El dióxido de cloro se erigió en los primeros meses de la pandemia del coronavirus en posible químico que facilitase la cura del virus, pero la OMS y los médicos lo descartaron, alertando de sus peligros para la salud. Sin embargo, algunos contagiados lo tomaron, dando lugar consecuencias fatales, incluida la muerte.
El último caso mortal ha tenido lugar en la ciudad de Neuquén (Argentina). Los padres de un niño de cinco años le administraron dióxido de cloro para combatir la Covid-19, lo que le provocó un paro cardiorrespiratorio mortal, según informa 'TVN'.
El niño ingresó en urgencias del Hospital Plottier, donde se le realizaron maniobras de reanimación que no dieron sus frutos. A las 01:15 h de la mañana se declaró su fallecimiento y se realizó una denuncia policial por "muerte dudosa", informaron desde el centro hospitalario.
La justicia ha iniciado una investigación sobre el papel de los padres en la muerte del pequeño de cinco años. Se desconoce todavía si serán juzgados.
La OMS alertó en varias ocasiones de los peligros del dióxido de cloro y de la inexistencia de base científica sobre sus efectos para combatir el coronavirus. Provoca irritación en varias partes del cuerpo y órganos, incluidos boca, esófago y estómago, así como problemas cardiovasculares, renales y respiratorios que pueden llegar a ser graves.
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