El Frente Nacional en Francia, Alternativa para Alemania, el Jobbik en Hungría, los Demócratas Suecos, el Partido Liberal de Austria...todos tienen algo en común: son antieuropeístas, xenófobos, contrarios a la inmigración y, casi siempre, teñidos de islamofobia, antisemitismo o ambos. Sus programas radicales se alimentan en la dictadura de la UE y ponen en riego la propia existencia del bloque. ¿por qué no se dan este fenómeno en España?
Miguel Otero y Federico Steinberg, expertos de Real Instituto Elcano durante la presentación de un estudio, 'Causas del rechazo a la globalización: más allá de la desigualdad y la xenofobia han señalado que "el elemento de racismo y xenofobia afortunadamente" no se está produciendo en España, como sí está ocurriendo en Estados Unidos y en los países del norte de Europa, lo cual no significa que no pueda surgir, "aunque de momento estamos más anestesiados" que otros. Enumeran varios factores:El propio sistema electoral
Una de las razones, en su opinión, es que el propio sistema electoral español "hace difícil conseguir representación", aunque sí existen partidos de extrema derecha propiamente dichos y "puede que haya votantes dispuestos a apoyarlos". Sin embargo, estos votantes consideran que "no merece la pena votarles porque su voto se va a perder", ha añadido.La herencia del Franquismo
Otro elemento clave es, a su juicio, "la herencia del Franquismo y que determinadas conductas estén mal vistas en España", quizá porque la experiencia es mucho más reciente que para el resto de Europa, que se retrotrae a antes de la Segunda Guerra Mundial.La naturaleza de la inmigración en España
También podría explicar esta ausencia de partidos de extrema derecha con representación parlamentaria el hecho de que ha España han llegado principalmente inmigrantes latinoamericanos, hispanohablantes y católicos, mientras que a otros países europeos han llegado muchos más musulmanes, ha agregado.
En este punto, Otero ha puntualizado que la inmigración en España es todavía mayoritariamente de primera generación, mientras que en países como Francia y otros ya son de segunda o tercera generación. "Estas personas no se han integrado bien y esto ha generado problemas", ha resaltado, subrayando la importancia de que España aprenda de esta experiencia.La propia identidad española
Por otra parte, Steinberg ha puesto el acento en que en España la "identidad nacional es débil" frente al sentimiento de identidad nacional mucho más fuerte que se ve en países como Francia o Estados Unidos.
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