerzo ambicioso" de Frontex, tanto en su personal como en su mandato; un sistema de asilo que asegure "un justo equilibrio entre la responsabilidad y la solidaridad".
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