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Muere Sheldon Adelson, el magnate del juego que quiso un Eurovegas en Madrid

Fallece a los 87y años, poco después de retomar el tratamiento para el linfoma que padecía. Hijo de taxista, con 12 años vendía periódicos y con 16 montó un negocio. Ocupaba el puesto 37 de los más ricos. 

Sheldon Adelson
Sheldon Adelson
EFE

El magnate del juego estadounidense Sheldon Adelson ha muerto por complicaciones de la larga enfermedad que padecía, según informa su mujer.  Presidente y consejero delegado de Las Vegas Sands y Sands China se marchó de baja médica el pasado 7 de enero tras haber reanudado recientemente el tratamiento contra el cáncer. En marzo de 2019 se conoció que el empresario estaba siendo tratado contra linfoma no-Hodgkin. Los consejos de administración de las dos compañías designaron a Robert G. Goldstein, actual presidente y director de operaciones de Las Vegas Sands, como presidente interino y consejero delegado interino de ambas empresas mientras duraba la baja médica de Adelson.

Sheldon Adelson, de 87 años, con un patrimonio estimado de 35.900 millones de dólares (29.298 millones de euros), figura en el puesto 37 entre las mayores fortunas del planeta, según 'Forbes'. A principios de la pasada década, el empresario trató de desarrollar en España un gran complejo europeo de casinos y hoteles, denominado Eurovegas, en Madrid o Barcelona, aunque finalmente acabó desistiendo del proyecto de la comunidad presidida entonces por Esperanza Aguirre para apostar por Asia. 

Cuando llegó a España este hijo de taxista era uno de los estadounidenses que más dinero había hecho en menos tiempo. Adelson es "una persona con quien es difícil trabajar y muy mandón", relataba a Efe Bill Eadington, director del Instituto para el Estudio del Sector del Juego y que trató a menudo con extrabajadores del magnate. Apasionado de los aviones y propietario de varios jet privados, también era un hombre extravagante y de humor ácido: un inversor le preguntó por el proyecto español y él dijo que, de España, le encantan la comida y las tapas. Su dinero siempre ha regado al partido republicano cada vez que llegaban unas elecciones.

Hijo de emigrantes judíos de la Europa del Este, Adelson es considerado un hombre hecho a sí mismo y con visión empresarial desde niño. Creció en una casa de tan solo una habitación, abandonó los estudios, con 12 años vendía periódicos y con 16 montó un negocio con máquinas de gominolas, según la revista 'The Atlantic'. Con los años también vendería material de aseo para hoteles junto a su hermano y estuvo en el negocio de las hipotecas.

Pese a no entender de ordenadores, él y un par de amigos de su barrio de Boston, que se hacían llamar "los chicos", montaron en los ochenta Comdex, una feria de informática que durante un par de décadas tuvo fuerza en Las Vegas, recordaba 'The New York Times'. En Las Vegas, la llamada "ciudad del vicio", fue donde Adeldon protagonizó su verdadero ascenso, que lo enriqueció hasta competir con Bill Gates y Warren Buffett por ser el hombre más rico de Estados Unidos.

Es en esta ciudad cuando, el 26 de noviembre de 1996, Adelson marca un antes y un después en su forma de hacer negocios, de concebir los casinos e incluso de ser rico. Recogen las guías turísticas de Las Vegas que lo hizo a lo grande. Con fuegos artificiales, el empresario mandó demoler el anciano hotel Las Vegas Sands, se desvinculó de sus socios y, pese a entrar en una edad propia de la jubilación, inició un nuevo proyecto llamado Venetian.

Ese hotel, que abrió en 1999, se convirtió en la primera piedra del actual imperio del juego Las Vegas Sands. Y ya entonces en la ciudad americana ni el proyecto ni su mentor pasaron inadvertidos. Adelson se hizo notar porque no le tembló el pulso para enzarzarse con proveedores, trabajadores y especialmente con los sindicatos, en algunas ocasiones en los tribunales. Se convirtió en el primer complejo de la zona sin representantes sindicales entre su fuerza laboral, dicen los medios estadounidenses. Y el proyecto no pasó inadvertido, porque revolucionó el modelo de casino: el objetivo era captar hombres de negocio.

El Venetian acabó con las habitaciones vacías que incitaban a bajar a las mesas de juego, e incorporó el minibar, el entonces preciado fax y todo lo que hiciera falta para mejorar la estancia al cliente y hacerla compatible con el trabajo. El imperio de los casinos ha crecido hasta los nueve complejos actuales en Estados Unidos, Macao y Singapur.

Del mismo modo que a principios del nuevo siglo fue el norteamericano que enriqueció más rápido, con la crisis financiera de 2008 también fue uno de los más veloces perdedores, hasta el punto de que la compañía se acercó a la bancarrota. También han ensombrecido su expediente empresarial varias investigaciones abiertas sobre posible blanqueo de dinero y supuestos sobornos en China. Pero haber apostado por Asia ha sido clave para que Adelson vuelva a estar entre los ricos más ricos y que Las Vegas Sands sea considerada la más extensa compañía estadounidense del juego.

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