Luz de cruce

Un modelo matemático contra la Covid que esconde el éxito de Israel en la crisis

La reclusión forzosa mantenida en las primeras semanas de la pandemia produjo un parón histórico de la actividad económica, pero el país ha recuperado con rapidez el nivel de crecimiento y ya sale del bache.

Israel ya inicia su fase de desescalada con más trabajos y comercios permitidos
Israel inició muy pronto su fase de desescalada con más trabajos y comercios permitidos.
EP

El Estado de Israel (8,9 millones de habitantes) ha manejado con relativo éxito la crisis sanitaria provocada por la Covid-19. A fecha del 9 de junio, el número total de infectados era de 18.000 y el de fallecidos provocados por la pandemia ascendía a 300. Unos números aceptables transcurridos tres meses desde la entrada del virus en el país. Entre las causas de la resistencia al Covid-19 por parte de la sociedad israelí, muchos expertos destacan la juventud de la mayoría de la población, la calidad del sistema de salud y los escasos puertos de entrada al país por vía marítima. 

Tampoco abundan los aeródromos en un territorio tan reducido (22.000 kilómetros cuadrados). El principal aeropuerto del país -el Ben-Gurión, situado en Lod-Tel Aviv- está férreamente controlado por los servicios de seguridad. Otra de las causas a tener en cuenta ha sido la experiencia adquirida por los ciudadanos israelíes respecto a la rápida movilización de efectivos cuando los desafía una emergencia inesperada (fruto de las guerras con sus vecinos árabes y el permanente estado de tensión que sufren por las acciones de las organizaciones armadas palestinas). 

A los factores anteriores, debe añadirse el severo confinamiento de la población decretado por el Gobierno de Jerusalén. La reclusión forzosa mantenida en las primeras semanas de la pandemia produjo un parón histórico de la actividad económica, con graves consecuencias sobre el empleo, los rendimientos de las empresas y la recaudación fiscal. Los efectos económicos de la enfermedad fueron devastadores. De una economía en pleno empleo (3,4% de paro), Israel pasó en dos meses a un desempleo del 26%. Más de un millón de trabajadores se fueron a la calle. La deuda pública ascendió al 74% del PIB. 

Por fortuna, el confinamiento empezó a relajarse el 19 de abril, cuando el 35% de los individuos laboralmente activos retornaron a sus centros de trabajo. En la actualidad, funcionan con normalidad las escuelas y la mayoría de las empresas. La economía israelí está saliendo del bache con rapidez

En el país fundado por David Ben-Gurión, preocupa, como en todo el mundo, un eventual rebrote de la epidemia. Para el caso de que la hipótesis se haga realidad, tres científicos del máximo nivel han elaborado un protocolo de actuación que coordina la economía y la protección de la salud. El equipo lo componen los matemáticos Uri Alon y Ron Milo, profesores de computación y biología de sistemas en el prestigioso Instituto Weizman. Les acompaña Eran Yashiv, profesor de Economía de la Universidad de Tel Aviv. Han bautizado su programa con el nombre de '10-4'. ¿Qué es el '10-4'?: una propuesta de "aislamiento alternado".

Según el '10-4', "la gente irá al trabajo o a la escuela durante cuatro días a la semana cada dos semanas, y luego seguirán diez días de aislamiento en el hogar". Para ello, "la población deberá dividirse en dos grupos alternando semanas, con padres y niños yendo al trabajo y a la escuela en los mismos cuatro días". Según este modelo matemático, el rebrote del virus (al que Uri Alon denomina "efecto yo-yo") lo tendrá más difícil y será menos letal. El modelo admite un nivel de actividad económica del 50% durante un hipotético rebrote de la pandemia, hasta su extinción. Los investigadores israelíes sostienen que su sistema permite la conciliación de la defensa de la salud pública y la reapertura "sostenible" de la actividad empresarial y laboral. En el caso de que el virus retorne con fuerza, si no se adopta el '10-4' (u otro sistema análogo), al final habrá más muertos por hambre que por la Covid-19.

"Es imprescindible –afirma Alon- que la cantidad de personas infectadas por cada contagiado caiga por debajo de uno, un número mágico que hace que la epidemia disminuya". De esta forma, el "aislamiento intermitente" que proponen los tres científicos israelíes explota el punto débil de la Covid-19, que es su período de latencia. Cuando el virus se introduce en un cuerpo, tarda varios días en infectar todas las células del organismo y replicarse a sí mismo. La Covid-19 es una fotocopiadora del virus a gran escala que, finalmente, lleva a su punto máximo su carga viral. A partir de ese momento, el individuo infectado puede contagiar a un gran número de personas. Por eso, la limitación de las concentraciones humanas en un espacio determinado es un gran enemigo para la eficacia de la Covid-19. La regla '10-4' responde al principio de dispersión humana. Es un buen remedio hasta que se encuentre y se aplique con éxito la vacuna de nuestros sueños.

Paradoja: La relación especial que mantienen Israel y Estados Unidos es beneficiosa para ambas partes. Sin embargo, la Covid-19 ha perforado un agujero negro en el diminuto enclave del Mediterráneo Oriental: el 70% de los contagios tienen su origen en el país dominado por el irresponsable Donald Trump.

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