Netanyahu, acorralado entre la violencia en Gaza y las acusaciones por corrupción

  • El primer ministro y titular de Defensa de Israel se enfrenta a varias acusaciones por soborno y cohecho, después del testimonio de excolaboradores.
Benjamin Netanyahu pretende blindarse constitucionalmente por los casos de corrupción
Benjamin Netanyahu pretende blindarse constitucionalmente por los casos de corrupción
EFE

Gaza trata de recuperar la calma tras un convulso fin de semana en el que se han producido al menos 29 muertes -25 palestinos y 4 civiles israelíes-, en una oleada creciente de violencia que solo ha podido frenar un alto al fuego tácito, gracias a la mediación de la ONU, Egipto y Catar. Sin embargo, Benjamin Netanyahu, primer ministro y titular de Defensa de Israel, advertía este mismo lunes de que la campaña sobre la franja no ha terminado. "Estamos preparados para continuar. El objetivo ha sido y sigue siendo garantizar la paz y la seguridad de los residentes del sur", aseguraba.

"Los últimos dos días hemos golpeado a Hamás y la Yihad Islámica con contundente fuerza, atacando más de 350 objetivos, a sus líderes y agentes terroristas y destruyendo edificios terroristas", declaraba el lunes Netanyahu. Los disparos de cohetes desde Gaza durante el fin de semana -690 en menos de dos días- alcanzaron varias localizaciones israelíes, lo que provocó bombardeos a modo de represalia sobre el enclave.

Hasta la intervención de Egipto, Catar y las Naciones Unidas, que han mediado para retomar el acuerdo de entendimiento entre Israel y las milicias en Gaza lideradas por el movimiento islamista Hamás, el Gobierno de Netanyahu había apostado por el diálogo con las fuerzas palestinas. En noviembre, arrancaron las conversaciones indirectas entre las dos partes para avanzar hacia un pacto de larga duración que incluye el alivio del bloqueo israelí, pero desde entonces se han producido dos repuntes de violencia.

Este lunes, coincidiendo con el cese de las hostilidades, el Tribunal Supremo de Israel autorizaba la participación de casi un centenar de palestinos procedentes de Cisjordania en un acto de homenaje conjunto con israelíes, que se celebra este miércoles en Tel Aviv con motivo del Día del Recuerdo a los Caídos y Víctimas del Terrorismo, al que el Ministerio de Defensa les había denegado previamente la asistencia.

Netanyahu y los casos de corrupción

Los últimos episodios del conflicto coinciden con un momento difícil en Israel para el primer ministro, después de las acusaciones por corrupción que pesan sobre él: nada menos que 5.700 páginas que le atribuyen delitos como cohecho, fraude o abuso de poder. La Fiscalía General anunciaba el pasado 28 de febrero la imputación de Benjamin Netanyahu, tras una investigación de corrupción que se ha extendido durante dos años.

Aunque fue un asunto que ocupó buena parte de la campaña anterior a las elecciones del pasado 9 de abril, Netanyahu volvió a resultar elegido como primer ministro de Israel. El problema es que la segunda fuerza más votada, la coalición de liberales y socialistas denominada Bloque Azul y Blanco, se quedó a apenas 15.000 votos del primer ministro y consiguió los mismos escaños (35). Algo que plantea dudas sobre la gobernabilidad en Israel, especialmente porque una de sus demandas es la depuración de responsabilidades de Netanyahu.

En este contexto, el primer ministro lleva desde el día siguiente a las elecciones buscando blindarse con una fórmula legal de inmunidad de las imputaciones por corrupción que le acechan, que incluso podría pasar por una reforma constitucional a su medida. En cualquier caso, antes de que se formalice la acusación, Netanyahu tiene derecho a una audiencia para presentar su versión de la historia y tratar de cambiar la opinión del Fiscal General Avihai Mandelblit, un proceso que podría llevar meses.

La investigación de los casos de corrupción comenzó en 2016 y abarca desde regalos de puros y champán hasta decisiones regulatorias que afectaron al ámbito de la comunicación en el país. El testimonio de tres excolaboradores cercanos fue crucial para construir el caso contra el líder israelí. La respuesta entonces de Netanyahu, televisada en todo el país, fue que el proceso se trata de una "caza de brujas" y que "todas mis decisiones y todas mis actividades se hicieron legalmente; todo esto es falso".

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