27 muertos y 57 heridos

La Policía asegura que la situación en Tailandia se encuentra "bajo control"

Autor del tiroteo en Tailandia
Autor del tiroteo en Tailandia
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Un soldado tailandés mató este sábado a 27 personas e hirió a 57 tras protagonizar un sangriento maratón que comenzó en una base militar y acabó en un centro comercial, donde se atrincheró durante horas, de la ciudad de Nakhon Ratchasima, en el este de Tailandia. El comisario general de la Policía Real de Tailandia, Chakthip Chajinda, declaró a los medios que la situación está en individuo, identificado como Jakrapanth Thomma, ha sido abatido. 

Tras la declaración de la policía y alrededor de las 2.45 hora local del domingo (19:45 GMT del sábado) se pudo oír un intenso tiroteo dentro del centro comercial sin que se sepa quién ha efectuado los disparos, mientras que varias ambulancias se acercaron al edificio. El sospechoso se encontraba en la cuarta planta del centro comercial Terminal 21 y según los medios locales mantenía a más de una decena de personas como rehenes, que habrían sido liberados.

Equipos de asalto del Ejército rodearon el centro comercial y las autoridades cortaron calles y se estableció un perímetro de seguridad de dos kilómetros alrededor de recinto para capturar al asaltante. Unas seis horas después de que el asaltante tomara el centro comercial, las fuerzas especiales consiguieron entrar y controlar de manera escalonada todo el edificio mientras decenas de personas que se encontraban atrapadas y escondidas allí fueron evacuadas, según muestran las imágenes de televisión.

La Policía también ha llevado hasta el lugar a la madre del asaltante con el objetivo de lograr que se entregue a las autoridades. El agresor publicó fotografías y vídeos del ataque en las redes sociales después de mostrar un día antes fotografías de pistolas y balas con la frase "la muerte es inevitable".

Según la reconstrucción preliminar de los hechos, a primeras horas de la tarde el asaltante disparó a su comandante y otros compañeros en una base militar a las afueras de la ciudad, para después robar armas y munición y darse a la fuga en un coche con el que se dirigió al centro de la urbe, que se encuentra a unos 250 kilómetros al noreste de Bangkok. El militar condujo hasta el recinto comercial donde al salir del coche comenzó a disparar con un rifle de asalto contra viandantes y automóviles.

Acto seguido, el soldado se adentró en el edificio donde continuó con los disparos, mientras centenares de personas huían despavoridas. "No puedo levantar el dedo", decía el tailandés, ataviado con uniforme militar y que también aseguró sentirse "cansado" y hablar de "rendirse", en varias publicaciones colgadas en su perfil de Facebook, que más tarde sería desactivado.

También se registró una explosión y un incendio, que según las informaciones preliminares se debería a la deflagración en la cantina del recinto de una bombona de gas a causa de los disparos. Medios locales también informan que el militar abrió fuego mientras iba montado en el coche durante el trayecto contra un templo y otros lugares.

El ministro tailandés de Sanidad, Anutin Charnvirakul, pidió a los hospitales de la ciudad de unos 140.000 habitantes que se prepararan para la llegada de heridos de urgencia. Por su parte, el portavoz del ministerio de Defensa, Kongcheep Tantrawanit, señaló en declaraciones a los medios locales que las autoridades desconocen las razones del ataque y lo achacó simplemente a que el soldado "se volvió loco".

Mientras, el primer ministro, Prayuth Chan-ocha, expresó sus condolencias a los familiares de la víctimas, y el jefe de las Fuerzas Armadas, Apirat Kongsompong, reclamó una investigación inmediata sobre lo ocurrido. Un día antes de los hechos, el atacante publicó en las redes sociales fotografías de pistolas y balas y la frase "la muerte es inevitable". Tailandia es uno de los países del mundo con mayor número de armas, con más de diez millones entre legales e ilegales y una media de unas quince por cada cien personas, según la organización Gun Policy, aunque los tiroteos o los asaltos con armas de fuego no son habituales.

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