Sonrientes y relajados. Así se mostraron el fundador de Wikileaks, Julian Assange, y el presidente de Ecuador, Rafael Correa, durante la grabación de la entrevista que se emitió el pasado mayo en el programa de entrevistas dirigido por Assange en la cadena de televisión Russia Today. (Puedes verla en castellano aquí).
Correa es uno de los líderes del bloque ALBA de países liderados por dirigentes de izquierdas como Hugo Chávez o Raúl Castro, una ideología a la que Assange se ha mostrado próximo a lo largo de su trayectoria. Sobre todo por un enemigo común: Estados Unidos.
"Como dice Evo Morales [presidente de Bolivia], el único país que puede estar seguro que nunca va a tener golpes de estado es Estados Unidos, porque no tiene embajada estadounidense", citó Correa cuando Assange le pidió su opinión sobre el país norteamericano. La risa de Assange en respuesta confirmaba su acuerdo.
Estados Unidos, enemigo común
Estados Unidos es precisamente el motivo último por el que este martes el fundador de Wikileaks solicitó asilo político en la embajada ecuatoriana de Londres. Intenta evitar su extradición a Suecia, donde se le requiere por unas acusaciones vertidas contra él en ese país por dos presuntas víctimas de acoso sexual (incluida una violación).
Él siempre ha mantenido su inocencia, aunque se niega a comparecer en Suecia.
El Tribunal Supremo británico ha agotado la vía legal que ha tenido a Assange y a su equipo de abogados defensores luchando por evitar su extradición en un caso que consideran de conspiración política durante año y medio, desde su detención en diciembre de 2010.
El fundador de Wikileaks es el responsable de que se filtraran cientos de miles de documentos reservados que pusieron en importante entredicho sobre todo la política de EEUU. Secretos sobre sus actuaciones (y las de otras tropas) durante las guerras en Irak y Afganistán, además de la revelación de otros miles de cables diplomáticos no sentaron nada bien en Washington.
En eso se sustenta la versión de Assange y su defensa: sostiene que tras la petición de extradición a Suecia está en realidad una mano negra que pretende enviarle a EEUU para juzgarle por revelar secretos de Estado.
La madre de este ciberactivista australiano ha mostrado su temor en los últimos meses de que acabe en prisión en ese país de ser extraditado a EEUU. La defensa del fundador de Wikileaks ha llegado a hablar de la posibilidad de que se le condene a muerte.
El Ministerio de Asuntos Exteriores de Ecuador ya le abrió sus puertas
El vicecanciller ecuatoriano, Kintto Lucas, anunció en noviembre de 2010 (solo unas semanas antes de la detención de Assange en Londres) que había invitado a Julian Assange a visitar el país e incluso residir ahí.
"Vamos a buscar invitarlo para que venga a Ecuador a exponer libremente, no sólo a través de internet, sino a través de distintas instancias públicas, lo que él tiene de información y toda la documentación" recopilada, dijo Lucas en declaraciones recogidas por EFE.
Lucas mencionó que podrían tramitar su asilo si así lo hubiera deseado el líder de Wikileaks.
Sin embargo, solo unas horas después Rafael Correa salió desmintiéndolo, e incluso criticó lo que entendía como imprudencia por parte de Assange por las filtraciones de los cables diplomáticos:
"No se le hizo ninguna oferta oficial", matizó Correa, que criticó a Wikileaks por haber revelado secretos de Estado.
"Nosotros jamás vamos a apoyar el quebrantamiento de las leyes de un país", aseguró Correa, que a su vez reprochó al país norteamericano por "espiar" a otros países, informaba EFE.
Aunque el presidente de Ecuador silenciara a su vicecanciller en aquella ocasión, Assange parece haberse acordado de aquella oferta extraoficial y su reciente contacto directo con Correa puede haber refrescado esa simpatía o interés mutuo.
Assange permanece ahora en la embajada de Ecuador en Londres a la espera de que el Reino Unido y el país latinoamericano se pongan de acuerdo en los pasos a seguir. Ecuador ha manifestado que está estudiando la petición de asilo.
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