Con menos de seis metros cuadrados y más de 78.500 habitantes, Molenbeek se ha convertido en la cuna en la que crecen los yihadistas que atentan contra Europa.
La lista de detenidos por su relación con el Estado Islámico casi no cabe dentro del barrio: el asesinato en el Museo Judío en Bruselas (mayo de 2014), la célula desmantelada en Verviers con la muerte de un agente (enero de 2015), el ataque frustrado en un Thalys, el tren de alta velocidad entre Bruselas y París, (agosto de 2015), atentados del 11 de marzo en Madrid (2004), y los atentados el pasado viernes en la capital francesa, entre otros, en todos ellos los acusados de estos atentados estaban relacionados con este barrio popular en el oeste de Bruselas. Hechos que han convertido a Molenbeek en uno de los principales focos de las investigaciones policiales tras los atentados del pasado viernes en París a manos del Estado Islámico.Un barrio fuera de control
Un barrio pequeño, tranquilo, uno de los más densamente poblados de la región, pero que en la actualidad ve como crecen, como se forman y como se radicalizan varios yihadistas. De hecho, en el fin de semana se han realizado cinco detenciones en el barrio de Molenbeek en relación con los atentados que dejaron al menos 132 víctimas y 350 heridos en París el pasado viernes.
El ministro del Interior belga admitía en su cuenta de Twitter que Molenbeek se ha convertido en un "barrio fuera de control". O Charles Michel, primer ministro belga, quien es duro con la situación y se atreve a afirmar que "cada vez que hay un atentado, (con sello islamista), existe un vínculo con Molenbeek". Además, Michel afirma que va tomar medidas para terminar con estos sucesos ya que no comprende como no funcionan los protocolos impartidos desde Bruselas.We hebben de zaak in Molenbeek niet onder controle https://t.co/IHmY3fkIdk— Jan Jambon (@JanJambon) noviembre 15, 2015Lucha entre los que creen en Molenbeek y los que solo lo ven como un barrio de amenazas
Pese a que aparentemente el barrio está tranquilo, la realidad es que desde los atentados el pasado mes de enero de 2015 en el satírico semanal francés Charlie Hebdo, en los que fueron asesinados 12 periodistas por terroristas europeos que habían sido radicalizados, la policía vigila todos los movimientos que se dan en sus calles. Además, tras los atentados de París el número de agentes desplazados a la zona se ha ampliado.
Con una alta tasa de desempleo, el barrio vive la contradicción de aquellos que solo ven jóvenes luchando por conseguir un buen futuro y ven en las detenciones una simple demostración de fuerza y orgullo por parte de las autoridades belgas, y otros que solo ven un barrio en el que el yihadismo se hace fuerte. De hecho, desde el Gobierno belga se cree que al menos 300 yihadistas estarían refugiándose en sus fronteras. Mientras, continúan las investigaciones en cuanto a una red franco-belga como posible responsable de la masacre del viernes en París. Asimismo, cobra fuerza la teoría de que el Estado Islámico habría dejado a un lado a los "lobos solitarios" con los que antes atacaba para suplantarlos con grandes redes.
Del mismo modo, según afirma Le Monde, se trata de uno de los barrios en los que vivieron al menos dos de los terroristas implicados en los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid, en los que fallecieron 193 personas y 1858 resultaron heridas.
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