La vida de Keila Ruby Flores terminó de la manera más inesperada la noche del pasado sábado. Tras viajar junto a su marido Christopher Rodríguez y sus tres hijos, estos ubicados en el asiento trasero del coche, a visitar a su hermano a Round Rock (Texas), una roca cayó sobre el vehículo desde un paso elevado.
El golpe fue tan fuerte que rompió el cristal delantero impactando la roca en Flores, sentada en el asiento del copiloto. “De repente, algo golpea la ventana. Es una explosión. Me giro y veo a Keila, tendida sin responder. La muevo, trato de despertarla pero ella no responde”, explica el marido a la ‘CNN’.
A continuación, Rodríguez detuvo el vehículo, llamó a los servicios de emergencia y comenzó a practicar técnicas de reanimación a su mujer. Sin embargo, sus esfuerzos fueron en vano.
Keila Ruby Flores, de 33 años, fue trasladada al hospital más cercano, donde falleció al día siguiente dejando a su marido y a tres hijos, que no sufrieron ninguna lesión en el accidente.
Sin sospechosos, todavía
La policía de Temple, encargada de llevar a cabo la investigación del suceso, está tratándolo como un homicidio. Rodríguez asegura que no vio a nadie en el paso elevado, pero en aquel momento la visibilidad era escasa debido a la oscuridad de la noche.
Las pesquisas de la policía apuntan a que alguien podría haber lanzado la piedra desde el paso elevado, provocando en consecuencia el fatal desenlace.
Mientras se avanza en estas hipótesis, el marido recuerda a Flores por su alegría: “Trabajaba muy duro para mantener a sus tres hijos. Era una persona fuerte que siempre iba al grano y nunca se andada por las ramas. Siempre honesta y dispuesta a ayudar donde pudiera”, afirma.
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