Nigel Kennedy entra en Vitoria por la puerta grande del jazz

  • Nigel Kennedy, el violinista clásico con más discos vendidos de todos los tiempos, cuya pasión por el jazz le llevó a formar un quinteto estable, ha entrado por la puerta grande del Festival de Vitoria con una excelente demostración de virtuosismo y versatilidad.

Vitoria, 14 jul.- Nigel Kennedy, el violinista clásico con más discos vendidos de todos los tiempos, cuya pasión por el jazz le llevó a formar un quinteto estable, ha entrado por la puerta grande del Festival de Vitoria con una excelente demostración de virtuosismo y versatilidad.

Las incursiones en el gospel y en la música de Nueva Orleans de jornadas precedentes han dado paso a una sesión que tenía el aliciente de ver actuar a Kyle Eastwood, hijo del legendario actor y director estadounidense Clint Eastwood, y de presenciar la única actuación que ofreció en España el violinista británico Nigel Kennedy.

Este polivalente músico, capaz de inscribir su nombre en el Libro Guiness por haber vendido más de tres millones de copias de su versión de "Las Cuatro Estaciones" de Vivaldi y de revivir a Jimmy Hendrix o a The Doors, ha hecho gala de su maestría y ha llenado el escenario desde el primer movimiento del arco sobre las cuerdas de su violín.

Tras bromear con el público, ha pasado de interpretar emotivas piezas como "Fallen forest", en las que fusiona con valentía acordes clásicos, con la alegría del swing más genuino.

El autoproclamado "chico malo" de la música de cuerda se ha subido al escenario vestido con una camiseta deportiva, igual que el resto de su banda, y tocado con cresta punky con la que parecía más un porteador de Sex Pistols que el gran genio de la interpretación que es.

Nigel Kennedy es uno de los escasos especímenes de la música expresada con mayúsculas que irrumpe con este poderío en uno de los santuarios europeos del jazz.

Su banda, integrada por jóvenes y experimentados músicos centroeuropeos, le ha servido de mullido colchón para interpretar "Stone from the sun", recogido en su álbum "The Kennedy Experience", donde mezcla en su especial coctelera a Brahms o a Beethoven, con su músico rockero de cabecera Jimmy Hendrix.

Tras presenciar un concierto tan atractivo y desconcertante como el de Vitoria, en el que ha exhibido en ocasiones una decidida actitud punk, se entiende que Kennedy haya cosechado miles de seguidores de la ya denominada "New classical music" (Nueva música clásica).

Y para certificar esta mezcolanza de lujo, ha ofrecido como bis un popurrí encabezado por "Tribute to María", con toques clásicos, polkas y música ceremonial que incluso ha acompañado con su voz, y que ha dejado al público con ganas de más, mucho más.

La memorable actuación de Nigel Kennedy ha estado precedida por la banda de Kyle Eastwood, que ha sorprendido por su exitosa evolución en la última década, desde que estuvo en Vitoria en 2001, dentro de la sección paralela del Festival dedicada al Jazz del Siglo XXI.

Del jovencito Eastwood del que poco se sabía, salvo que creció escuchando los discos de jazz de su padre, al contrabajista que ha visitado ahora Vitoria se ha producido una gran evolución.

A sus 43 años, Eastwood ha demostrado la calidad de su trabajo, no sólo por ser hijo de quien es, sino por su capacidad de atraer al público con técnica y capacidad creativa.

Es cierto que tener en casa al director de obras como "Sin perdón" le han permitido abrirse camino en el mundo de la música y crear bandas sonoras de películas como "Million Dólar Baby", "Gran Torino" e "Invictus", pero hoy ya se ha convertido en un músico versátil, capaz de navegar con comodidad del hard bop, al latin jazz o al soul.

Desde los primeros compases ha cedido con generosidad protagonismo a los miembros de su quinteto, en especial a los enérgicos vientos: el trompetista Graeme Flowers y el saxo Graeme Blevins.

Temas como "Soul captain" o "Andalucía", de su último trabajo, "Songs of The Chateau", y sobre todo piezas intimistas como "Bold Changes", del anterior disco "Metropolitain", ponen en evidencia que sus trabajos podrían haber sido ideados para la gran pantalla.

Mañana se subirán al escenario de Mendizorroza dos grandes voces: Jaimie Cullum, una de las revelaciones vocales más brillantes y controvertidas de la última década, y José James, exponente del nuevo jazz vocal.

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