Mortíferos atentados contra chiíes reviven temor a violencia sectaria en Irak

  • Una cadena de atentados contra mezquitas chiíes causó hoy cerca de una veintena de muertos y un centenar de heridos en Irak, incrementando los temores a un rebrote de la violencia confesional en el país.

Bagdad, 29 mar.- Una cadena de atentados contra mezquitas chiíes causó hoy cerca de una veintena de muertos y un centenar de heridos en Irak, incrementando los temores a un rebrote de la violencia confesional en el país.

La ciudad más afectada fue Bagdad, donde el estallido de un total de cuatro coches bomba lleva, según los analistas, el sello de la organización terrorista suní Al Qaeda.

Coincidiendo con la oración del mediodía del viernes, la más importante para los musulmanes, los terroristas tomaron como objetivo las abarrotadas mezquitas.

En la capital, al menos 14 personas murieron y 35 resultaron heridas por las explosiones registradas en los barrios de Al Yihad (suroeste), Al Zafaraniya (sur), Al Qahira (norte) y Al Bunuk (este), informó a Efe una fuente de seguridad.

Un quinto vehículo conducido por un suicida estalló en la mezquita chií de Al Rasul al Adam (del gran profeta) en la ciudad de Kirkuk (noreste).

Esta explosión causó cuatro muertos y más de 80 heridos, entre ellos un representante del líder espiritual de los chiíes en Irak, el gran ayatolá Ali al Sistani.

En un atentado separado, al menos nueve soldados y policías murieron y otros once resultaron heridos por el estallido consecutivo de dos artefactos al paso de su patrulla en la provincia de Diyala, al noreste de Bagdad.

Los ataques, especialmente contra objetivos chiíes y fuerzas de seguridad, han aumentado en Irak desde la retirada definitiva de las tropas estadounidenses en diciembre de 2011.

El pasado 19 de marzo, más de 60 personas fallecieron y otras 180 sufrieron heridas en una cadena de atentados con coche bomba, la mayoría contra zonas chiíes de Bagdad.

Su autoría fue reivindicada por el Estado Islámico de Irak, vinculado a Al Qaeda, que advirtió de que esos ataques eran "la primera etapa de una lluvia" de atentados en venganza por las ejecuciones de suníes.

El texto explicó que los ataques fueron en represalia por unas declaraciones del ministro de Justicia iraquí, Hasan al Shemari, quien aseguró que "acelerará las ejecuciones" contra los detenidos del pueblo de la sunna (suníes).

Esos atentados fueron perpetrados la víspera del décimo aniversario de la invasión estadounidense para derrocar al régimen de Sadam Husein, una fecha que en años antes también fue aprovechada para convertir Irak en un baño de sangre.

El analista iraquí Ali al Sheij dijo a Efe que los autores de los ataques de hoy tienen como objetivo "generar violencia sectaria entre los componentes del pueblo iraquí en medio de la fuerte crisis política que vive el país".

Al Sheij aludió a las manifestaciones que llevan a cabo los suníes contra el gobierno del chií Nuri al Maliki desde hace meses para denunciar su supuesta discriminación.

Los suníes, que gozaron de privilegios durante el régimen de Sadam, piden la liberación de presos, corregir el proceso político, enmendar la ley antiterrorista y alcanzar un equilibrio en las instituciones del Estado.

El analista apuntó, además, que hay países interesados en que Irak se vuelva a sumir en la guerra sectaria del 2006 y 2007, un periodo al que la población teme regresar.

Al Sheij señaló que el débil desempeño de las fuerzas de seguridad y la falta de informaciones de inteligencia impiden evitar estos atentados.

Además, los ataques demuestran las capacidades tácticas de Al Qaeda para actuar en varias zonas al mismo tiempo, lo que, a su juicio, significa que ha logrado reforzar sus actividades.

Hace seis días, el dirigente del bloque Al Sadr y miembro de la comisión de seguridad y defensa del Parlamento, Hakem al Zameli, reveló que Al Qaeda ha instalado varios campos de entrenamiento en los alrededores de Bagdad.

Al Zameli denunció que la red terrorista se está aprovechando de que los órganos de seguridad están centrados en las manifestaciones de los suníes para reorganizarse e incrementar sus operaciones.

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